Onanismo mecánico
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diana garcía-longoriaEn los países nórdicos, casi una mujer sobre dos posee un juguete erótico. Las veladas "Tupperconso", cada vez más de moda.
¿La utilización de juguetes sexuales puede insensibilizar a las mujeres ante los verdaderos penes? Aparecida en la página web de la revista americana Esquire, esta pregunta metafísica de un lector masculino aterrorizado, merece ser planteada. Sobre todo desde que sabemos que las europeas son cada vez más amantes de los juguetes eróticos. Según una reciente encuesta, más de la mitad de las islandesas, las suecas y las británicas poseerían un amiguito eléctrico. El sur sigue siendo más puritano y se contenta con sobrios rosarios. Sin embargo, las invasiones bárbaras del caballero Consolador y de sus esbirros ya han comenzado.
Desde el pato vibrador, al mítico consolador Jack Rabbit, pasando por el irresistible y moderno iGasm (que funciona enchufándolo a un reproductor de música), los utensilios clasificados como X han abandonado las pequeñas tiendas especializadas para penetrar con su vibrante anatomía dentro de las secciones de las grandes tiendas del continente. Dirección: mesillas de noche o bolsos de las amazonas urbanas. Acabadas las sobrias sex shops de la parisina calle de Pigalle, las aficionadas pueden adquirir su querido vibrador en el puesto de Ann Summers del aeropuerto Luton de Londres antes de subir de verdad al cielo.
Otra pequeña revolución: el éxito creciente de las reuniones Tuppergod, calcadas del modelo de las modestas reuniones de amas de casa de los años 50, en las que una azafata llena de recursos permite descubrir (y probar) las últimas novedades pícaras a domicilio. Una fórmula distendida y sobre todo rentable para las organizadoras. ¿Estará el señor Tupperware removiéndose en su tumba? Oliéndose el chollo enseguida, la cadena erótica de televisión alemana Beate Uhse, se vio obligada a pagar 50.000 euros por daños y perjuicios a dos jugadores de su selección nacional de fútbol: dicha compañía comercializó un modelo de vibrador adornado con sus iniciales durante el mundial 2006. Lo que no sabemos es si las mujeres lo terminaron apreciando.
Translated from Onanisme mécanique