Segolène Royal gana pero los candidatos al Elíseo decepcionan en cuanto a Europa
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maria gené gilUna vez elegida Royal como candidata socialista a la presidencia francesa, ¿cuáles son las políticas de los demás candidatos respecto a la entrada de Turquía y la constitución europea?
Antes del otoño hubo una época en que el Presiente de la Comisión Europea, Durão Barroso, se debía de estar preguntando cuántas otras esperanzas presidenciales francesas irían a llamar a la puerta de su oficina anticipándose a las nominaciones oficiales del partido. La visita del 8 de septiembre del líder del partido de centro-derecha y actual Ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, tuvo lugar con muy poca diferencia respecto a la de la candidata socialista, Ségolène Royal (que ha ganado en las primarias socialistas con el 60% de los votos de la militancia), sólo cinco días después en Bruselas.
Parece probable que Europa sea un aspecto importante en las elecciones del próximo año. Después de que los votantes franceses llevaran a la Unión Europea a una de las crisis más graves de sus 50 años de Historia con el rechazo al Tratado de la Constitución el pasado mayo, hay una gran esperanza de que una cara nueva en el Elíseo conduzca las cosas a buen puerto.
Pero si el resto de Europa busca ansioso el liderazgo de Francia, es probable que se decepcione. Sobre el terreno, las ideas nuevas escasean. ¿Puede Europa esperar ideas nuevas de candidatos no tan nuevos? Sarkozy entró en el mundo de la política a los 22 años y llevaba una eternidad esperando poder presidir la coalición conservadora UMP (Unión por un Movimiento Popular). Ségolène Royal, presidenta de la región de Poitou-Charentes, está coaligada con dos de los miembros de la “vieja guardia” del partido socialista: el antiguo ministro de Economía y hacienda, Dominique Strauss-Kahn, y Laurent Fabius, ex primer ministro durante la segunda mitad de la década de los ochenta. Los votos de protesta que benefician al ultraderechista Frente Nacional caerán como llovidos del cielo para Jean-Marie Le Pen, un veterano en política desde 1956.
Reforma institucional
El asunto más urgente al que tiene que hacer frente la Unión Europea es el debate sobre la reforma de las instituciones. ¿Cómo pueden transmitirse las preocupaciones de franceses y holandeses mientras el proceso de reforma avanza? Los candidatos al palacio del Elíseo coinciden unánimemente en una sola cosa: volver a someter el texto actual al voto del electorado francés no es una opción seria. Como dijo Nicolas Sarkozy hace poco, “el voto de los franceses era claro. No seré yo quien les diga que no lo entendieron bien”.
En lugar de esto, su propuesta de “minitratado” copiado de la Constitución se sometería a un proceso de aprobación parlamentaria en el contexto de una revisión convencional del tratado ya existente. Con reformas institucionales importantes, como la creación de un ministerio de asuntos exteriores europeo.
Con esto, supuestamente, se sortearía el “no” sin humillar a los países que votaron por el “sí”. Desde la izquierda, las propuestas acerca de lo que hay que hacer con la Constitución todavía parecen ser menos afortunadas. Tanto Fabius como Royal están de acuerdo en que debe establecerse algún tipo de asamblea que esboce un tratado alternativo. El documento que saliera de ella se sometería a referendos nacionales o votaciones parlamentarias convocados para el mismo día: una estrategia de alto riesgo, sin duda alguna.
¿Y qué pasa con la cuestión más amplia de la reforma? Nicolas Sarkozy y Dominique Strauss-Kahn se unieron en la propuesta de delegar en el Parlamento Europeo la responsabilidad de nombrar al presidente de la Comisión Europea. También estuvieron de acuerdo todos los candidatos en la ampliación de Europa. Royal está presionando para obtener más competencias en energías renovables y medio ambiente, mientras Fabius hizo lo propio en asuntos sociales y Sarkozy en temas delicados como la inmigración y los impuestos, aunque a través de un sistema de voto por mayoría absoluta.
Ampliación a Turquía
La cuestión de la integración de Turquía es el principal problema concerniente al tema de la ampliación. Candidatos de todas las tendencias parecen oponerse a la idea de que Turquía sea miembro de pleno derecho de la UE. Sólo Dominique Strauss-Kahn apoya a Turquía y defiende una Europa más plural. La propuesta similar de Fabius considera algunos países como el “núcleo de Europa” y contempla el concepto de “miembros privilegiados”. Ségolène Royal es la única candidata que se ha negado a hacer pública su opinión, y simplemente lo deja a manos de un referéndum. Su opinión, dice, será “la de los franceses”. ¿Quién dice que la política ideológica ha muerto?
Otras propuestas que surgen de los candidatos entrecruzan claramente un amplio abanico de temas, desde la afirmación de Royal de restituir la ayuda europea a la Autoridad Palestina a la propuesta de Fabius de crear un impuesto sobre la energía a escala europea. No obstante, la crítica general, sobre todo desde la izquierda, es que cada vez la Unión Europea se está separando más de sus ciudadanos y se está debilitando por las fuerzas de liberalización de la globalización. La cuestión de si la propuesta de alguno de los candidatos hará cambiar el rumbo de las cosas es tan especulativa como preguntarse quién se sentará en el Elíseo a partir del próximo mes de mayo. Sin embargo, lo cierto es que Europa ha depositado grandes esperanzas en quien sea el nuevo Presidente francés. Por eso, muchos creen que las mejores ideas aún están por llegar.
Fotos: Royal y Fabius: Parti Socialiste / Flickr; Sarkozy y Strauss-Kahn: PE Weck / Flickr
Translated from The Euro-vision Contest