“Our School”: La segregación social de los romaníes en las escuelas
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Silvia Diez GinestarCuando las directoras y productoras Mona Nicoară y Miruna Coca-Cozma siguieron a tres niños romaníes en un pequeño pueblo de Rumanía durante cuatro años, su película inicial sobre el éxito de la integración se transformó en una sobre de las realidades de la discriminación étnica.
Como en muchos otros países de Europa del este, a los niños romaníes en Rumanía se les pone en colegios separados o clases que ofrecen una educación de calidad inferior. En 2006, treinta ciudades y pueblos en Rumanía recibieron subvenciones de la Unión Europea para la “abolición de la segregación racial”. La película documental Our School (Estados Unidos-Rumanía-Suiza, 2011) sigue a Alin, Beni y Dana en la pequeña comunidad transilvana de Targu Lapus, que fue una de las receptoras de los fondos de la Unión Europea destinados a la integración. Los tres tenían esperanza de poder ir al colegio con niños rumanos, pero se les puso en uno especial para niños con discapacidad. Toda la subvención de la Unión Europea se gastó únicamente en reformar un antiguo colegio de gitanos en el barrio gitano suburbano. Hablamos con Mona Nicoară y Miruna Coca-Cozma en Budapest, donde la película, ganadora de un premio, abrió el Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos de Verzio en noviembre.
cafebabel.com: Mona y Miruna, ¿por qué elegisteis filmar la película en Targu Lapus?
Mona: Buscábamos un lugar que promoviera la integración. Recibimos la lista de todas las ciudades de Rumanía que habían recibido “dinero de integración” de los fondos de la Unión Europea por parte del Ministerio de Educación. Nos concentramos en las más pequeñas porque queríamos crear un retrato de una comunidad entera encargándose de la integración. Somos un pequeño equipo de Transilvania y sabíamos que podríamos ser fieles al ritmo y la atmósfera de un pueblo de Transilvania. Targu Lapus era el lugar donde la integración tenía menos posibilidades de dar resultado; aunque al final acabamos con una película sobre la discriminación.
cafebabel.com: ¿Cómo os las arreglasteis con el entorno cambiante y las condiciones para la película?
Mona: Cuando se hace un documental lo más importante es entender cómo se desarrolla la historia de una persona. Al final resultó ser más triste de los que habíamos esperado, pero el proceso de filmar fue muy agradable.
cafebabel.com: La película termina con el del padre de Beni preguntando por qué a su hijo se le puso en un colegio especial… ¿Habéis hecho un seguimiento?
Mona: Alin y Beni están aún en el colegio especial, que está en una zona romaní. Alin está sacando buenas notas – lo que sea que eso signifique, porque la calidad de la educación allí no es muy buena-. Pero ellos no se sienten de allí ni tienen la posibilidad de irse a otro lugar. Ningún otro colegio les aceptará. Y como directoras de cine estuvimos allí para testificar la historia de estos niños. No hicimos la película para insertar nuestras propias ideas. Enseñamos la complejidad de la situación a los espectadores, quienes entonces pueden empezar a buscar las respuestas ella misma.
cafebabel.com: Our school se ha proyectado ya en varios países. ¿Qué reacciones habéis recibido?
Mona: Hemos enseñado la película sobre todo en festivales con un público seleccionado, de manera que las reacciones fueron muy buenas. Al público de festivales le gustan los retos y las cosas nuevas. La reacción fue totalmente fantástica en Rumanía, donde estábamos muy preocupadas. ¡Recibimos una ovación con todos los niños en pie y eso significó muchísimo para nosotras! Todavía no hemos empezado a abrir la película a un público más amplio, lo que será el reto más interesante.
Todavía no hemos empezado a abrir la película a un público más amplio
Por ahora podemos decir que la gente que viene a la proyección con una opinión muy simple, pensando que será una especie de película activista de tipo didáctico, de hecho se van muy conmovidos y sorprendidos por la película. La proyectamos este verano en Corea, donde no saben nada sobre los romaníes. Habían oído algo sobre un “romaní punki” y las películas de Emir Kusturica, pero no tenían para nada el contexto que tenemos en Europa al hablar de los gitanos. Aun así la gente vino a la proyección y lo entendieron completamente. Eso quiere decir que la película puede hacer efecto en cualquiera, que tiene una posibilidad de cambiar un poco el chip de la gente que abre sus corazones a la historia de estos niños.
cafebabel.com: La cuestión de los romaníes está muy debatida en Europa, pero parece que sea un diálogo teórico. Los gitanos en sí casi no ven los resultados. ¿Cómo puede un documental intervenir?
Mona: Nuestra intención era solamente hacer que la gente mire las historias de las personas individualmente. Es cierto que son romaníes, pero también son personas, seres humanos con sus propias características. No son sólo abstracciones o estereotipos. Ver a los romaníes como personas como nosotros es la clave para entender lo que necesitan.
Miruna: Sí, no es sobre los gitanos; es sobre Alin, Beniamin y Dana.
cafebabel.com: Vivís y trabajáis en el extranjero. ¿Qué diferencias en el rodaje véis entre los métodos y las condiciones en el oeste y en el este?
Mona: No hay tanta diferencia entre Rumanía y Estados Unidos. El cine independiente no tiene suficiente financiación ni interés prácticamente en ningún lado. En Hungría, los directores se enfrentan a un gobierno no muy amigable, mientras que en Rumanía tratan con la falta de fondos. Una pequeña comunidad de directores hacen este tipo de trabajo independiente alrededor de todo el mundo. Así se hace muy fácil ir de un sitio al otro.
cafebabel.com: ¿Cómo elegís los temas?
Miruna: Yo ya había hecho un documental sobre los romaníes en Rumanía.
Mona: Puede que suene cursi, pero es el tema el que te elige a ti, porque tú no decides fastidiarte la vida cinco o seis años por algo que puedes o no puedes querer hacer. Es algo que sientes que tienes que hacer.
cafebabel.com: ¿Cual es vuestro nuevo proyecto?
Mona: No nos estamos permitiendo pensar sobre otros temas porque aún tenemos mucho que hacer con Our School. Se tiene que ir más lejos, trabajar más en la educación, el activismo, el apoyo. Tenemos que asegurarnos de que vemos más allá porque si nosotras no lo hacemos, nadie lo hará.
Miruna: Sólo es el comienzo de la aventura.
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Fotos: portada, cortesía de © Mona Nicoară; Mona and Miruna, cortesía de © Bálint Sztankó
Translated from 'Our School' documentary: segregated Roma schools despite EU funds