Suecia: Allsvenskan, los últimos amateurs del fútbol
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Concha HierroLa temporada futbolística europea arranca en septiembre, mientras que la liga sueca pierde fuelle
A pesar de su pequeño tamaño, Suecia ha obtenido grandes resultados en el campo de fútbol. El equipo nacional ganó la medalla de plata en la copa del mundo de 1958 (derrotado sólo por el Brasil de Pelé), y sorprendió a medio mundo tras ganar la medalla de bronce en 1994. Los clubes suecos solían hacerlo notablemente bien en las competiciones europeas: IFK Goteborg ganó la copa de la UEFA dos veces en los ochenta y Malmo FF llegó a la final de la Champions League en 1979. Y todo esto con jugadores amateurs hasta la mitad de los noventa.
No atenerse al día de trabajo
Cuando IFK Goteborg batió al FC Barcelona por tres goles a cero en la semifinal de la Champions League, la prensa catalana enfureció. ¿Cómo podían perder unos profesionales frente a los amateurs? Constantemente bromeaban con referencias a los días de trabajo que tenían los jugadores del Goteborg. ‘El bombero pasa el balón al oficinista de banca’, decían en sus crónicas, por ejemplo. A pesar de perder en el Camp Nou en la tanda de penaltis, el Goteborg demostró que su juego organizado era suficiente para acariciar la cumbre del fútbol europeo. Hoy, la mayoría de los jugadores de la Allsvenskan (la liga sueca) se han hecho profesionales. Aun teniendo un equipo nacional cualificado para mayores competiciones, los éxitos cada vez son menos habituales. Sólo hay que echar un vistazo a la Eurocopa 2008, cuando perdieron 2-0 contra Rusia en los cuartos. Los equipos suecos a menudo luchan por ser competitivos contra clubes de ligas europeas menores.
Suecia es un ejemplo del profundo cambio en el fútbol europeo en los últimos quince años debido a las nuevas condiciones económicas que marcan las cuotas de pantalla. En las Cinco grandes del oeste europeo –la Bundesliga de Alemania, La Liga de España, la Serie A de Italia, la Premier League inglesa y la Liga 1 francesa- la renta de los derechos de televisión se negocia directamente con los clubes. Sin embargo en Suecia, la Asociación Sueca de Fútbol (ScFF) distribuye el patrocinio a los propios clubes, lo que impide a los mejores alcanzar la estabilidad necesaria para mantenerse en la cima.
Dinero, dinero y más dinero
Hay quien dice que los equipos de la Allsvenskan tendrán éxito algún día. De hecho en la última década, ocho clubes diferentes han logrado alzarse ganadores en competiciones internacionales. La realidad es que es un campeonato muy desigual, en el que los favoritos no pueden mantenerse arriba. En 2007, los campeones del Goteborg se vieron forzados a arriesgar sus delanteras por vender al pichichi Marcus Berg a mitad de la temporada al Groningen. Los entrenadores por su parte se vieron obligados a experimentar con nuevas alineaciones y tácticas.
Los ingresos por ventas en la Allsvenskan son bajos respecto de las principales ligas europeas (la competición sueca se sitúa en el vigésimo octavo puesto en el ranking de la UEFA), con alrededor de 73 millones de euros. Las ciudades de Goteborg y Oporto son similares en tamaño y a pesar de ello, los ingresos del Oporto FC excedieron en un 10% al total de lo ingresado por todos los equipos de la Allsvenskan. El sistema de impuestos sueco pone en desventaja a los clubes para atraer a los jóvenes talentos. En un club sueco, un jugador con un salario bruto de 13.500 euros, recibe un neto de 5.200, mientras que en Dinamarca con el mismo salario bruto, el jugador gana 9.350 euros.
En espera de una oportunidad
Tiempo atrás los jugadores suecos formaron parte de las Cinco grandes ligas, en las que se desarrollaron como futbolistas. Estos mismos ahora están probando suerte en Dinamarca o Noruega, donde la calidad del juego es más o menos la misma que en la Allsvenskan pero donde las tasas son menores. Los numerosos jugadores latinoamericanos y africanos del campeonato nacional sueco esperan su oportunidad de mostrar que tienen el talento suficiente como para poder mudarse a ligas mayores en otros continentes. En 2008, la Allsvenskan suprimió el antiguo límite de tres jugadores no comunitarios en la alineación principal de los equipos.
El éxito del fútbol amateur sueco se debió al enorme esfuerzo realizado por parte de los miembros de los clubes. Individualmente, la calidad de los amateurs no era suficiente para estar en la cima europea, pero su persistencia y las buenas tácticas fueron una acertada manera de acortar distancias. Los equipos suecos han aprendido a capitalizar las nuevas tendencias económicas (patrocinadores, derechos de televisión y eventos), con lo que han conseguido fortalecer su competición. No obstante, el fútbol sueco pierde interés para la audiencia televisiva y los patrocinadores cuando se compara con otras ligas europeas.
Translated from Sweden: Allsvenskan, the last football amateurs