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Que todo quede en familia: la fábrica de Fiat en Turín y la Italia post-industrial

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Laura Calvo

Cultura

Turín emerge del reinado de la monarquía Fiat, que ha durado 110 años, y está descubriendo un alma cultural que ignoraba poseer. Una mirada muy italiana a la globalización

Turín está inundada de coches y muchos de ellos son modelos Fiat. En medio de la Via Nizza se aprecian unas obras que dificultan el tráfico: el metro está en construcción. Hasta que los Juegos Olímpicos de Invierno de 2006 se celebraron en Turín, la gente no se dio cuenta de que era necesario para la ciudad, afirma la periodista Anna Masera. "Aunque solo sea para los turistas", dice. "Para empezar, la familia Agnelli −los dueños de la Fiat− obstaculizó la construcción del metro. Querían que todo el mundo tuviese un coche”. La familia ha sido una fuerza industrial dinástica en Turín durante más de un siglo.

La monarquía de Turín: los Kennedy de Italia

Giovanni Agnelli, ‘The Lawyer’Salvatore Tropea ha pasado toda una vida como periodista en Turín y posee una perspicacia adquirida gracias a su condición de ciudadano y de observador al mismo tiempo. "Fiat es el último de los grandes viejos fabricantes que queda", afirma. "A nivel global, la relación entre una ciudad y una empresa como la de Fiat y Turín no ha existido jamás y nunca existirá. Esta fue en el pasado una relación de poder, auténtico y absoluto. La política se apoyaba en la Fiat, la empresa, la Iglesia, todo. La Fiat te acompañaba desde la cuna a la tumba. Cuando un empleado tenía un hijo, la empresa le hacía un regalo. Había una guardería de la Fiat, un colegio de la Fiat y campamentos de verano para las vacaciones de la Fiat. La stampa y otros grandes periódicos turineses fueron propiedad de la Fiat durante años. Los domingos iban a ver a la Juventus (el equipo de fútbol propiedad de la Fiat). Te acompañaba durante todo el arco de tu vida. La monarquía de los Saboya fue reemplazada por la monarquía de los Agnelli. Ese es el problema de Turín”.

Los Agnelli están implicados actualmente en dos procesos judiciales. Una desagradable disputa sobre la herencia ha enfrentado a John Elkann, de 33 años y el actual mascarón de proa de la dinastía, contra su madre, Margherita Agnelli de Pahlen, desde principios de 2008. La mujer, de 54 años, piensa que le han estafado una fortuna. "Cuando empezó esta fea historia, yo escribí poco sobre ella", cuenta Tropea. "Pero John me llamó por teléfono y me dijo: la Mamma es malvada y nos va a llevar a juicio. Antes, cuando el Avvocato (‘el Abogado’, como solían apodar a Giovanni Agnelli haciendo referencia a su licenciatura en Derecho) era el mito de Turín y de Italia, esta calumnia habría sido un problema. Pero todas las familias industriales acaban así. Es el problema de poseer tanta riqueza”.

En el otro proceso en el que está implicada la Fiat, los asesores de la familia, Gianluigi Gabetti y Franzo Grande Stevens, están acusados de haber engañado a los inversores. En 2005, la familia Agnelli fue casi desbancada como accionista mayoritaria de la Fiat Spa. Las acciones subieron, ante la expectativa de que comprarían más. Pero la participación mayoritaria estaba preservada mediante una permuta financiera de valores con Merrill Lynch por la que el banco ha sido multado con 250.000 euros. La fiscalía sostiene que el hecho de no haber anunciado dicho trato condujo a una manipulación del mercado; el tipo de vieja maniobra que no sorprende demasiado tratándose de una empresa familiar italiana. Tales tácticas no son precisamente un atractivo para futuros inversores internacionales tampoco. "Por un lado, las compañías de gestión familiar son responsables; las empresas familiares no se fastidian las unas a las otras", afirma Anna Masera. "Pero los accionistas no se fían de ellas. Creen que la familia solo se preocupa de sacar el máximo beneficio para sí misma”.

