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Una nación milagrosa: el secreto del Wirtschaftswunder alemán

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Lifestyle

Los alemanes nos tienen alucinados: no paran de fastidiar a otros europeos diciéndoles cómo deben manejar su economía, hacen alarde de su baja tasa de desempleo y, lo que es peor, también ganaron el Mundial. Veamos detenidamente dónde se esconde la piedra filosofal del éxito de la economía germana.  

MITO: LOS ALEMANES SON TRABAJADORES

No debería ser muy difícil de entender. A estos amantes de las salchichas les encanta trabajar. Debido a las malas condiciones meteorológicas no hay mucho más que puedan hacer, excepto quedarse en la oficina hasta el anochecer. Mientras los españoles, los italianos y los griegos disfrutan de la siesta después de comer y se toman su primer calimocho de la tarde, los alemanes prefieren tener tiempo extra (los argentinos lo recordarán). Si tienen una obligación, arrastrarán la piedra de Sísifo hasta la cima de la montaña de forma incansable. El trabajador alemán funciona como el motor de un Mercedes: rápido e indestructible.

REALIDAD: NO

¿Problema resuelto? Echemos un vistazo a las estadísticas. Un trabajador alemán pasa 1.388 horas de media en el Arbeit. Mucho menos que en España (1.665 horas)  o Italia (1.852 horas). Un alemán trabaja casi la mitad que la media de trabajadores griegos (2.037 horas al año). Si nos fijamos en las oficinas de Hamburgo, Frankfurt o Berlín después de las seis de la tarde, nos llevaremos una sorpresa. Esta gente se toma su horario laboral muy enserio. Por la mañana, los alemanes ya hacen planes con sus colegas para tomar una Bier justo después del trabajo. Les encanta la puntualidad, no sólo cuando trabajan, sino también cuando llega la hora de irse de juerga. Encontrarás rebaños de alemanes que se dirigen, todos juntos, de su trabajo directos al bar más próximo. Atender una llamada de teléfono un par de minutos después de la hora de cierre: una idea espantosa para ellos.               

Cuando se les pide a los profesores que trabajen una hora más a la semana para compensar la falta de personal, veremos a estos afables y respetados hombres y mujeres intentando ocupar edificios públicos locales. Lucharán como si un lobo les fuera a quitar a su hijo y nunca agacharán la cabeza ante estos abusivos responsables políticos que les piden un esfuerzo extra. Veamos lo que dice gente de éxito como Steve Jobs: "Ves más allá, trabaja el fin de semana si hace falta, desafía el statu quo" .Básicamente, esto es todo lo contrario de lo que el 99% de los alemanes practica cada día. ¡Un momento! Entonces, ¿los alemanes no son esos tipos tan trabajadores como creíamos? ¿Qué es lo que hace que Alemania sea la fortaleza económica que es justo cuando se ha aniquilado el bienestar de Europa en menos de una década? 

MITO: LOS ALEMANES NO TIENEN VACACIONES

En una sociedad capitalista, tomarse unas vacaciones es, a menudo, sinónimo de pereza o falta de productividad. Mientras los europeos del Sur se fríen bajo el sol abrasador de agosto durante un mes entero, los alemanes pasan el verano intentado evitar la temida "palabra que empieza por v". Esto atiende a un doble objetivo: primero, pueden trabajar más con la finalidad de incrementar su producción y, segundo, los alemanes son alérgicos al sol y a la arena, ya que estos elementos no forman parte de su hábitat natural. Durante un período tan estresante para la psique germana, su proceso de pensamiento recuerda a un metrónomo repitiendo su mantra favorito: Sigue trabajando. Sigue trabajando (al ritmo de la canción de Dory en Buscando a Nemo: "Sigue nadando").     

Mantra de Dory adaptado a la psique germana.

