Testimonio: ser joven, húngaro y de una minoría aficionada al fútbol en Eslovaquia
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Diana Irene ArancibiaDespués de contactar a una docena de jóvenes a través del correo electrónico y llamarles por teléfono para hablar acerca de las tensas relaciones entre los dos países a los que pertenecen, solo uno estuvo dispuesto a contar sus experiencias personales
El 15 de noviembre, los primeros ministros eslovaco y húngaro, Robert Fico y Ferenc Gyurcsány, no consiguieron resolver las tensiones cuando se reunieron en la ciudad fronteriza de Komárno. "Pero la disculpa mutua de ambos líderes políticos, húngaro y eslovaco, podría ser un primer paso hacia la coexistencia pacífica de los dos en Eslovaquia”, dice Szabolcs. Estamos tomando algo el domingo por la tarde, en un pequeño café en Budapest, donde él asiste a la universidad. Los magiares, 9,7% de la población total de Eslovaquia, están en su mayoría concentrados sobre la frontera meridional. Szabolcs se siente fuertemente conectado con su ciudad natal, Dunajská Streda. Apareció en las noticias el tres de noviembre, cuando cincuenta fanáticos húngaro-eslovacos resultaron heridos en un partido de fútbol en su estadio. Los “hooligans” húngaros fueron acusados de “perjudicar las relaciones eslovaco-húngaras".
"Estúpido húngaro"
Szabolcs es un ciudadano eslovaco que habla húngaro. Asistió a una guardería húngara y se considera húngaro. Lo han llamado “estúpido húngaro” en situaciones diarias, como cuando no ha habido suficiente espacio al bajar del autobús. Pero, puesto que la ‘minoría’ húngara en Dunajská Streda es casi el 80% de la población total de la ciudad, no se oyen a menudo comentarios como ese. Los amigos de Szabolcs son todos de la comunidad húngara, y tiene muy pocos amigos eslovacos. Recuerda a un amigo de la infancia, que acudió a una guardería eslovaca, pero que luego conoció en la escuela de habla húngara a la que asistían juntos, que ha abandonado algunas de las tradiciones húngaras que Szabolcs considera de vital importancia- sobre todo si uno quiere ser un miembro activo de la minoría. Puede que su amigo tenga un montón de amigos eslovacos, pero Szabolcs siente que subestima su origen húngaro. El mantener vivas las conexiones con su país de origen y hablar húngaro no ayuda las relaciones actuales entre las dos comunidades.
Rastrear las raíces culturales e históricas de ambos países les ayudará a ambos a entender su pasado común. También aceptarán el hecho de que los sentimientos nacionales heridos y las ofensas históricas se deben reemplazar por el conocimiento mutuo y tratar de vivir juntos, codo con codo, como en el pasado. Desgraciadamente, esta intención es un concepto remoto e idealista en este momento, dice Szabolcs, mientras se dirige a un partido de fútbol para ver jugar al equipo nacional húngaro.
Translated from Testimony: being young, Hungarian and a football-loving minority in Slovakia