Promesas vacías llenas de oro y otras maravillas
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María Miguel RecataláLa expresión inglesa empty promises (promesas vacías) sobre las promesas que no se pueden cumplir se traduce con una imagen mucho más natural y colorida en otros idiomas europeos. Sea el caso de “montañas de oro” en francés o “azul del cielo” en alemán, los europeos tienen claro cómo expresar promesas falsas de una manera encantadora y poética.
Como el famoso general francés Napoleón I dijo una vez, “si quieres tener éxito, promete todo y no cumplas nada”. ¿Es esa la razón por la que los franceses suelen “prometer montes y maravillas” (promettre monts et merveilles)? Puede que no sean los únicos que lo hacen puesto que en Italia y Croacia “prometen las montañas y los mares” (promettere mari e monti) y “montañas y valles” (Obećati brda i doline Promettre). ¿No podría ser tan solo que en toda Europa estamos tan inspirados por nuestros paisajes montañosos que no podemos evitar jugar con la lírica al prometer? De hecho, la expresión francesa data del cambio al siglo XXIII cuando ‘“mont” significaba una gran cantidad de algo y la expresión “contar maldades y maravillas” (raconter des maux et merveilles) significaba contar historias fantásticas. Las expresiones se fusionaron en el siglo XVI para formar promettre monts et merveilles. En Alemania, utilizan la expresión única y creativa “prometer el azul del cielo” (das Blaue vom Himmel versprechen), la cual la describen como “poética y hermosa, hay algo indulgente en ella” en una crítica de la película alemana de 2011 que lleva el mismo título.
Si prometer montañas o el color azul no es suficiente, añadan un poquito de oro y seguro que funciona. Al menos en Holanda (Gouden bergen beloven), Polonia (Obiecywać złote góry) y Rusia (obetchat zolotie gori), “prometer montañas doradas” o “montañas de oro” es una práctica habitual. Los daneses prometen “bosques dorados y verdes” (Love guld og grønne skove). En España y Argentina, la promesa de la fiebre del oro va más allá de lo común con su expresión “prometer el oro y el moro”. Esta expresión se remonta a las guerras de la Reconquista cuando Abdalá, alcalde de Ronda, y su sobrino Hamet fueron capturados en una incursión armada en Jerez. Abdalá logró la libertad al pagar en seguida, pero no liberaron al sobrino a pesar de ofrecer una cantidad de dinero y de la intercesión del rey Juan II de Castilla. Al final, después de reunir mucho oro, consiguieron trasladar a Hamet a la Corte, pero el pueblo acuñó el dicho “prometer el oro y el moro”.
Ilustración: © Henning Studte/ studte-cartoon.de
Translated from Empty promises