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París de catacumbas, París galorromano, París subterráneo

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Translation by:

Magdalena Barro

CulturaLifestyle

Bajo los pies de los parisinos, existe un mundo paralelo en el que el hecho de explorarlo supone un verdadero regreso al pasado. Desde canteras medievales hasta la construcción del metro, pasando por la renovación acometida por el barón Haussmann y el cultivo de setas, el subsuelo de la capital francesa conserva la memoria de toda una ciudad. Todo ello en dos pasos: primero, una inmersión en las catacumbas de París para luego descubrir la curiosa heterogeneidad que se esconde bajo la Ciudad de la Luz.

Este artículo forma parte de Orient Express Reporter Tripled, una serie de reportajes desarrollada por cafebabel.com y elaborada por periodistas procedentes de los Balcanes, Turquía, Francia y Alemania. Con la colaboración de OFAJ - DFJW.

Una boca de metro parisina

Inaugurado en 1900, el metro de París es uno de los más antiguos del mundo. Aquí, la entrada del metro Cité. (Foto: © Julien Faure)

De camino a las catacumbas

Sobre una antigua vía de ferrocarril abandonada, dos cataphiles (término utilizado para designar a los excursionistas subterráneos) se dirigen hacia la entrada de las catacumbas no oficiales (en oposición a las abiertas al público). (Foto: © Julien Faure)

Entrada secreta

La entrada se hace a través de un estrecho agujero cavado en el hormigón. Estas catacumbas son las antiguas canteras de las que se extrajo la piedra para la construcción de las viviendas de la capital. (Foto: © Julien Faure)

Un laberinto de galerías

Orientarse en las catacumbas no es cosa fácil y la exploración conlleva sus riesgos. El turista, es decir, aquel que desciende por primera vez, es acompañado por un cataphile que conoce perfectamente el lugar. Se hace llamar guía. (Foto: © Julien Faure)

Intersección

En algunas zonas, el nivel del agua puede alcanzar los 80 centímetros. En otras, hay que ir a cuatro patas para desplazarse varios metros. Sin embargo, no existe ningún riesgo de cruzarse con una rata: la red de catacumbas está totalmente disociada de las alcantarillas. (Foto: © Julien Faure)

El fresco de “La Vague” en “La Plage”

Inspirado por las estampas japonesas de Hokusai, el grabado de La Vague fue pintado en los años ochenta. Restaurado hace poco, es uno de los frescos más célebres de las catacumbas. La sala de La Plage debe su nombre a la tierra arenosa. (Foto: © Julien Faure)

Los “cataphiles”

El cataphile vive de noche. Los podemos reconocer por sus katiuskas, sus vaqueros sucios o su mono azul de trabajo. Para los puristas, el mono de espeleología es obligatorio. Su equipación comprende, generalmente, comida y bebida para varias horas de caminata, algunas velas y, en algunas ocasiones, un casco. Los cataphiles se comunican entre ellos mediante un lenguaje indescifrable para los profanos. (Foto: © Julien Faure)

Aficionados y fiesteros

Las motivaciones de los cataphiles son variadas: algunos buscan una vía de escape al estrés diario disfrutando de un momento de relax con los amigos, otros descienden por el interés histórico o el gusto por la exploración. Las fiestas en las catacumbas se organizan frecuentemente y suelen reunir a varios cientos de personas. (Foto: © Julien Faure)

Regreso a la superficie

Son las dos de la mañana. Las catacumbas son una verdadera droga para algunos: una vez que caes en ellas, es muy difícil salir. (Foto: © Julien Faure)

Seis millones de parisinos descansan aquí

Las catacumbas de París alojan el osario municipal, situado a 20 metros bajo tierra. (Foto: © Julien Faure)

La cantera medieval de los Capuchinos

En el hospital Cochin, en el distrito 14, Jean-Luc acompaña a una docena de curiosos a la antigua cantera medieval de los Capuchinos. (Foto: © Julien Faure)

Atravesando los Capuchinos

La explotación del suelo calcáreo data, probablemente, del siglo XII. En esa época, las canteras estaban situadas en las afueras de la ciudad. La piedra extraída fue, principalmente, utilizada para la construcción del Pont Neuf (Puente Nuevo) y de la catedral Notre-Dame de Paris (en castellano, Nuestra Señora de París). (Foto: © Julien Faure)

Entrada a la cripta arqueológica

En la plaza de la catedral de Notre-Dame, justo donde se encuentra el aparcamiento subterráneo, se esconden varios siglos de historia parisina. (Foto: © Julien Faure)

Vestigios galorromanos en Notre-Dame

Las ruinas de las termas del siglo IV se restauraron durante la construcción del aparcamiento de la plaza de Notre-Dame. (Foto: © Julien Faure)

Cité

A pocos pasos de la catedral de Notre-Dame, la estación de metro Cité conecta la isla homónima con las dos márgenes del Sena. Fue construida en 1910 y pertenece a la línea 4. (Foto: © Julien Faure)

La estación de metro más profunda

A 36 metros bajo tierra, la estación de metro Abbesses es la más profunda de la ciudad. Se encuentra en la línea 12 y está próxima a Montmartre, en el distrito 18. (Foto: © Julien Faure)

La pirámide de cristal

Con la inauguración de la pirámide de cristal en 1989, el Louvre ve la luz desde el sótano. (Foto: © Julien Faure)

La ruinas de la fortaleza medieval del Louvre

En el siglo XIII, el rey Felipe Augusto construyó la fortaleza del Louvre para defender París. (Foto: © Julien Faure)

La bóveda subterránea del canal Saint-Martin

Construido por Napoleón para suministrar agua potable a los parisinos, el canal Saint-Martin se extiende a lo largo de 4,5 kilómetros entre los distritos 10 y 11. En 1862, una parte del canal se tornó subterráneo debido a la ordenación del territorio urbano llevado a cabo por el prefecto Haussmann. Para no obstaculizar los nuevos ejes de circulación de la capital, se decidió construir una bóveda. (Foto: © Julien Faure)

El setal de Clos du Roi en Saint-Ouen-l'Aumône

En Saint-Ouen-l'Aumône, en el interior de una antigua cantera de piedra, el setal de Clos du Roi produce entre 500 kilos y una tonelada de setas por día. (Foto: © Julien Faure)

Vinos a 40 metros bajo tierra

En Issy-les-Moulineaux, a las afueras de París, reposan posiblemente algunas de las mejores botellas de vino al abrigo de una antigua cantera de yeso. (Foto: © Julien Faure)

Lucha en el sótano de un bar

En el distrito 5 , el bar La lucha libre organiza combates de lucha mexicana. Instalado en un sótano abovedado, el cuadrilátero acoge profesionales y aficionados en un ambiente distendido. (Foto: © Julien Faure)

Translated from Mystères et catacombes : le Paris souterrain