Por qué voté No en el #Greferendum
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Belén Burgos HernándezNací en Canadá, aunque mis padres son griegos. Crecí en Estados Unidos y cuando tenía 13 años mi familia se trasladó a Grecia. Desde los 13 hasta los 43 años -o sea, 30 años- he vivido en un país que he aprendido a amar. Para preservar sus valores, el pasado 5 de julio voté "No".
Por Mina Theofilatou
Estudié, trabajé, viajé, me casé (dos veces) y he tenido dos hijos… Todo ello sin engañar, robar o arrebatar jamás a los demás sus derechos o privilegios. Trabajé con pasión, conseguí mi independencia económica y me labré una carrera en la profesión que había elegido. Llegué así a un punto en el que estaba orgullosa de mi vida y de los principios que me habían acompañado a lo largo del camino. Por ello, he transmitido esos principios a mis hijos.
Después, llegaron el primer ministro Yorgos Papandréu y su "socialista" PASOK afirmando antes de ganar las elecciones del 2009, como todo el mundo recuerda, que "existe dinero". Pero unos meses más tarde, concretamente el 23 de abril del 2010, anunciaba al pueblo griego desde la recóndita isla de Kastelorizo (una imagen que no olvidaré jamás) que no había más dinero y que para evitar caer en la bancarrota recibiríamos ayuda financiera del Fondo Monetario Internacional.
Un año y medio más tarde, Papandréu dejaba el cargo y era sustituido por un primer ministro no electo, Papadimos. Y así comenzaba la destrucción de la democracia… Tras las elecciones del 2012, el anteriormente "antimemorandum" (es decir, contrario a los acuerdos sobre préstamos entre Grecia, la UE y el FMI) Antonis Samarás se alió con políticos de otras formaciones conocidos por ser también anteriormente "antimemorandum", aunque ávidos de poder, pertenecientes tanto a partidos de extrema derecha (Adonis Georgiadis, del partido nacionalista LAOS) como de izquierdas (el comunista Fotis Kouvelis). Juntos se dedicaron por entero a destruir la sociedad, con la bendición de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.
Además, vi mi salario reducido un 40% (igual que mi marido, pero él ahora está en paro desde hace 7 meses). En medio de un mercado laboral muerto, incluso la mínima posibilidad de tener un ingreso extra gracias a las traducciones ha desaparecido: un trabajo que he ejercido legítimamente durante años (con todos los documentos en regla, el CIF, etc...) antes de llegar a ser profesora. Con 45 años ya no podía pagar el piso en el que vivía con mi segunda familia, por lo que tuvimos que mudarnos a casa de mis padres.
Siempre hemos reconocido nuestra suerte por tener una casa en la que poder instalarnos, mientras que otros muchos en nuestra misma situación no tuvieron ese "lujo" y se encontraron en la calle. Nos hemos acostumbrado a nuestra nueva situación y hemos continuado con nuestras vidas, trabajando siempre duro y de manera honesta… pero nuestra rabia hacia los "líderes" que nos llevaron a esta situación humillante de constantes compromisos –siempre con el beneplácito de CE-BCE-FMI– es inmensa.
Me informé, leí libros y saqué mis propias conclusiones. El domingo 5 de julio voté un "no" rabioso.
Después de todo lo que me han robado, nuestros supuestos "amigos" quieren ahora quedarse también con mi dignidad. Es lo único que tengo, me niego a entregársela y me importa un bledo si esto quiere decir que seremos expulsados de la UE y de la Eurozona. Lo único que no pueden hacer es echarnos fuera de Europa. La geografía y la cultura pesan mucho más que los hipócritas de la (des)Unión Europea, que pisotean los derechos fundamentales de las personas y sus ideales en el país que ha dado nombre al continente.
La mayoría de los medios de comunicación nos agobian, lo mismo que el mundo entero, con imágenes de gente haciendo cola en los cajeros para sacar sus 60 euros diarios permitidos, en un último esfuerzo de convencernos de la trágica situación actual de Grecia. Yo lo que sé es que ver gente haciendo cola para comer gratis es aún más trágico, y eso hace años que ocurre… Esa gente no tiene un límite a la hora de sacar dinero, pura y llanamente porque no tienen nada que sacar. Sin duda, esta no es la primera vez en la historia que los griegos tienen que hacer frente a una situación difícil, y el camino del "no" no será agradable.
Pero tenemos a nuestros ancestros, que no han dudado jamás en responder a la llamada de la democracia, de la libertad y de la soberanía nacional una y otra vez. Se lo debemos a nuestros hijos, que llevan sobre sus hombros el peso de la deuda desde el día de su nacimiento en un país corroído por la cruel austeridad y la injusticia. Y se lo debemos también a las víctimas de esta crisis que cedieron a la desesperación y pusieron fin a sus días. Atravesaremos momentos difíciles, pero mantendremos la cabeza alta en nombre de una Noble Causa.
Mina escribe en griego y en inglés para Agrypno Coma
Translated from Opinion: why I'm voting No in the #Greferendum