Pegida: ¿Por qué precisamente en Dresde? (Parte 3)
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Sara Fuertes LópezPara entender la amplitud del movimiento reaccionario en Alemania, Pegida, hay que preguntarse por la ciudad en la que ha surgido, la sociedad civil que la habita y su cultura política.
¿Cómo continúa?
La plaga que se ha extendido durante años por Sajonia y, sobre todo, por Dresde, empieza a airearse. Da esperanzas el hecho de que PEGIDA apenas consigue encontrar apoyo entre los más jóvenes, lo que sería una señal típica de éxito en los movimientos sociales. Al contrario: la red "Dresde para todos" ("Dresden für Alle") está adquiriendo mayor peso entre la gente más joven y comprometida. El agravamiento de la situación pública recuerda a los jóvenes que la democracia liberal, el Estado de derecho, la tolerancia religiosa, los derechos fundamentales, la libertad de prensa y las fronteras abiertas, no son obviedades sino que hay que luchar para conseguirlos y que la tentación totalitaria debe ser rechazada categóricamente.
En muchos lugares de Sajonia han cristalizado nuevos movimiento de la sociedad civil, formados a menudo alrededor de ciertas cuestiones, como el rechazo neonazi o la oposición al cierre de colegios, y forman parte de la vida de su comunidad desde hace tiempo y de forma creativa y constructiva. Así, otra perspectiva continúa desarrollandose también en las ciudades pequeñas y medianas.
No se puede ni se va a continuar con una perspectiva de Estado centralizado. La sociedad civil en las ciudades y en las localidades ha ganado confianza en sí misma. La opinión pública regional se entremezcla cada vez más con la opinión pública nacional e internacional: ciencia, cultura o economía son esferas en Dresde que han superado desde hace tiempo las fronteras de lo provincial. Sin embargo, aún se encuentra aislada, por lo que ahora, en primer lugar, tiene que tomar conciencia de su propio valor.
Al partido nacional sajón CDU se le plantea el siguiente dilema: ¿Debe mantener una política de centralización estatal? Ésta ha sido marcada tanto por los principios de gobernanza conservadores importados del periodo de después de la reunificación alemana como por los partidos de oposición de la RDA (Blockflöten). Así, encontramos a políticos como el presidente, Tillich, y el presidente del grupo parlamentario, Kupfer, que ya pertenecían al bloque del CDU en tiempos de la RDA, época en la que realizaban pequeñas funciones, más bien insignificantes, en el partido en el aparato del Estado. Esta centralización estatal ha permitido en los últimos decenios que el CDU haga depender de él la ciencia, la cultura, la economía, el deporte y los municipios con un especie de clientelismo. Gracias a esto pudo mantener la centralización estatal, durante un tiempo determinado, la estabilidad y el control invisible sobre una gran parte de los sectores sociales.
Al estilo de la RDA
Esta tipo de centralización estatal también ha estado latente en la gran manifestación del 10 de enero, la cual debería haber sido un signo a favor de la apertura global. La sociedad civil no ha estado para nada presente en la organización de la manifestación: sólo intervinieron, y con reticencias, como oradores. Al estilo de la RDA, se obligó rápidamente la participación de asociaciones ("organizaciones masivas") e instituciones sociales. Parecía que los "jefes" estatales de Sajonia aún no se habían percatado de que la mayoría de estos grupos ya se habían estado preparando, sobre todo las universidades, centros culturales e iglesias, y que se manifestaban ya desde hacía semanas. La "dirección" estatal y del partido en Sajonia tiene dificultades con las "iniciativas" concretas para la ayuda de refugiados o con la redes y alianzas (sobre todo con la exitosa alianza "Dresden Nazifrei" - Dresde sin nazis -, que ha ofrecido resistencia contra las manifestaciones anuales de conmemoración de los bombardeos del 13 de febrero).
En principio, un partido no responde a invitaciones para participar en encuentros de redes o alianzas de la sociedad civil. La otra alternativa, en mi opinión más prometedora, es el desarrollo de la unión no de partidos estatales sino hacia partidos de ciudadanos, lo que exige cambios en la forma de pensar, creatividad y esfuerzo por parte de los políticos. Sin embargo, esto podría evitar el naufragio durante el cambio en la oposición en un futuro más o menos cercano. No obstante, todos los actores sajones deberían reflexionar sobre esto.
¿Era necesario esperar una iniciativa por parte del gobierno centralizado para organizar una verdadera gran manifestación? ¿No había en la ciudad, y esto lo digo también como autocrítica, actores experimentados con suficiente confianza en sí mismos para llevar a cabo tal manifestación incluso sin (de ninguna manera contra) el gobierno? Es precisamente esta indiferencia la que creíamos que habíamos superado de verdad tras una iniciativa ciudadana, hace ya algunos años, llevada a cabo con apoyo del SPD, los Verdes, PDS y el FDP contra el partido en el poder y, sobre todo, tras la cooperación ciudadana durante las inundaciones. Ahora hay que tomar responsabilidades en las ciudades y localidades y aceptar el gran desafío que supone presentarse como una alternativa digna a nivel nacional.
Este artículo ha sido tomado de Dietrich Herrmann / Heinrich-Böll-Stiftung gracias a una licencia de Creative-Commons.
Lee aquí la primera y la segunda parte de nuestra serie consagrada a Dresde y al movimiento Pegida.
Translated from Pegida: Warum gerade Dresden? (Teil 3)