Vuelta a las raíces
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paula criado barga"Somos todos iguales ante el Señor", dicen los cristianos. Es curioso observar lo difícil que les resulta a las autoridades del mundo conseguir la igualdad y la justicia en el planeta, y lo fácil que todo esto parece lograrse a la hora de la muerte. Para el último descanso, los europeos reflexionamos sobre la naturaleza: volvemos a nuestras raíces.
Los franceses prefieren los prados vírgenes en primavera; cuando pasan a mejor vida, “comen dientes de león”, y “desde la raíz” (manger les pissenlits par la racine). En Alemania se inclinan también por la parte más jugosa de las verdes praderas pero, al contrario de lo que se podría esperar, no son tan precisos como sus vecinos y sólo “muerden la hierba” (ins Gras beissen). De igual modo, en los países de habla germana se pueden “contemplar los rabanillos desde abajo”. En español somos algo menos destructores, muy al contrario, cuando alguien muere todo lo más se va "a criar malvas", en vez a de comérselas.
El último retiro en Polonia se caracteriza por la pasividad. Allí se alegran de volver a la naturaleza. Ellos pueden wcha kwiatki od spodu, u "oler las flores desde abajo". En los países eslavos se puede ser algo más profano. Unos cuantos metros bajo tierra se encuentra poca flora y fauna para el disfrute post mortem, por lo que el muerto muerde literalmente la tierra (gry gleb). Los ingleses hacen exactamente lo mismo que los polacos y le dan mordiscos al polvo (to bite the dust).
Translated from Zurück zu den Wurzeln