Ha recibido su “hombre vintage” nº 458
Published on
Translation by:
elisenda ariza serratNo son lo que se dice guapos, pero son elegantes a rabiar. Ni machos a lo pecho lobo, ni metrosexuales en búsqueda de feminidad. Repaso a cinco hombres vintage made in Europa.
Vintage. Se trata de un anglicismo aplicado a la enología para calificar los grandes vinos. El término, recuperado por los fabricantes de tendencias en la moda, se refiere a las ropas antiguas de creadores prestigiosos que reflejan una autenticidad, un espíritu, el estilo de una época concreta. Aplicado al “sexo fuerte”, se trata de un individuo único que, para más inri, mejora con la edad. ¡Deléitese sin clichés!
Daniel Craig, fish and chips crujientito
Cualquiera que diga vintage piensa en Londres, en sus autobuses imperiales, sus estampados Príncipe de Gales y las estrellas sooo british, como Daniel Craig. Los ojos de un azul límpido, el torso lampiño, el porte del esmoquin irreprochable. Después de haber encadenado varias películas independientes, entre las que destaca una biografía de Francis Bacon, aparece en Munich (2005), de Spielberg, como agente de los servicios secretos israelíes. Papel para el que tiene que llevar pantalones patas de elefante y jerséis de cuello alto ultra ceñidos, sin olvidar las indispensables patillazas machomán de época. De emisario del Mossad, en 2006 pasa promocionado a ser el agente secreto 007 de Su Majestad. El anuncio de su encarnación en James Bond hizo furor y desató las pasiones…, pero las féminas, que no son nada puristas, encuentran que tanto en esmoquin como en tejanos “efecto segunda piel”, el actor inglés tiene la misma clase.
Daniel Cohn-Bendit, políticamente incorrecto
Con sólo 23 años era ya “Dany el Rojo”, el carismático líder del movimiento de mayo del 68 y la encarnación del “anti todo”. Este contestatario se enfrentó al gran Charles (de Gaulle) quien, ipso facto, lo despacha de paseo al otro lado del Rhin, a Alemania. Ex rojillo de los que se metieron a saco en experiencias comunitarias y colectivas, Cohn-Bendit acabó por afiliarse al movimiento ecologista alemán en 1984. Una conversión lograda con éxito: Dany entra en la era del reformismo y se calma un poquito -las malas lenguas dirán que se ha aburguesado- sin perder su estilo desenfadado.
Eurodiputado, ferviente defensor de una Europa integrada, apoyó en 2005 a toda la extrema izquierda francesa partidaria del “no” al proyecto constitucional europeo. Hoy, su melena pelirroja se ha transformado en gris, y hasta acumula michelines. Pero en pantalón de pana y con camisa azul, en bicicleta por las calles de Frankfurt, su carisma no tiene ni una arruga y continúa siendo un espíritu libre.
Christophe Miossec, el marinero-cantante abollado
Con la treintena apenas estrenada, parecía ya un viejo lobo de mar de los de Finisterre. Durante mucho tiempo rodó de un lado para otro con su grupo de rock, Printemps Noir. Con su rostro curtido por la espuma del mar, su barba de lija, su pelo graso y un aliento insecticida cigarrillo en la boca, vivía de la melancolía y los textos crudos y desilusionados. De hecho, Miossec es un conjunto de ternura, timidez y pudor. Su último álbum es un cambio de registro, L’Étreinte (El Abrazo) parece ser el álbum de alguien relajado por la paternidad y la vida en pareja y no el de un duro soltero treintañero. Ahora ha preferido dejar su Finisterre natal e instalarse en la cosmopolita Bruselas, para seguir a su dulcinea, de origen flamenco. Hoy, Miossec confiesa apreciar su vida de hombre hogareño y de paseos en bici.
Daniel Brühl, ese encantador teuton
Con sólo 29 años, el actor medio alemán, medio catalán, colecciona premios de cine. Su muestrario: las películas de autor político-históricas, como Good Bye Lenin, en la cual protagoniza a un joven alemán del Este “nostálgico”, o Perfume de absenta, donde encarna un aristócrata miembro de un club de suicidio en los años veinte. También ha encarnado a Salvador Puig Antich, un militante del movimiento ibérico de liberación bajo la España franquista. Es verdad, Daniel Brühl no está bronceado, ni cachas, incluso se atreve a llevar tejanos deformes, deportivas o sudaderas Adidas de color verde manzana. Pero es políglota, sensible y modesto. Y eso no está nada mal.
Damon Albarn, rockero de corazón tierno
De pequeño, Damon Albarn escuchaba música clásica, tocaba el piano y el violín y vivía en un hermoso edificio victoriano de Londres. De adolescente en los años ochenta, se atiborra de la música punck-rock, como la de Mandes, y se pone un pendiente en la oreja. En los años noventa, se convierte en el líder del grupo de britpop Blur, fundando con antiguos amigos del instituto. Cómo no, Damon se droga, hace tonterías y lleva un peinado “a lo Beatle”. Después de las típicas expulsiones de hoteles y de borracheras de infarto, Damon se resitua, o mejor, se recicla, yendo a buscar influencias musicales en el rap, la música clásica o la World music. Crea Gorillaz, y The Bad, the Good and the Queen. Hoy, con compañera e hijo, vive en el barrio de moda de Notting Hill, e incluso a montado una comedia musical. Para coronar la metamorfosis, ha sido elegido hace poco uno de los vegetarianos más sexys del momento por la PETA, asociación de protección de los animales.
Fotos: Soylentgreen23/flickr; pelleck/flickr; Howieberlin/flickr; Benoit Derrier/flickr; Imi Iris/flickr
Translated from Vous avez bien reçu votre ‘homme vintage’ n ° 458