Menores no acompañados que se destapan en una película
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En la pequeña ciudad francesa de Montbéliard, cerca de la frontera francesa con Suiza, cinco menores no acompañados han tenido la oportunidad de crear su propia película, gracias a la colaboración del centro de servicios sociales local con un director de cine. Esperan que el proyecto ayude a liberarse y expresarse a estos chicos, quienes ya antes de cumplir la mayoría de edad se han enfrentado a dificultades de todo tipo.
Es sábado por la tarde en el conservatorio de Montbéliard, y Joël y Mohamed tratan de dar con el ritmo correcto en la batería. Un poco más lejos, Silvestre graba a Williams, que intenta rapear siguiendo una base correctamente. Ha escrito una canción. Juntos, procuran grabar la mejor versión posible. Joël y Mohamed no pierden la oportunidad de crear canciones con sus instrumentos. El equipo debe terminar la música para la película que están rodando con el director Fabien Guillermont. Desde junio, participan en un taller de introducción en artes audiovisuales, que se ha transformado en un proyecto para crear una verdadera película.
Joël, Mohamed, Silvestre y Williams viven en Francia desde hace más o menos un año. Son menores extranjeros no acompañados, a veces conocidos como “menas”. Cuando llegaron a Francia, fueron enviados al departamento del Doubs, en el que está Montbéliard. Ahí se encuentran en la actualidad, en el centro de protección de menores Grange la Dame. El complejo acoge a 70 jóvenes dependientes de la asistencia social, de los que 40 son menores extranjeros sin progenitores. Todos son chicos que proceden, en este caso, de África subsahariana. En 2019, 16 760 menores no acompañados llegaron a Francia. El 95% eran chicos de entre 15 y 18 años.
Si bien las cifras han aumentado ligeramente en los últimos años, los menores son el objetivo cada vez más frecuente de los estereotipos. Al vivir sobre todo en las grandes ciudades, y a menudo de forma precaria, han surgido numerosas tensiones entre los jóvenes y las autoridades. Aunque su situación es compleja y varía según los individuos, el debate que les rodea suele reducirse a vincularles con la delincuencia. Tanto observadores como asociaciones de derechos humanos han denunciado en varias ocasiones casos de abuso por parte de las autoridades, quienes a veces incluso niegan la minoría de edad a los jóvenes sin ninguna prueba.
El guion
La idea de la película de Montbéliard surge en la asociación Centre Images, que forma a los jóvenes en artes audiovisuales. Sacha Marjanovic, coordinador del Centre Image, puso en marcha el proyecto en 2019. “Había dos convocatorias de proyectos: una de la asociación regional Passeurs d'Images Bourgogne Franche-Comté, y otra de la autoridad de la aglomeración urbana Pays de Montbélliard, así que les propuse esta idea de taller de cine a ambas, y las dos aceptaron”. Fue entonces cuando contactó con el centro de menores en busca de participantes para el taller. A la vez llamó a Fabien Guillermont, director de cine procedente de Besanzón, otra ciudad de la zona, a quien le entusiasmó la idea de inmediato.
En el centro de Grande la Dame, los educadores se pusieron a buscar a los jóvenes que se embarcaran en el proyecto. Hubo muchos voluntarios, pero solo había ocho plazas. A partir de julio de 2020, el equipo empezó a reunirse para reflexionar, a escribir, rodar y actuar en su película. Cinco de ellos siguen participando activamente en el proyecto. “Sobre la marcha hemos perdido participantes porque encontraron una formación, un puesto de trabajo, o empezaron a estudiar fuera de aquí”, explica Sophie Beauté, directora del centro.
En un principio, la idea era realizar un taller de treinta horas sobre artes audiovisuales en el que realizar una pequeña película. Enseguida, el equipo decidió crear un corto de ficción sobre la vida de los jóvenes, así que el director pensó que sería una buena idea realizar un documental para retratar esta aventura. La película ya tiene título: Los principitos. "Es obviamente una referencia a El principito de Saint Exupéry, porque la cinta contará mi encuentro con estos jóvenes. El autor va a conocer a uno o más de los personajes, que le ayudarán a descubrir su mundo. Los personajes ficticios nos permiten entrar en su mundo a la vez que los protegemos. Mezclamos su historia con la ficción para protegerlos contra una administración, contra la espada de Damocles que cuelga sobre sus cabezas cuando tienen 18 años", explica Fabien Guillermont.
Papeles a medida
Así es como Williams se convierte en un joven rapero. Y se toma su papel muy en serio. Cuando ensaya la canción que ha escrito, se siente completamente a gusto en su personaje. “Al principio estaba estresado, pero a medida que pasa el tiempo me voy sintiendo mejor. Ahora ya no tengo estrés para nada” dice, recién terminada la grabación de la canción. Los otros chicos también han creado a sus propios personajes a medida. Mohamed da detalles: “Teníamos que escribirlo todo, así que nos sentamos todos alrededor de una mesa y creamos la historia, y cada uno de nosotros creó su propio personaje. Yo quería ser actor desde el principio, escribí mi escena con Fabien, etc. Y lo mismo para los otros. Lo hemos revisados juntos, pero casi todos hemos escrito nuestra propia escena”. Él interpreta a Rasta, un joven que viaja desde África a Francia para reencontrarse con una chica que conoció en su país de origen. En el caso de Silvestre, será un talentoso empresario. “Mi personaje se inspira en alguien a quien conocí, alguien a quien conozco bien. Es un hombre de negocios que vive en mi país y quisiera ser como él. Estoy en ello.”
