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Polonia: no nos llames paganos

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Cada vez más y más polacos deciden explorar la fe precristiana de su nación. Si uno se adentra en los bosques puede encontrarse con un profundo respeto a la naturaleza y a los ancestros, pero también extremismo y una percepción bastante arcaica de la mujer en la sociedad.

"Empecemos por el principio: ¿podemos llamaros paganos?", les pregunto.

"Definitivamente no. Deberíais llamarnos rodistas", nos explica Dragomir. "Ser un ‘pagano’ es un término ofensivo usado por los cristianos como insulto. Un ‘pagano’ es cualquiera que tiene una fe distinta a la suya; los musulmanes son también paganos para ellos. Y a los rodistas no nos interesa estar en la misma categoría que los musulmanes".

El nombre real de Dragomir es Oskar. Hasta hace poco trabajaba como camarero. Estudió diseño gráfico, y ahora se dedica a crear arte conceptual para videojuegos. En su tiempo libre se disfraza y participa en recreaciones históricas. También es un żerca, una especie de cura rodista.

El rodnoverismo (pol. Rodzimowierstwo) es una religión basada en las creencias de los pueblos eslavos, civilizaciones precristianas que habitaron el territorio que hoy se conoce como Polonia. O más bien basada en la idea moderna de esta estas creencias, ya que el conocimiento que se tiene actualmente de este periodo es muy limitado. "Al contrario de lo que mucha gente cree, los pueblos eslavos no dejaron ningún documento escrito. Ellos transferían las tradiciones de forma oral", explica Dragomir.

"No hay fuentes escritas, como la Biblia. No conocemos la ‘liturgia’ Rodnoverica. Todo lo estamos recuperando a través de investigaciones etnográficas, gracias a las cuales podemos especular que algunas cosas fueron practicadas de una manera u otra", dice Luiza, también una żerca de las afueras de Varsovia y, al mismo tiempo, encargada de recursos humanos en una pyme.

A pesar de estas dificultades, el rodnoverismo se está haciendo cada vez más y más popular entre los polacos. Sin embargo, solo unos pocos están oficialmente registrados en alguna de las asociaciones religiosas existentes, lo que hace que sea complicado estimar su número exacto. La mayoría se asocia a grupos más pequeños e informales. En ocasiones también organizan recreaciones históricas, aunque a algunos de los rodnovitas este hecho no les haga demasiada gracia. "Algunos piensan que nos preocupa más vestirnos con disfraces medievales que el aspecto espiritual", dice Dragomir, quien practica el rodnoverismo en el grupo de recreación histórica Ultagar Hild. "Bueno, cada religión tiene algún tipo de ropa festiva, no entiendo por qué la nuestra no deba ser eslava e histórica".

Debido a la falta de documentación escrita y a la fragmentación organizativa, no existe un único y unificado movimiento rodnoverita. Cada grupo representa una perspectiva diferente en aspectos cruciales de la fe: rituales, fiestas religiosas e incluso dioses. Para Dragomir, los dioses son simplemente ideales morales, representados alegóricamente por los eslavos como fenómenos naturales. Pone un ejemplo: "Perun es un dios que representa los ideales morales del poder masculino, el enfrentarse a los obstáculos con coraje, sin miedo", explica. "Este dios se identificaba con el poder natural del trueno y con el roble, el árbol más fuerte y resistente del bosque".

Para Luiza, los dioses son un aspecto secundario en el rodismo. El respeto a la naturaleza y a los ancestros es más importante. "En mi opinión, no tiene sentido dar nombres a los dioses. No podemos estar seguros de que sean algo cierto", explica. De hecho, solo conocemos a algunos dioses del panteón eslavo. Luiza además puntualiza que el rodismo es diferente de la mayoría de religiones: "Puede compararse con el budismo en el sentido de que también es una corriente filosófica y una forma de mirar el mundo".

La forma en la que cada grupo practica su religión depende sobre todo de su żerca. El equivalente rodista del cura se encarga de conducir las ceremonias y hacer las ofrendas a los dioses. Las ofrendas no suelen ser de sangre: "Normalmente se hacen sacrificios de pan, hidromiel u otros productos agrícolas", asegura Dragomir. Un ritual rodista muy particular es el swadźba, la boda. Muchos elementos de la ceremonia eslava siguen vivos hoy en la forma de costumbres de las recepciones de las bodas: "Por ejemplo, tirar el ramo. Es una interpretación moderna de tirar una corona de flores, que en los tiempos eslavos representaban la virginidad", explica Dragomir, quien ofició en una boda rodista al principio de su “carrera”. Wojciech, otro żerca, y en privado un arqueólogo que trabaja en una tienda local, tiene más experiencia en lo referente al matrimonio pagano. "Mi familia - madre y abuela - participó en una de mis ceremonias. No conozco a nadie que pueda decir lo mismo", nos cuenta, dando a entender que no es común que los rodistas sean entendidos por sus familias.

Los eslavos precristanos solían vivir de la tierra; no es raro que sus fiestas estuvieran estrictamente conectadas con las estaciones y los ciclos naturales. Los rodistas modernos continúan con esta tradición, celebrando los equinoccios y los solsticios, a pesar de que la mayoría viva en la ciudad y tenga poco o ningún contacto con la agricultura. "Vivo en la ciudad, pero estoy buscando una vía de escape para acercarme a la naturaleza, si me dan la oportunidad", admite Dragomir. Desde que empezó a involucrarse en el rodismo y a pasar más tiempo al aire libre, la forma de vida moderna le molesta incluso más. “En mi opinión, el rodismo debería buscar una forma de simplificar la vida, de volver a las raíces, a la naturaleza”, dice, añadiendo que esta no es una postura muy aceptada en el grupo.

