Oleg: un cuento de esclavitud en el corazón de Europa
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Emanuel Nevárez PagánOleg, el nuevo filme del director Juris Kursietis, cuenta la historia real de un obrero letón en Bélgica que cae en las garras de una organización criminal polaca. A través de tomas de primer plano y un ambiente de suspense, el director lleva a la pantalla una cruda realidad: existe la esclavitud moderna en las sociedades occidentales.
Cuando vuelven a enviarle al matadero de Gante en el que trabaja, Oleg conoce a Andrzej, un inmigrante polaco residente en Bélgica. "Te voy a ayudar, Oleg", le dice en un inglés limitado. Oleg cuenta la historia de un obrero letón que viaja a Bélgica con la esperanza de ganarse la vida y pagar las deudas que tiene acumuladas. Pero el sueño pronto se convierte en pesadilla bajo la influencia de Andrzej.
En su país natal, Oleg es uno de los considerados como "no ciudadanos". Tras la independencia de Letonia en 1991, el nuevo estado otorgó la ciudadania solo a quienes ya la tenían derecho a ella por sus antecedentes familiares antes de la integración en la Unión Soviética. El resto de los residentes, la mayoría de origen ruso, bielorruso, polaco y lituano, recibieron el estatus de "no ciudadanos", sin derecho a voto y con acceso restringido a ciertas profesiones. En 2015 aún había 260.000 de estos "no ciudadanos" en Letonia, a pesar de que el gobierno ha realizado procesos de naturalización en las últimas décadas.
"Si escapas, te encontraré"
Con una nueva vida en Bélgica, pero sin papeles. Oleg, interpretado por Valentin Novopolskij, se encuentra en una situación precaria. Su única esperanza es encarnada por Andrzej (Dawid Odgrodnik), que le promete trabajo y un pasaporte polaco. Andrzej ya alberga a otros inmigrantes polacos y letones a quienes envía a trabajar a obras. Una organización criminal que parece estar bien establecida en Bélgica en la realidad. Según un informe de la Universidad Libre de Bruselas realizado en 2004, "Existen dos 'nichos' económicos clandestinos de origen polaco destacados en Bruselas: el trabajo de construcción para los hombres y la limpieza doméstica para las mujeres. En la construcción, es 'el intermediario' polaco quien regula el mercado: provee la mano de obra a los empleadores, recibe una comisión, y luego vende las oportunidades de trabajo a inmigrantes ilegales".
Las duras condiciones de trabajo, los salarios que nunca llegan y el comportamiento agresivo de Andrzej hacen que Oleg se dé cuenta de la gravedad de su situación. Si bien logra conseguir un pasaporte polaco falso, Andrzej se lo confisca inmediatamente por medio de amenazas y violencia que no dejan lugar a dudas: retiene a los hombres que ayuda a través de las amenazas y se aprovecha del miedo que tienen a terminar en la calle.
Una historia basada en hechos reales
"Aproximadamente el 80-85% de lo que ves en la película sucedió en la vida real. En algunos casos, con el mismo nivel de violencia", afirma el director, Juris Kursietis. La película está basada en una historia que le relató un obrero letón en Bélgica, que pasó por un verdadero calvario bajo el control de una organización criminal. Tras escucharle, Kursietis decidió investigar el tema. "Buscaba contactos dentro de estas industrias, pero todos me decían que no iba a encontrar ningún caso como ese en Bélgica". Sin embargo, bastó con una visita a un matadero de Gante para encontrar un grupo de letones que trabajaban como deshuesadores. "Los he visitado en sus casas, he conversado con ellos y he descubierto historias fascinantes".
La gran demanda de mano de obra para los trabajos manuales difíciles y la gran experiencia de ciertos inmigrantes perpetúa este círculo vicioso de explotador - explotado. Para Juris Kursietis, se trata de un sistema de varios niveles. "Estos criminales, que se les podría llamar proxenetas, a menudo tienen problemas de dinero, no tienen muchas opciones, y conociendo bien la situación de estos inmigrantes ilegales, ¿quién mejor para engañar a los demás? A su vez, las fábricas de carne que utilizan estos intermediarios saben perfectamente que las personas que emplean son víctimas de la explotación. Pero en esta industria hay una gran demanda de mano de obra barata para poder vender sus productos a un precio reducido".
"Deberíamos comenzar a barrer por nuestra propia puerta".
El fenómeno de la esclavitud moderna, presente en varios países de Europa occidental, es un gran desconocido para el gran público. Si bien el problema es más común en otros contienentes como Asia o África, Europa no se escapa. Según datos de 2016 del Global Slavery Index (https://media.cafebabel.com/article-photos/creative/200701-Global-Index-Slavery.jpg), en Bélgica había 23.000 personas que no eran libres. Esta cifra comprende "todas las formas de explotación forzada a través de represalias, coerción, engaño o abuso de poder", además de la trata de humanos y los matrimonios forzados. Ese mismo índice, no obstante, indica que Bélgica se encuentra es el quinto país que toma medidas más firmes para combatir la esclavitud moderna.
A través de su película, el director plantea un tema que le perturba. Según él, "deberíamos comenzar a barrer por nuestra propia puerta. Para nosotros los europeos es hora de reflexionar sobre esto. Este sistema es insostenible, casos como este aparecen todos los días por toda Europa porque no entendemos lo que hay detrás de muchos productos que compramos a precios bajos".
Claustrofobia
Para realizar la película, el director eligió utilizar la técnica de la cámara al hombro para todas las escenas para así seguir a Oleg y el resto de personajes en todo momento, incluidos muchos momentos improvisados. La técnica de primer plano para el personaje de Oleg y el ambiente de suspense reflejan la situación infernal en que se encontraba el personaje. "Buscamos que la audiencia pueda ponerse en la piel del personaje".
Para la co-productora belga Isabelle Truc, la tensión que genera el filme puede ayudar a difundir un mensaje aún bastante desconocido para muchos. "Vivimos en un mundo de bandidos, existe la tensión característica de un 'thriller'. Eso contribuye a aumentar la adrenalina del espectador".
En 2019, el filme viajó el mundo de festivales desde su estreno en Cannes en la Quincena de Realizadores. Este verano se ha estrenado en los cines belgas donde, según Isabelle Truc, se espera con espectación.
Oleg es una producción de Tasse Film (Letonia) y co-producido por Iota Production (Bélgica), InScript (Lituania) y Arizona Production (Francia)
Con el apoyo de: Centro del Cine y de lo Audiovisual de la federación Valonia-Bruselas, Centro de Cine letón, Centro de Cine lituano, U Media, LTV, Cinevera, CNC y Eurimages.
Translated from « Oleg » : l'esclavage moderne en Belgique