En Nantes los estudiantes comen por un euro
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Anita SHProductos lácteos, frutas y verduras, carne, cereales, conservas… Los productos equilibrados que el estudiante, por falta de dinero, ni siquiera mira en el supermercado. Pero estos mismo alimentos se pueden adquirir por el precio simbólico de un euro en el mercado de la Asociación de Solidaridad de los Estudiantes Franceses (ASEF). Cada jueves, el lugar está abarrotado. Reportaje.
El jueves es día de mercado para los voluntarios de la ASEF. Todas las semanas, la asociación organiza un reparto de comida entre los estudiantes. El principio es sencillo: con la aportación simbólica de un euro y con una bolsa vacía para llevarse las vituallas, todo estudiante puede acudir a un mercado de la ASEF. Alrededor de 200 personas se marchan cada semana con una bolsa llena de alimentos que costaría una veintena de euros en el supermercado.
80 euros de ahorro al mes
Por la mañana, un equipo acude al Banco de Alimentos de Nantes (los supermercados almacenan diariamente alimentos no aptos para la venta pero que aún no han caducado) para llenar un camión con productos. Estos son transportados después al local de la asociación, el garaje de una ciudad universitaria prestado por el CROUS (el organismo regional de ayuda para los estudiantes universitarios). Aquí se organizan los mercados. Unos diez minutos antes de las cinco de la tarde y de la apertura del mercado, diez voluntarios trabajan en el interior del local alineando los yogures, apilando los cartones de leche o instalando las cajas de fruta sobre las mesas. Fuera, cuarenta estudiantes esperan tranquilamente.
Varias razones explican por qué los estudiantes frecuentan este mercado particular: para algunos, las becas son insuficientes; para otros, inexistentes. Mientras que algunos vienen aquí todos los jueves, otros acuden solo de vez en cuando. A la cabeza de la cola, Amandine, estudiante francesa de un máster de ciencias, de 22 años, charla con Nawel, una estudiante argelina. Para las dos chicas, los mercados de la ASEF son una verdadera ayuda. Amandine tiene que apañarse con 460 euros de beca al mes, bastante poco. Descubrió los mercados solidarios a principios de año gracias al asesoramiento de la asistente social de la universidad, y ahora es asidua a ellos. De este modo ahorra cada mes 80 euros en comida. Además, Amandine se beneficia de una colaboración concertada entre la asociación y los asistentes sociales. La ASEF abre sus mercados a todos los estudiantes, sin establecer criterios de renta. No obstante, los estudiantes más vulnerables económicamente pueden presentar un documento distribuido por el asistente social para obtener algunos productos suplementarios en el mercado.
Una ayuda frente a las dificultades
Son muchos los estudiantes extranjeros que acuden al local de la ASEF. Vienen de Perú como Yaen y Elisabeth, de China como Yuchen o de Costa de Marfil como Richard o Varlene. Cuando la ayuda financiera dispensada por la familia o por el país de origen es pequeña o inexistente, comer se convierte a veces en algo complicado. Además de proporcionarles ayuda alimentaria, esta cita semanal es una ocasión para conocer a otros estudiantes y para recopilar información que pueda facilitar su adaptación a Francia. Richard, de 34 años, vino a Nantes para terminar su formación como odontólogo para poder enseñar después en Abiyán, en Costa de Marfil. Al no ser becario, vive sólo con los 400 euros al mes de su sueldo de vigilante de la ciudad universitaria. Recibe una ayuda de 130 euros de la CAF (la Caja de Subsidios Familiares), pero esto no le permite alimentarse adecuadamente. Gracias a la ASEF, Richard, al que sus amigos califican de comilón, podrá comer dos o tres días.
Por su parte, Varlene, de 24 años, llegó de Costa de Marfil hace cuatro meses para cursar estudios de contabilidad en Nantes. Este joven está pasando en la actualidad por un periodo difícil: no le han transferido las becas que tiene que recibir del estado marfileño y los ahorros que tenía al llegar a Francia van disminuyendo poco a poco. Por una cuestión de amor propio, preferiría no tener que pedir el apoyo de la asociación, pero a día de hoy, lo dice él mismo, su objetivo no es comer equilibrado sino simplemente comer. Este tarde vuelve por tercera vez al mercado de la ASEF, donde la ayuda alimentaria que se le ofrece le es de gran utilidad.
A más demanda, más voluntarios
Cada vez son más los estudiantes que se dan cita aquí. Según Cécile, la tesorera de la asociación, los mercados reúnen de media a 200 estudiantes, con una afluencia más baja durante los periodos vacacionales y de exámenes. Esta estudiante de sociología participa desde hace unos cinco años en las actividades de la asociación. Cuenta que el número de estudiantes que acuden a los mercados no ha dejado de aumentar en los últimos años. Para Cécile, este aumento da fe de la creciente popularidad de la asociación en el campus de Nantes y de la degradación de las condiciones de vida estudiantil. Los jóvenes licenciados se topan con dificultades para encontrar un primer empleo, incluso un trabajillo. Los padres afectados por la crisis económica y financiera no están siempre en condiciones de mantener a sus hijos. Al mismo tiempo, la cuantía de las becas se estanca y por lo general los precios, tanto de los restaurantes universitarios como de los alquileres de las ciudades universitarias, suben.
Todos los clientes del mercado son unánimes en su agradecimiento a la asociación. En otras ciudades se están creando mercados que emulan a los de la ASEF. Una satisfacción para los voluntarios de la ASEF, que no saben con seguridad si podrán continuar con su actividad el próximo año: su local estará en obras y la universidad aún no les ha propuesto una solución de repuesto. Por el momento, los mercados continúan. Como señala Cécile, la clave del éxito de la asociación es el compromiso solidario, una actividad formadora y enriquecedora para cualquiera que le dedique un poco de tiempo.
Fotos: Portada y texto, cortesía de la asociación Asef .
Translated from A Nantes, les étudiants se nourissent pour un euro !