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Ser profesor: de Irlanda a Alemania

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Concha Hierro

Sociedad

Los germanos son reconocidos por su eficiencia y su maquinaria burocrática. He aquí la prueba

El problema para mí comenzó hace alrededor de un año. Una vez terminado mi grado en Literatura Inglesa y un máster en Literatura anglo-irlandesa y Dramática en el país donde la frase “oh, no te preocupes, ¡serás magnífico!” resume la actitud general; para encontrarme en la ventanilla o mostrador de alguna diputación provincial. Dejé Irlanda para volver a Alemania. Después de una cantidad considerable de trabajos nada satisfactorios, descubrí que me encantaba el trato directo con los estudiantes. Pero también es este el punto en que se hace complicado.

Para ser profesor en Alemania...

¿Quieres ser profesor en Alemania? Para ello, debes saber que solo es el comienzo de tu carrera académica. En Irlanda, por ejemplo, un diploma de un año en educación superior debe ser completado con un período en un instituto que te cualifica completamente como profesor. Sin embargo, los futuros profesores en Alemania tienen que estudiar pedagogía, además de necesitar dos o incluso tres asignaturas más para graduarse. Es que es cierto que también hay un componente pedagógico en cómo enseñar la asignatura adecuadamente a futuros estudiantes. Un grado lleva cuatro o cinco años y finaliza con el Primer Examen Estatal. El programa de enseñanza de didáctica para profesores, el Refrendariat, que requiere otros dos años, concluye con el Segundo Examen Estatal.

Fui a Irlanda a finales de los noventa, cuando los expertos en Alemania profetizaban que en el futuro no habría trabajo para estudiantes de inglés. Diez años después, se demostró que eran unos agoreros. La escuela pública de Renania del Norte-Westfalia, el Estado federado donde vivo, no tiene suficientes profesores de inglés; pero a los alumnos se les pide aprender una segunda o tercera lengua. En algunas zonas, el caso es tan dramático que esos colegios pueden emplear a sustitutos como yo que no están inmersos en el sistema alemán.

El problema de ser sustituto

El problema con la sustitución es obvio: ahora te necesitan y tiran de ti y después te echan. Ante esto hay dos opciones: o lo aceptas y vives el semestre lo mejor que puedas, sin atormentarte por no saber si en septiembre volverás, o consigues la cualificación necesaria para formar parte del sistema oficial. Yo opté por lo último, lo que significa trabajar la mitad del tiempo como profesor y volver al colegio para estudiar una segunda asignatura y los cursos extras obligatorios de pedagogía. Por desgracia, esto es solo el comienzo de cómo las cosas pueden ir por el camino del absurdo. 

"Durante cinco años el ministerio de Edudación ha estado estudiando mi licenciatura irlandesa para saber si es válida en Alemania"

Durante los último cinco años, el ministerio de Educación de Renania del Norte-Westfalia ha estado estudiando mi licenciatura irlandesa para decidir si estoy cualificada o no para conseguir que me reconozcan inglés como una de las dos asignaturas que constituyen el Primer Examen Estatal en dicho Estado. No darán el visto bueno porque no he hecho el citado componente didáctico necesario para mi carrera irlandesa. Lo cierto es que he estado en Irlanda, enseñando inglés para el mismo ministerio que dice que no estoy cualificada. Así que no encaja. Pero las reglas son las reglas, ¿no?

Puedo vivir con el hecho de que tendré que hacer una segunda asignatura, pero después de estos años de volver a los estudios y ganarme el pan enseñando a tiempo parcial, tendré sin duda alguna que volver a pasar por el establecido –y mal pagado- programa de prácticas. Esto lo haré ahora, cuando llevo ya al menos cuatro o cinco años dando clases reales a estudiantes. Esta política plantea todo tipo de preguntas sobre cuán europeo es el sistema educativo alemán, y entierra la de porqué la vida es tan dura para gente con un nivel educativo de tercer nivel. En cualquier caso, hay algo que está claro: si no te salen las cuentas, seguramente no sea problema tuyo.

Translated from Being a teacher: from Ireland to Germany