Youthcan, El turno de la juventud tunecina
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Los jóvenes de Túnez pelean por dejar a un lado sus diferencias ideológicas y trabajar juntos tal y como hicieron hace tres años, cuando consiguieron derrocar el antiguo régimen de Ben Ali. YouthCan es una nueva organización que trata de unir toda esta fuerza para poner fin al verdadero problema de la Túnez de hoy: la falta de futuro de su juventud
"¿A Cité Ettadhamen?" "No". El taxista se niega a ir hasta esta ciudad situada a las afueras de Túnez, famosa por su pobreza y marginalidad. El pasado enero se produjeron allí fuertes disturbios. Los manifestantes quemaron neumáticos para bloquear el acceso a sus calles y la policía tuvo que recurrir al gas lacrimógeno para dispersarlos.
Mientras un segundo taxi conduce hacia allí, las carreteras se llenan de barro y las carnicerías cuelgan en su entrada la piel y el resto de las partes de los animales que venden. Cientos de personas van de arriba abajo y se sientan en los numerosos Cafés y Salons de Thé. Hafedh Oueled Saad espera en un cruce. Tiene 23 años y está desempleado desde que volvió a Túnez. Consigue café y refrescos para sus invitados, se sienta en una habitación llena de sofás blancos y dorados y comienza a relatar por qué decidió emigrar ilegalmente a Italia en 2011.
"En el café de ahí detrás podrás encontrar 20 o 25 personas que también intentaron irse a Italia", explica Hafedh. Tras desembarcar en Lampedusa, consiguió llegar a Suiza, pero su sueño europeo terminó cuando rechazaron su solicitud de asilo y le deportaron. La esperanza de la Revolución queda ya lejos. Hafedh cuenta: "Yo no significo nada para estos políticos, así que ellos no significan nada para mí. Yo no diría que la situación es mejor". Tiene planeado aprender italiano para trabajar en un 'call center', "pero no creo que esté bien pagado". La primera vez que huyó de Túnez pagó 1.500 dinares (unos 725 euros). "Si tuviera hoy la oportunidad, lo haría de nuevo".
La economía renqueante y la falta de futuro de los jóvenes son las mayores amenazas que tiene por delante la transición del país hacia una plena democracia. Tres años han pasado desde que Ben Ali huyera a Arabia Saudí, y los nuevos políticos no han sido capaces de encontrar una solución. Son demasiado viejos y no conectan con los problemas de la juventud. Al menos esto opinan en YouthCan, una nueva organización no partidista que ha recogido más de 25.000 firmas en poco más de un mes. Su objetivo es claro: apoyar a jóvenes tunecinos, entre 20 y 35 años, para que alcancen puestos de decisión en las instituciones, no importa qué partido o ideología defiendan.
Un futuro oscuro
"No ven futuro alguno. Estudiaré, estudiaré. ¿Y entonces qué? Eso les lleva a los extremos, a alguien que pueda manipular sus mentes. El espíritu de YouthCan es hacerles conscientes de su propio potencial y de que deben hacer algo". Mehdi Guebzili es miembro fundador de la organización. Él y Besma Mhamdi, la presidenta, hablan desde l'Étoile Du Nord, una moderna cafetería-bar-librería situada en el centro de Túnez. Aquí fue donde YouthCan organizó su primera reunión; entonces fueron 70, hoy son más de 4.500 miembros en su grupo cerrado de Facebook, donde también hay gente de Italia, Francia, Alemania y Reino Unido.
"El momento en el que apareció YouthCan -explica Besma- fue perfecto. Lo hizo durante el Dialogo Nacional [el exprimer ministro, Ali Laarayedh, había dimitido y los políticos no se ponían de acuerdo para nombrar un nuevo jefe de gobierno], cuando la gente estaba muy frustrada. Nosotros levantamos esperanza y optimismo en un momento en el que todo estaba fallando por completo".
Los jóvenes tunecinos atraviesan tiempos inciertos. Ellos arrancaron la Primavera Árabe y se mantuvieron en primera línea cuando Ben Ali envió los francotiradores. Según la ONU, los tunecinos menores de 24 años representan el 40% de la población. Sin embargo, hoy afrontan un paro del 30%. Y no importa que tengan formación universitaria. "El 40% de los graduados universitarios está desempleado frente al 24% de no graduados", asegura el World Economic Forum. Además, están completamente excluidos de las instituciones. Como Mehdi sostiene: "Sobre todo para los jóvenes, para nosotros, la Asamblea Nacional Constituyente fue una decepción porque ellos no hablaban sobre nada. No saben qué problemas tenemos".
YouthCan es todavía una organización recién nacida. No tiene oficina y la mayor parte del trabajo se hace online, donde el movimiento nació de forma espontánea. A pesar de las dudas propias de los inicios, la idea está ahora muy clara: formar nuevos políticos y reconciliar a los jóvenes con la política. En diciembre de 2013, dos jóvenes tunecinos (Bassem Bouguerra y Tarek Cheniti) enviaron su Currículum espontáneamente con el objetivo de "servir gratuitamente" al gobierno que el primer ministro, Medhi Jomaa, estaba formando. Durante el proceso, cientos de jóvenes exponen sus motivaciones en la redes sociales para convertirse, en menos de 24 horas, en el principal escaparate para Youthcan. "Bassem Bouguerra compartió su currículum en Facebook ofreciéndose a ayudar al Ministerio de Interior. Lo vi y me puse en contacto con él, igual que hicieron otros", recuerda. "Lo que sabíamos era que no queríamos ser un partido político tradicional", añade Besma. El suyo es un objetivo a largo plazo, pero no hay tiempo que perder. El primer proyecto será para las próximas elecciones, previstas para finales de 2014. 200 candidatos serán entrenados por ellos. "Gente joven potenciada por gente joven sobre cómo hablar en público, cómo presentarse a los demás, cómo encontrar financiación…".
Los miembros de YouthCan están por todo el país. Yazidi Boulbeba es uno de ellos. Vive en Siliana, una pequeña ciudad rural del interior de Túnez. Un diploma en Física y Química no le ha bastado a este joven de 28 años para encontrar trabajo. Forma parte de un partido político, pero cuando vio la oportunidad de unirse a YouthCan, no lo dudó. "La revolución la hizo la juventud por tres motivos: dignidad, libertad y trabajo. La libertad es mejor, pero no puede haber dignidad sin trabajo". Le gusta el concepto de YouthCan de entrenar a nuevos políticos y cree que esta plataforma puede unir a los jóvenes con la política. "Lo espero, porque hoy vivimos un boicot político por parte de la juventud".
En Siliana la pobreza avanza. "Solo hay una fábrica en la provincia y los productos que cultivamos se procesan en otras ciudades". La consecuencia es que mucha gente se marcha a estas áreas más boyantes. "La segunda alternativa es el extremismo y el terrorismo. Casi todos los terroristas vienen de las zonas más pobres del país", admite Yazidi.