“Ponemos en escena sus sueños para que no los pierdan”
Según Fabien Guillermont, esos personajes ficticios les ayudan a escapar de una realidad a menudo difícil. “Mientras que en El principito se dibuja una caja que contiene una oveja, aquí producimos una película, ponemos en escena sus sueños para que no los pierdan. Es lo esencial de la película, es la experiencia que pueden vivir. La idea de vivir un poquito la vida que han soñado o que se han imaginado, porque todos se enfrentan a una gran desilusión cuando llegan aquí”, explica el director.
Joël interpreta a un futbolista que debe dejar su carrera por culpa de una lesión. Afirma que el proyecto a veces le ayuda a sentirse mejor. “Me siento libre después de los talleres, ya que cuando uno viene libera mucha energía, revela cosas personales. En realidad, sacamos cosas de nuestra vida, y nos inspiramos en ellas para crear a los personajes. Me siento libre para hablar de algunas cosas, dar entrevistas, etc.” Joël está siguiendo una formación de electricidad en una ciudad vecina y tiene intención de continuar para sacarse el diploma superior el curso que viene. Al responder, afirma orgulloso que es el número uno de su promoción, y que está a punto de ser elegido delegado de su clase.
Los cuatro jóvenes presentes en la sesión están de acuerdo en que volverían a participar de inmediato si tienen una oportunidad similar. Mohamed no tiene ninguna duda al respecto. Solo es una cuestión de disponibilidad. “Por el momento estoy estudiando, pero si hay otra actividad como esta durante las vacaciones, participaré, espero.” Por su parte, Joël ahora está implicado en otros dos proyectos similares. Uno es un espectáculo de baile, en el que actúan menores no acompañados con otros jóvenes de la región. Los bailarines también han tenido un pequeño papel en la película: actúan en una de las escenas del cortometraje.
“Los chicos están súper motivados”
Mientras que Williams y Joël hablan por los codos, Mohamed y Silvestre permanecen callados; pero todos han superado algo en cierto modo con esta actividad. Mohamed quiere empezar a tomar lecciones de piano en el conservatorio. En cuanto a Silvestre, se acaba de comprar una cámara, un micro y un trípode. Así equipado, está rodando vídeos cortos que cuelga en las redes sociales. Aunque todos dicen que les gusta la experiencia de grabar y actuar, no lo ven como una posible oportunidad profesional, sino como un pasatiempo. Todos están matriculados en grados de formación y se muestran bastante satisfechos.
Poco antes, Sophie Beauté contaba que absolutamente todos los menores no acompañados de los que cuida consiguen obtener un diploma, una formación profesional, o siguen estudiando. “Los chicos están súper motivados. Algunos han llegado desde el fin del mundo, y en Francia todos quieren aprender. Estos chicos siempre suelen cumplir con sus obligaciones.”
¿Final feliz?
Toute l'équipe était censée se rendre à Annecy pour présenter le film au Festival des Solidarités, qui a dû être annulé en raison de la crise sanitaire. Sacha Marjanovic est déjà en contact avec d'autres festivals comme Parle Monde et Diversités pour inclure le film à la programmation 2021. Mohamed est gêné quand on lui demande s'il va parler sur scène pour présenter le film. « Parler en public, ça me stresse au début, mais dès que je suis lancé ça va ».
Estaba previsto que todo el equipo se desplazara a la ciudad de Annecy para presentar la película en el Festival des Solidarités, pero tuvo que ser anulado por la crisis sanitaria. Sacha Marjanovic ya está en contacto con otros festivales como Parlemonde y Diversité para incluir la película en la programación de 2021. Mohamed se muestra incómodo cuando le preguntamos si subirá al escenario para presentar la película: “Hablar en público me estresa al principio, pero en cuanto empiezo todo va bien”.
Las ambiciones de los chicos y del director sobrepasaron de sobra el límite de las 30 horas de taller previstas. Fabien Guillermont admite que le han dedicado unas cien horas al proyecto. Y todos están muy contentos de haber seguido con él hasta hoy, pero a la vez es una muestra de la cantidad de tiempo y recursos necesarios para un proyecto de este tipo, algo con lo que no siempre cuentan las asociaciones. De entre los cuarenta menores no acompañados del centro, la mayoría no pudieron participar en el taller por falta de plazas. Algunos tampoco hubieran podido hacerlo ya que su proyecto educativo o profesional necesita de dedicación exclusiva. Que alguien pueda recrear un proyecto similar en otras ciudades o centros depende de los recursos, que a menudo no son muchos.
Muchas veces son las subvenciones públicas las que suelen permitir este tipo de iniciativas, pero para ello es imprescindible la determinación de un puñado de actores locales y voluntarios que se dedican a este tipo de iniciativas. Sophie Beauté, Sacha Marjanovic y Fabien Guillermont están más que satisfechos del resultado de este taller. “Verlos riendo, peleando… Nos alegra verlos así”, confiesa Sophie. Por eso en vez de estar con su familia un sábado por la tarde, decide asistir al penúltimo taller y apoyar al grupo.
Algunos nombres son ficticios
Fotos extraidas del documental Principitos de Fabien Guillermont
Este reportaje se ha realizado como parte de un curso de formación en periodismo de soluciones sobre cuestiones de migración, impartido por el periódico sueco "The Local" en inglés.
Mira también: El rescate en el Mediterráneo contado por Fabien Guillermont
Translated from Des mineurs non accompagnés se dévoilent dans un film