Rumanía al viento
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Diana Irene ArancibiaEl viento produce energía para el 6% de los hogares en Alemania, al 9% en España y casi un quinto de los daneses. Hace cuatro años el negocio del viento llegó a Rumanía y ahora está reclamando su pedazo del pastel energético.
Contra todas las expectativas, Rumanía sí tiene una tradición en energía alternativa. Su amplia red de ríos y arroyos ha permitido la construcción de numerosas plantas hidroeléctricas: existen 30 plantas generadoras, la mayor de ellas en Portile de Fier (Puertas de Hierro) compartida con Serbia, sobre el río Danubio.
Estas centrales producen alrededor del 34% de la energía eléctrica del país. Sin embargo, los parques eólicos eran algo desconocido en el paisaje rumano hasta hace algunos años. La primera estación fue erigida cerca de Ploiesti (Valaquia), aunque las únicas áreas rentables se encuentran en la costa del Mar Negro o a gran altura en los Cárpatos, según los expertos de la Administración Nacional de Meteorología.
Tureni. “Solo un experimento”
Al vislumbrar por primera vez los cuatro aerogeneradores instalados cerca del pintoresco pueblo transilvano de Tureni, el conductor del autobús no parece muy impresionado. “Europa está en todos lados. Al final todos vamos a tener que seguirla”. Tureni es una pequeña comunidad con una mezcla étnica de rumanos y húngaros, situada a 20 kilómetros de Cluj-Napoca, una de las ciudades más importantes del país, capital de Transilvania. Cuando uno entra en pueblo, el grado de pobreza lo golpea, y uno se pregunta si no sería más útil para la población de la localidad un sistema de depuración de aguas o calles pavimentadas que con energía eólica. La principal actividad del lugar es la agricultura, por lo que no es raro ver calles sin asfaltar y animales de carga circulando por el pueblo.
Sin embargo, todos parecen ansiosos de dirigir a los visitantes hacia las turbinas eólicas, como si ellas le dieran a la gente un sentido de orgullo local. Las turbinas están ubicadas sobre una colina adyacente al pueblo y se puede acceder a ellas por una calle embarrada.
Las turbinas eólicas fueron instaladas hace unos nueve meses por un grupo de inversores locales que operan bajo el nombre E. Market SRL. Desde entonces, una turbina ya está en desuso por fallos de funcionamiento, mientras que las otras tres todavía están esperando el papeleo necesario para poder ser conectadas a la red nacional de suministro de energía.
Eólica sí, pero no aquí
Marius Sanda, jefe del Centro de Meteorología Regional en Cluj (CMR Cluj), admitió en una entrevista para el periódico local Agenda Clujeana: “En esta región, el viento solo es rentable en los picos montañosos. El pueblo de Tureni no está ubicado en esa zona”. Sin embargo, otro periódico, el Informatia de Cluj, afirmó el 25 de marzo que el inversor, Octavian Manastireanu, ha decidido extender la capacidad de su pequeño parque eólico de un modesto 0,3 MWb a 2,5 MWb: “Ya hemos presentado el proyecto. Ahora estamos esperando todos los permisos legales que necesitamos. Esperamos tener todas las otras turbinas en funcionamiento en un año y medio”.
“Es imposible que esas cuatro turbinas eólicas puedan reducir nuestras facturas de electricidad”,
dice un vecino anciano. “No tendremos beneficio alguno de esto en toda nuestra vida”, dice otro vecino. Y, aunque aparentemente lo que estas personas buscan es beneficio, algunos vecinos son conscientes de las ventajas de la energía eólica. El secretario del pueblo, Gheorghe Surd, es honesto acerca de la situación real. “No hay un compromiso verdadero con la comunidad local. Las turbinas están allí sólo con fines experimentales. ¿Ha visto alguna instalación para depósito? No hay ninguna”.
Translated from Romania: A tale of winds