Zapatero contra Sarkozy en cinco asaltos
Published on
Translation by:
Argemino BarroTodo el mundo lo sabe: los cambios de gobierno se hacen para vender sueños. José Luis Rodríguez Zapatero lo ha comprendido bien nombrando a Alfredo Pérez Rubalcaba como vicepresidente primero. Nicolas Sarkozy, por su parte, genera un escenario dudoso, y deja en evidencia su necesidad de votos al renovar en escena a François Fillon, más popular y simpático.
In and Out de los cambios de gabinete hispano-franceses, en cinco asaltos.
¿Para qué sirve un cambio de gobierno? Para contar una bonita historia, para narrar con habilidad los hechos prácticos y poder influir los ánimos; un gran cambio a la cabeza del Gobierno es un mensaje claro para el gran público que reposa en su sofá o consulta su i-Phone: el Estado renueva su dirección. Y detrás, la cruda realidad: en España y en Francia, con una popularidad seriamente dañada, un presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y un jefe de Estado, Nicolas Sarkozy, han optado por este útil instrumento de comunicación para rebajar la depresión. Paro masivo en España, reforma de la jubilación, casos de corrupción y racismo institucional en Francia… Las uvas de la ira son demasiado gruesas como para ignorarlas. Pero toda estrategia de Storytelling tiene unas reglas que hay que respetar.
1) El núcleo de la ruptura
Obliga la crisis: los cambios de los dos países deben reflejar impulso, energía. Misión cumplida en España, donde Zapatero ha colocado a un hombre providencial como mano derecha: Alfredo Pérez Rubalcaba. Responsable de la estrategia electoral socialista en 2004, azote de ETA y comunicador eficaz, el sabio barbudo ha podido templar el ardor político del electorado ibérico. Los franceses, al contrario, tuvieron que asistir a un vodevil donde centristas y derechistas lavaron sus trapos sucios en público con un duelo entre el aspirante Jean-Louis Borloo y el veterano François Fillon. ¿Sobraba esta historia? Sí, porque al final Fillon se quedó en su puesto tras varias semanas de combate político, así que ¿para qué tanto drama si el resultado es el mismo? Y aún encima François Fillon empieza a perfilarse como posible alternativa a Sarkozy para las presidenciales.
2) ¡Un lugar para los jóvenes!
Dar al público un poco de carne fresca, señal de un “comienzo nuevo” fundamental para el golpe mediático. Objetivo alcanzado (en parte) por Zapatero con caras nuevas (Valeriano Gómez, viejo sindicalista y nuevo ministro de Trabajo) y una conexión con la juventud encarnada por Leyre Pajín, de 34 años, al frente de Sanidad. Al mismo tiempo y en el país vecino, Xavier Bertrand toma las riendas del ministerio de Trabajo que ya dirigió entre 2007 y 2009, y Rama Yade, de origen senegalés y única joven hasta ahora, abandona el barco tras publicar su “Carta a la juventud”… Así que no hay conexión con las nuevas generaciones.
3) Retirar a los cansados
Mensaje recibido a este lado de los Pirineos : la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega y el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, fueron invitados a marcharse. Su homólogo francés, Bernard Kouchner, que había pensado en dimitir tras las expulsiones de romaníes, ya no tiene que cavilar más. El titular de Trabajo, Eric Woerth, enfangado en un interminable escándalo político financiero y utilizado en la reforma de la jubilación, deja el Elíseo con diez años más encima.
4) Movilizar los símbolos del zeitgeist (espíritu del tiempo)
La clave de una presidencia posmoderna es la capacidad de conducir (o fabricar) la opinión. El resultado es una especie de campaña electoral permanente.
Las dos estrategias narrativas tienen sus símbolos: en Francia ha muerto el ministerio de la Identidad Nacional por el fracaso del debate que quería generar en 2009. Un alivio, aunque los asuntos de inmigración se quedan bajo las alas del ministro del Interior, Brice Hortefeux, antiguo jefe del de Identidad Nacional acusado de injurias racistas. ¿Alguien dijo cambio? También se suprime el ministerio de Igualdad en España, acosado por críticas y polémicas desde que se creó hace dos años (la ley del aborto sigue estando en pie de guerra). Dos símbolos de cambio, pero también, quizás y con diferencias, dos fracasos con un descarado corte electoralista.
5) Saber encajar el golpe y sacar pecho
Pero este baile de máscaras, cuyo objetivo principal es volver a tener bajo control el ambiente político a mitad de mandato, tiene efecto limitado y resultados inciertos. Los cambios de gobierno de Zapatero y Sarkozy demuestran que los políticos cuentan y que su personalidad puede ser capaz de modificar las cosas. Al mismo tiempo, los dirigentes mundiales cuentan otras historias en la cumbre del G20 en Seúl. En Storytelling, el escritor francés Christian Salmon da a entender que los políticos tienen más interés en mimar su imagen que en resolver problemas. Cita de The postmodern president, de Richard Rose: “La clave de una presidencia posmoderna es la capacidad de conducir (o fabricar) la opinión. El resultado es una especie de campaña electoral permanente”. Así que detrás de estos cambios, todos los pensadores de Zapatero y Sarkozy vislumbran el año 2012. ¿Qué otras historias nos contarán hasta entonces?
Foto: Portada: (cc)crlsblnc/Flickr; caricatura de Sarkozy: (cc) zamito44/Flickr; Maquiavelo y Mickey: (cc)screenpunk/Flickr : Poster DHP : (cc)Dan Patterson/Flickr
Translated from Le remaniement en 5 rounds : battle Zapatero-Sarko