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"Queremos el paquete Chrysler"

La factoría de Mirafiori terminó de construirse en 1936 en el solar donde una vez se erigió el castillo Saboya, del que toma su nombre. Produce los modelos más antiguos, como el Punto, diseños que ya no están a la vanguardia. Los modelos más recientes y dinámicos, el Fiat 500 y el Panda, se fabrican en Polonia. Los sindicatos italianos están preocupados por las implicaciones del movimiento de la Fiat en Estados Unidos. En enero de 2009 la Fiat estableció una alianza global con Chrysler, asumiendo una participación del 35% en el achacoso gigante e intercambiando tecnología y redes de distribución, lo que preocupó a los sindicatos. Giorgio Airaudo es el secretario general de la FIOM, el sindicato más antiguo y poderoso de Italia. Representa a los obreros metalúrgicos, muchos de los cuales conforman la plantilla de la Fiat. "Queremos que se fabriquen productos nuevos en las fábricas italianas. Queremos que el paquete ofrecido a Chrysler se quede aquí en Italia. Necesitamos un gobierno que −como los de todos los demás países con industria del automóvil− defina un plan estratégico para la automoción. Necesitamos una política industrial. La Fiat necesita proteger y desarrollar los coches eléctricos en Italia para venderlos a los mercados europeos”. El administrador delegado de la Fiat, Sergio Marchionne, saltó a los titulares recientemente al declarar que −a diferencia de la fábrica turinesa de Bertone, que fue rescatada hace poco junto a sus 1.200 empleos− "no todas las fábricas de la Fiat podrán salvarse”. "Noticias graves", comenta Airaudo. "El equilibrio que hemos logrado mantener hasta ahora con la Fiat se halla en peligro”.

El giro

il Vanzo - tiny little piecesLa Fiat padeció una crisis propia que precedió a la económica mundial en 2002, en la que sufrió importantes pérdidas. "Marchionne les sacó del infierno", afirma Tropea. "Nadie pensaba que la Fiat podría recuperarse. Entonces llegaron los Juegos Olímpicos de Invierno. Turín descubrió en sí misma este alma cultural, turística y distinta. Se dio cuenta de repente de que tenía la capacidad de hacer otras cosas”. Evelina Christillin se muestra de acuerdo. La entonces vicepresidenta del comité olímpico organizador, apodada la Signora delle Olimpiadi (‘la Señora de las Olimpiadas’), responde con ironía cuando le pregunta sobre el efecto de los Juegos en Turín. "¡Qué pregunta más sencilla! En líneas generales, el efecto se produjo en una doble vertiente. La primera se notó en la realidad física: las calles, los edificios de la ciudad, la infraestructura en general. El segundo efecto fue psicológico: la ciudad se convirtió en un crisol cultural. Las actitudes turinesas se abrieron al mundo exterior. Nos dimos cuenta de que éramos merecedores de la confianza que se había depositado en nosotros; nos probamos a nosotros mismos y a los demás de lo que éramos capaces. Los turineses, muy entusiastas, ahora miran al futuro en lugar de al pasado”. Pregunto si otras ciudades con un pasado industrial tienen algo que aprender de la estrategia de Turín. "He visitado Manchester y he quedado muy impresionada", responde Christillin. "La industria se está deslocalizando a otras partes del globo, a la India y a Brasil. No hay más remedio que moverse, si bien en una dirección que no abandone nuestras raíces industriales, de las que tan orgullosos nos sentimos. Necesitamos reconciliar nuestra historia y nuestra herencia con el futuro”.

Gracias al equipo de Turín por su colaboración en este artículo

Fotos: Flickr / occhichiusi; Flickr /ankor2 [больной.sick.BOY] ; Flickr / il Vanzo - tiny little pieces

Translated from Keeping Turin's Fiat factory in the family: post-industrial Italy