Generación SVE: Cómo ser voluntario en el extranjero
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Alexandre Vicent Ruiz FeasesEl Servicio de Voluntariado Europeo (SVE) es uno de los programas de la Comisión Europea. ¿Cómo apuntarse? ¿A quién dirigirse? Testimonios y algunos consejos para conseguirlo
El Servicio de Voluntariado Europeo (SVE) es una de las acciones previstas en el programa Juventud de la Comisión Europea. Para participar basta tener entre los 18 y los 30 años (con posibilidad de excepciones) y tener ganas de vivir una experiencia de voluntariado en el extranjero durante un periodo que varía entre los 6 y los 12 meses. Según un informe de la Agencia Nacional Francesa que se ocupa del programa, entre 2000 y 2006, más de 26.000 jóvenes han podido beneficiarse de él, tomando parte en proyectos en diversos sectores de la cultura, juventud, deportes, asistencia social, arte y protección medioambiental. Para tener una idea más precisa, echa un vistazo a la página web de la Comisión Europea y, en particular, a la base de los proyectos.
Una experiencia entre otras
Yo también soy una ex voluntaria. Fue casi de casualidad, me enteré a través del oreja a oreja, y de pronto me vi en un pueblecito del sur de Inglaterra trabajando en un centro de asistencia de personas discapacitadas. ¿Mi objetivo? Hacer lo que pudiera: eran tantas las cosas que no sabía respecto de los hándicaps físicos y mentales que me concentre en el aspecto humano, tratando de ayudarles a divertirse y a reírse conmigo. Fueron seis meses intensos, no todo fue fácil, pero tuve la oportunidad de trabajar en un ambiente nuevo, conocer un estilo de vida -el inglés- completamente distinto, aprender una nueva lengua y estrechar lazos de amistad: ¡una experiencia que me ha hecho crecer. Y no solo a mí…
Hervé (francés, SVE en Italia): “La experiencia del voluntariado ha sido una oportunidad de maduración personal, una manera para comenzar a encontrar mi propio camino gracias a la confianza que te dan los diversos miembros del proyecto. Es como un ritual de paso: nos convertimos en adultos si superamos las primeras dificultades, empezamos a ser independientes y a tener fe en nosotros mismos”.
Simone (SVE en España): “Seis meses de conversaciones, viajes y lugares que me han acompañado dulcemente: una mezcla de situaciones que me han hecho viajar, de forma cotidiana, al interior de otras culturas a través de automóviles y amigos encontrados en la carretera hasta mi interior, para descubrirme, conocerme y crecer”.
Michela (SVE en Holanda): “Diría que el SVE ha cambiado radicalmente mi vida, alterando todas las decisiones que había tomado antes de partir. Estoy agradecida al SVE porque me ha abierto los ojos sobre lo que deseo hacer, o mejor dicho, sobre lo que no quiero hacer”.
Manola (SVE en Grecia): “He tenido la posibilidad de conocer e intercambiar experiencias con chicos de otros países de la Unión, acrecentar el conocimiento sobre mí mismo y sobre mi espíritu de adaptación, y aprender a convivir compartiéndolo todo”.
Cristina (SVE en Escocia): “El desafío cotidiano de aprender y hacer cosas nuevas y la oportunidad de conocer a distintas personas y enfrentarse a situaciones estimulantes, se alteraban, quizás, a las comprensibles e inevitables dificultades a las que tuve que hacer frente durante este periodo en el extranjero: momentos de frustración lingüística, nostalgia de mi madre, incomprensiones entre culturas diversas y también cansancio sicológico y personal.
SVE: instrucciones de uso
Clave: Motivación. Las razones que empujan a emprender una aventura de este tipo son diversas: hay quien quiere tener una experiencia fuera de casa, hay quien lo toma como un desafío personal, quien lo hace para aprender una nueva lengua o para descubrir lugares nuevos. Sin embargo, la base debe estar en la voluntad de dedicar un periodo de tu vida a los demás, al proyecto y a la comunidad de acogida.
Escoger bien el propio proyecto: Tomaos todo el tiempo que necesitéis, pedid información, hablad con quien haya ya participado, contactad con las asociaciones de ex voluntarios en vuestro país. Es posible que el proyecto no corresponda exactamente con tus expectativas: Intentadlo de todas formas. Si las cosas no van por buen camino, no dudéis en hablar con los responsables del proyecto.
No son unas vacaciones: el periodo de voluntariado, habitualmente, requiere de mayor empeño y energía aún que en un trabajo habitual: recordad que estaréis en un país nuevo, con un trabajo nuevo y amigos nuevos.
País al que vas, hábitos nuevos: se requiere de un poco de flexibilidad, espíritu de adaptación, respeto y tolerancia y esto es lo bello de descubrir a otros que no somos nosotros. Considerad esta experiencia como una gran oportunidad para hacer nuevas amistades, viajar y crecer desde el punto de vista personal, educativo y profesional.
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