La visión de Luiza es mucho más pragmática: "Todos los días, cuando cojo el coche, en mi casa con jardín o cuando interactúo con otras personas y animales estoy en contacto con la naturaleza", dice. "No tienes por qué acariciar los árboles para sentir la fuerza de la naturaleza. Ser rodista se trata de cultivar cierta tradición, de interactuar con la naturaleza tal y como es". 

El paganismo y la política

El rodismo en Polonia no está únicamente asociado con naturaleza y espiritualidad. Cuando estos paganos modernos aparecen en los medios normalmente es por sus vínculos con la extrema derecha. El caso más reciente afectó a la asociación Zadruga, cuyos miembros publicaron una fotografía de una esvástica en llamas. El caso terminó en la fiscalía, donde se determinó que el símbolo en cuestión no era una esvástica totalitarista, sino simplemente una swarga, su antiguo equivalente eslavo y, por lo tanto, no tenía nada que ver con la promoción de la ideología nazi. "Seamos realistas, la esvástica ha estado presente como símbolo en casi todas las culturas alrededor del mundo, eso es lo que hace a este símbolo fascinante. No estoy de acuerdo con que sea terrible", explica Wojciech, quien no intenta ocultar sus ideas conservadoras. "El rodismo es definitivamente de derechas, patriótico, pero no exageremos, no es una especie de demonio".

Cuando se le pregunta por las opiniones políticas de los paganos, Dragomir pide evitar las generalizaciones: "Puedes encontrarte tantas divisiones políticas y sociales en el movimiento rodista como en la sociedad polaca misma. Hay grupos completamente liberales, antifascistas, que escuchan reggae, fuman marihuana y, al mismo tiempo, alaban a Swarog [dios eslavo, ndlr]". No tiene una opinión favorable acerca del grupo que quemó la esvástica: "También tenemos completos neonazis, como ‘Zadruga’, quienes no se abstienen de usar propaganda nazi y en algunos casos incluso elogiar criminales. Pero ellos también hacen ofrendas y ofician los rituales".

Grupos de izquierdas son escasos dentro del movimiento rodista. Luiza apunta que muchos rodistas se identifican con nacionalismo. "Es verdad, el Rodismo atrae a un grupo específico de personas y, sí, la mayoría son de derechas". Añade que esto es una simple consecuencia de estar interesados en el pasado. El extremismo de derechas en Polonia sigue siendo, sin embargo, mayoritariamente católico. "Todas las 'milicias' de extrema derecha que deambulan por las ciudades llevan una cruz en el pecho y aseguran que van a misa cada semana".

El conservadurismo dentro del movimiento rodista se ejemplifica también en su trato con las mujeres. Recreando costumbres de hace mil años, estos paganos adoptan una visión de la sociedad completamente patriarcal. Dragomir admite que los roles de género tradicionales característicos de los paganos pueden no resultar atractivos para feministas. "En mi opinión una persona alcanza su máxima felicidad cuando hace lo que para ella es natural". El rol de la mujer es, entonces, principalmente el de dar a luz, criar niños y cuidar de la casa. El hombre tiene que proteger esta casa y mantener a la familia. "Los roles naturales no son agradables ni para al hombre ni para la mujer. Pero eso es lo que nos hace mejores personas".

Luiza, como mujer y como żerca, subraya la importancia de la mujer en la vida espiritual de los rodistas. "En general, son las mujeres las que deberían ser sacerdotisas. La mujer se encarga de la casa y las tradiciones", dice, añadiendo que no es tan diferente a las familias cristianas, donde es la madre la que recuerda al resto cuando es momento de decorar el árbol de navidad. En su opinión, el papel de la żerca - o mejor dicho żerczyni [versión femenina de la palabra, ndlr] es la de mantener pequeños rituales tradicionales. "Estos eran pequeños gestos, incluso automáticos. Es como hoy, cuando se te cae la sal, que existe la superstición de que se debe echar por encima del hombro. Es lo mismo a la hora de dejar pequeñas ofrendas a los espíritus de la casa".

Wojciech, por su parte, no podría estar más en desacuerdo: "Tonterías. No existe tal cosa como ‘żerczyni’. Es una profesión masculina y un nombre masculino. No hay sistema de cuotas", ironiza. Propone una explicación basada en sus ideas de teología e historia. "El matriarcado perdió contra el patriarcado porque resultó que estábamos siendo atacados y asaltados constantemente, así que los dioses agresivos, masculinos, que fertilizaban la tierra, ganaron. Mokosz, diosa de la tierra, perdió y se fue".

La creciente popularidad del rodismo puede estar relacionada con el auge de las ideas de derechas entre los jóvenes en Polonia. A Wojciech le gusta admitir esta correlación: "El paganismo es más comúnmente entendido, llega a más y más gente, y más y más gente se está sintiendo identificada con él". Duda que esta tendencia vaya a durar, dice que es superficial. Sin embargo, es optimista. "Puede que esta semilla plantada entre miles de como fruto a un centenar de buenos rodistas, que demuestren que incluso los paganos pueden alcanzar posiciones importantes… quién sabe, ¿quizá incluso en municipios?, ¿por qué no? Al fin y al cabo, somos humanos", concluye.

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Este verano, Cafébabel quiere conocer personas que han decidido vivir su espiritualidad de una manera diferente. Descubre nuestro especial sobre religiones alternativas a través de ocho reportajes.

Translated from Nie nazywajcie nas poganami