Retales de vida en los mercados financieros
Published on
Translation by:
Blanca Azcárraga JuncadellaDesde un joven debutante a veteranos conocedores del mercado, todo ellos nos cuentan el impacto que la explosión de la burbuja inmobiliaria americana ha tenido en su vida profesional. Sin pagas extra o sin trabajo del todo, una vida de sobresaltos al ritmo de las bolsas mundiales
Lola, 29 años, Londres: “Encontraré un puesto mejor cuando termine la crisis”
Aunque acaban de despedirla por razones económicas, Lola dice confiar en el futuro. Su optimismo se remonta a su época de estudiante. Ya entonces estaba dispuesta a realizar muchos sacrificios para entrar en uno de los grandes bancos que hacen vibrar la City, el corazón financiero de Europa. Tras algunos años de experiencias enriquecedoras, consiguió al fin entrar en uno de los bancos de mejor reputación, con sede en Canary Wharf. Ahora, relativiza el problema y se dice que en unos meses encontrará un trabajo igual de interesante, solo hay que esperar a que pase la tormenta. Por el momento, dedica su tiempo a su vida en pareja.
Sr. X, 60 años, París: “Ya nunca volverá a ser como antes”
El señor X empezó a trabajar en los mercados a la edad de 15 años, en los 60, cuando todas las operaciones se llevaban a cabo a voz en grito. Ha escalado todos los peldaños uno a uno: empezó llevando sacos cargados de piezas de oro y acabó fundando una sociedad de bolsa en los años 80. En aquel entonces, los mercados financieros, especialmente los de los países de la Unión Europea, iban a conocer un crecimiento extraordinario. Durante esos años locos, el señor X frecuentó todos los lugares de moda de París y conoció a todas las personalidades de su época. Su agenda de direcciones y la fortuna acumulada hacen eco de ello.
Ha vivido riñas, cracs, motines y muertos. Ha conocido las subidas de adrenalina, los grandes golpes, las burbujas y a todos aquellos que aman la bolsa. Auténtica memoria viviente de los mercados y fuente inagotable de anécdotas apasionantes, evoca el pasado con tristeza. Le hubiera gustado acabar con una nota positiva, pero el contexto actual no le inspira nada bueno. Muchos de los bancos que en otro tiempo vio prosperar, se han desmoronado recientemente como castillos de cartas, o se tambalean, por lo que no puede sino preguntarse qué quedará para los siguientes.
Sr. S, 39 años, Milán: “¡Estamos perdidos!”
El señor S debutó en los años 90 en un ambiente muy similar a aquel tan bien descrito por Olvier Stone en su película Wall Street (1987). Curtido en los mercados, despedido tras un crac de los países emergentes en el 98, ha aprendido a seguir en pie pese a la adversidad, lo que le permite en las condiciones actuales sacar provecho de su agenda de direcciones y vivir cómodamente. Tras el 98, siguió sumando experiencias manteniendo un buen nivel de vida. Aprendió a no quedarse quieto en un mismo lugar, con el fin de sufrir lo menos posibles los sobresaltos de los mercados financieros.
Sr. T, 26 años, París: “Hay que esquivar la lluvia”
Contratado en agosto de 2007, el señor T piensa que ha tenido mucha suerte ya que con solo unas semanas de diferencia las cosas hubieran podido ser muy diferentes... Por otro lado, es consciente del difícil contexto actual, y piensa para sus adentros, frustrado, si no deberá esperar un poco antes de soñar con la esperada paga extra. Peor aún, quizás nunca conozca las mismas bolsas europeas que sus predecesores.
Teniendo en cuenta los índices bursátiles y la actualidad, se pone a pensar que según van las cosas podrían despedirle próximamente. Sin emabargo, como buen amante de la economía y de los mercados financieros, desea seguir creyendo en ellos y se prepara para días mejores.
Translated from Fragments de vie sur les marchés financiers