REALIDAD: COMPLETAMENTE FALSO

Por desgracia, éste no es el caso. Die Deutschen se toman las vacaciones tan en serio como su hermanos del Sur. Los alemanes tienen el segundo permiso retribuido más alto del mundo (empatados con España ni más ni menos) con un total de 34 días pagados. Tan solo Austria y Portugal están por encima, con un total de 35 días; mientras que los griegos, los franceses y los italianos, supuestamente aprensivos al trabajo, tienen 26, 31 y 31 días de vacaciones retribuidas respectivamente. Durante agosto y septiembre, las ciudades alemanas más importantes estarán repletas de turistas, pero lo más probable es que te encuentres con un hamburgués o un berlinés en las playas de Ibiza, Sydney o Bali en una escapada de descanso y aventura de un mes. Además, no te molestes en intentar ponerte en contacto con ellos, porque lo más probable es que recibas un cordial recordatorio en tu correo electrónico para decirte que no están localizables; o bien, un letrero en el pomo de la puerta de su habitación con la siguiente petición: "Por favor, no molestar. Alemán de vacaciones".

 MITO: EL MERCEDES DE LA ADMINISTRACIÓN

Ordnung (orden) se ha convertido en la definición de un sistema administrativo bien organizado y eficiente donde cada procedimiento está muy bien regulado por instrucciones lógicas y claras; y cada caso es tratado solo por los individuos más competentes. Es un aparato que funciona sin sobresaltos, errores o confusión; a diferencia del brote de esquizofrenia que asola permanentemente a Francia. La estructura del gobierno alemán ha cosechado la reputación de modelo ideal que debe ser imitado por sus vecinos; el pináculo del éxito de una Europa que sigue las políticas de austeridad de Angela Merkel.

REALIDAD: ES UN DESASTRE

Una vez más, esto no deja de ser un mito. En un duelo con la burocracia alemana, lo más probable es que acabes totalmente frustrado. Navegar por el sistema de inmigración es una pesadilla; casi de las mismas proporciones que en el sistema francés, con infinitas citas y trámites burocráticos. El sistema universitario es otra de las instituciones con mala reputación debido a su apatía, ya que los profesores evitan responder a los correos electrónicos de los alumnos e incluso se toman hasta un año para corregir los trabajos.   

MITO: LOS ALEMANES SON GENTE DESPREOCUPADA

Así que no trabajan mucho, están prácticamente de vacaciones permanentes y su administración está formada por bestias malhumoradas que no tienen intención de hacer su trabajo como deberían. Hagamos un esfuerzo más para lograr entender cómo Alemania puede ser la nueva potencia económica de Europa. Debe de haber algo en la actitud de los alemanes que les hace tener tanto éxito. Hay algo que les hace funcionar, llámalo espíritu o llámalo pasión; pero es algo que hace que los Porsche sean más rápidos y que las lavadoras Miele duren toda la vida. Una de las cosas que Steve Jobs dijo antes de morir fue: "sigue hambriento, sigue insensato". Los alemanes deben de ser unos insensatos que pasan el día jugando con las ideas como si fueran niños, hasta que inventan algo como "el nuevo Volkswagen". Todas las mañanas leen citas inspiradoras dignas de las tarjetas Hallmark como "las puertas sólo se abrirán a aquellas personas que sean lo sufiencientemente atrevidas como para llamar", cosa que les encanta a sus competidores americanos. Poseen una capacidad innata para mantener una actitud positiva incluso ante la adversidad y llevan a cabo el viejo dicho: "si no tienes éxito al principio, sigue intentándolo hasta que lo consigas".       

REALIDAD: NEIN

En serio, si alguna vez visitas una fábrica o una oficina alemana, te sorprenderás. Las fotos enmarcadas del último viaje al Oktoberfest es un ejemplo muy normal de lo que os podéis encontrar . Sin embargo, las citas que tratan de inspirar o incluso hacer soñar están de paseo. No os lo creeréis, pero los alemanes son muy pesimistas. De modo que, si por alguna casualidad, una tarjeta con una cita sobrevive a los estrictos ojos de los empleados alemanes, sería algo así: "espera lo peor, y tal vez será mejor".  

Entonces, ¿POR QUÉ, POR QUÉ, POR QUÉ? El enigma del éxito económico alemán está aún por resolver; tan misterioso como el Triángulo de las Bermudas. ¡Por favor, ayúdanos si encuentras la respuesta! Dinos lo que piensas: j.finkeldey@cafebabel.com o k.bolongaro@cafebabel.com.

Translated from A Miracle Nation: The Secret Behind The German Wirtschaftswunder