Viaje a la crisis del automóvil: “Nuestro futuro es precario en Fiat”
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Alberto Haj-SalehTras el anuncio del plan de reconversión de la planta de Termini Imerese, Fiat vuelve a dar de qué hablar: el 15 de julio la producción del Fiat Grande Punto se ha parado en Melfi mientras en Italia se preguntan sobre el futuro de la compañía.
Entramos en la Sata de San Nicola di Melfi, una de las fábricas más grandes de Fiat que vive entre la división de los sindicatos y la confusión de los obreros
San Nicola de Melfi, también conocida simplemente como Melfi, es una pequeña localidad de la provincia de Potenza, en el sur de Italia, que cuenta con apenas un millar de habitantes. Se encuentra en la frontera entre Basilicata y Apulia y es conocida por ser la sede de una de las zonas industriales más grandes del país. Sergio es uno de los casi dos mil obreros que cada día llegan a Basilicata desde Campania: “Cuando cerraron la otra fábrica para la que trabajaba, hace ya seis años, algunos de nosotros tuvimos la posibilidad de trasladarnos a Melfi”. De hecho, en la Fiat Sata hay muchos trabajadores que vienen de otras regiones meridionales. Tanto es así que si se llega a la verja de entrada durante el cambio de turno se tiene la impresión de estar a la salida de las clases de un instituto de secundaria. Hombres y mujeres vestidos de uniforme azul salen de la fábrica con una mochilita a la espalda y suben al autobús directamente hacia Nápoles o Foggia.
El fantasma de Termini Imerese
Con el primer cambio de turno, la empresa distribuye ejemplares del periódico La Stampa: “Lo leo cada día, aunque mis colegas digan que este es el periódico de los jefes. Hoy, por ejemplo, hablan de la clausura de la planta de Sicilia en 2012. Marchionne dice que no hay ninguna alternativa”. Se discute sobre el tema con vistas a la próxima asamblea sindical. “Aquí es difícil mantenerse sereno, no está nada claro que vaya a cerrar solamente Termini Imirese. También la Fiat Sata corre peligro. Nos repiten una y otra vez que es por la crisis, pero hace ya treinta años que trabajo para ellos y cuarenta años que oigo hablar de crisis. Es que hay crisis cada cinco años, vaya”, explica Vincenzo Russo, representante del sindicato independiente Failms. La plaza donde se sitúa la Sata está plagada de todos los modelos de Grande Punto, el automóvil que se produce allí, prácticamente un millar de ellos están aparcados.
Los sindicatos: “No nos dividirán”
Los obreros que deben fichar a las dos de la tarde caminan hacia la verja B pasándose el último folleto del sindicato, “Del desastre económico involuntario al desastre económico premeditado”, en el que se invita a los trabajadores a movilizarse. “El problema está en el hecho de que aquí, en la misma planta, conviven realidades económicas muy diferentes, está el obrero con una sola fuente de ingresos y que es además de otra región y está también el obrero que tiene más ingresos o, en fin, el perfil del trabajador local propietario, que además de su puesto en la fábrica tiene también una finca o un terreno y vive tranquilamente”. El tema de la solidaridad entre los obreros es la realidad más compleja con la que se encuentra el sindicato desde hace meses. Concretamente desde que durante los acuerdos entre Confindustria y el Gobierno, dos de los tres sindicatos – Cisl y Uil – firmaron sin el apoyo de la Cgil. “Desde entonces no han hecho otra cosa que alejarse, se están dividiendo internamente y cada vez es más complicado encontrar un acuerdo para tutelar de verdad a los obreros. Los mismos obreros no se dan cuenta. Les hablas de deslocalización y ellos se preocupan de los 'turnitos'”. Los 'turnitos' es una manera ingeniosa para reducir los tres turnos que se hacen en la industria, alargando los dos primeros con vistas a hacer desaparecer gradualmente el turno de noche, mejor pagado que los demás. “La verdad es que estamos en el puro caos. De Turín a Palermo nadie sabe qué va a pasar en el futuro”.
Italia lo primero
Mientras tanto, unos cuantos reciben el subsidio de desempleo, otros son trasladados y a otros no les renuevan sus contratos parciales. “Las categorías de trabajadores que hay que representar son diversas. La única certeza es que cada uno de ellos pierde algo. Ahora, por ejemplo, ¿qué está pasando en Melfi? En vez de mandar a los obreros a recibir el subsidio, les hacen entrar a fichar y luego les mandan de nuevo a casa porque no hay trabajo. No les pagan y les hacen creer que en realidad no pasa nada”, continúa Russo. Entre los sindicalistas se intenta mantener la calma después de lo que ha sido bautizado como el “caso Innocenza”. “Tonino Innocenza es un viejo sindicalista. Hace algunos meses le despidieron acusándolo de llevar a cabo actividades subversivas, tanto a él como a otros dos colegas nuestros. A nosotros los acuerdos con los americanos y los alemanes nos interesan poco, lo que queremos saber es qué pasa en nuestro propio país”.
Sergio cuenta que ha puesto una pancarta de protesta en la carretera que lleva a la entrada de la Fiat Sata, donde desde hace ya algunos días se han montado stands de movilización e información: “Volveremos a los veintiún días de huelga de 2004 si hace falta. Lucharemos por nuestro derecho al trabajo o incluso por nuestro derecho a saber si en realidad ya has perdido tu puesto de trabajo”.
Translated from Viaggio nella crisi dell’auto: “Noi futuri precari della Fiat di Melfi”