Muchedumbres y merodeadores: El lenguaje deshumanizador de la inmigración
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Naiara Reig PellicerCon gran parte del norte de Europa virando hacia la derecha, también lo hacen las palabras para describir las actitudes hacia los inmigrantes. ¿Cómo hablamos de la inmigración en Europa?
Dependiendo del grupo de personas al que te refieras, hay una clara jerarquía en la elección de palabras. Si eres blanco, eres un expatriado; si no, eres un inmigrante. Y cuando nos referimos a la crisis de refugiados a nivel mundial, la mayoría de personas entran en la segunda categoría.
En Reino Unido, hasta la palabra 'migrante', supuestamente la alternativa más humanizante para los ya denigrados términos 'refugiado' o 'solicitante de asilo', suele ir acompañada de términos como 'flujo' o 'afluencia'.
Pero estos términos no parecen ser suficientes para los políticos, ansiosos por ganar capital político uniéndose a la tormenta anti-inmigración que azota Europa. El sentimiento xenófobo fomentado por la prensa británica ha visto convertidos a la mayoría de inmigrantes en oportunistas económicos y gorrones de beneficios en lugar de lo que realmente son: Víctimas de conflictos e inestabilidad, a menudo perpetuadas por la intervención occidental, bien mediante soldados sobre el terreno (Irak o Afganistan), campañas de bombardeos aéreos (Libia) o la venta de armas a facciones armadas o regímenes en estos países.
Ahora, el Primer Ministro británico, David Cameron, habla de "una 'muchedumbre' que viene desde el Mediterráneo para buscar una vida mejor y que quiere llegar hasta Reino Unido", mientras su secretario de Asuntos Exteriores, Philip Hammond, trata la terrible situación en Calais con palabras cuidadosamente elegidas como: "Mientras haya estas elevadas cifras de inmigrantes desesperados 'merodeando' por la zona, siempre habrá una amenaza a la seguridad en el túnel". Estupendo, señores.
Ha llegado al punto en el que aquellos que invocan la Ley de Godwin [cuanto más se alarga una conversación online, la posibilidad de acabar hablando de Hitler tiende a 1] tal vez deberían cabrearnos. Porque ahora hasta quienes cuelgan propaganda Nazi (simplemente sustituyendo la palabra "judíos" por "inmigrantes") pueden recibir votos positivos en los comentarios bajo los artículos del Daily Mail. Pero eso es sólo en Reino Unido en 2015. ¿Qué pasa en otros países europeos?
En Dinamarca, donde las recientes elecciones vieron al partido euro-escéptico y anti-inmigración Dansk Folkerparti (el Partido del Pueblo Danés) obtener el segundo mayor número de diputados, utilizan un vocabulario similar. Tal como explica Louisa: "El uso de la palabra 'oversvømmet' va en aumento en relación con los inmigrantes. Significa 'inundados'. Como en 'estamos siendo inundados por los inmigrantes', lo que es una afirmación ridícula si uno se fija en las cifras...".
Ingunn nos cuenta que ese tipo de lenguaje no es tan común en el norte: "No, no hay mucho de eso en Noruega, ya que tienen que pasar antes por Suecia o Dinamarca para llegar aquí. La discusión ha girado últimamente en torno a si deberíamos aceptar o no a 10.000 refugiados sirios de las Naciones Unidas (aproximadamente 3 por municipio), lo que al final terminó siendo demasiado para este amigable país. Finalmente se decidió que serían 8.000 y se aseguraron de que no serán personas que necesiten atención médica urgente y que tendrán altos niveles educativos, para que al menos podamos sacar beneficio económico al ayudarles. Precioso...".
Johannes, desde Austria, explica: "Bueno, yo diría que aquí el lenguaje no es tan duro, pero la frase 'no podemos acoger a todo el mundo' se está colando en el discurso público, y la usan tanto los políticos como quienes se manifiestan frente a las casas de los solicitantes de asilo".
Nuestro editor italiano Lorenzo explica que mientras la prensa italiana se ha puesto de acuerdo para tratar correctamente el tema de la inmigración (al que se están empezando a adherir) "la gente y los políticos populistas suelen referirse a los inmigrantes como 'clandestini', es decir, inmigrantes ilegales. Viene del latín, refiriéndose a gente que se esconde. 'Vucumprà' es otro término que describe a los vendedores ambulantes en la playa, que son mayoritariamente inmigrantes. Es bastante despectivo e incluso la gente común lo usa habitualmente: se trata de una mala pronunciación de '¿quiere comprar?' (vuoi comprare?)".
En Francia también es común que la gente utilice "clandestinos", así como "inmigrantes" o "gente pobre", mientras que en Alemania, Fran comenta: "Sí, tenemos muchos nombres negativos para diferentes grupos de inmigrantes, pero la mayoría son resquicios de la época en la que los trabajadores extranjeros llegaron al país en los años sesenta. Hoy, los medios alemanes intentan ser bastante políticamente correctos".
Pero ya no se trata de ser políticamente correcto; consiste en tratar a la gente en situaciones desesperadas con humanidad. Parece que en Europa podríamos aprender de los "me gusta" que ha obtenido Anja Reschke, una presentadora en Tagesthemen, el canal de noticias de la televisión pública alemana ARD, que ha llevado a cabo este cambio en su tono y su lenguaje:
(via The Guardian)
Translated from Swarms and marauders: the dehumanising language of migration