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Meet My Hood: Molenbeek, Bruselas

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Para contrarrestar los recientes titulares sobre Molenbeek, una residente en Bruselas presenta el retrato de un barrio que bulle de actividad. Cuando el reloj marca las doce, gente de todo el mundo se reúne para comer en alguna de las muchas panaderías que hay en el distrito. Multicultural y lleno de historia, este barrio te dará también la oportunidad de mejorar tus habilidades lingüísticas.

Tras cruzar el canal, dejando el centro de Bruselas a tus espaldas, una hilera de pequeños molinos de viento en la orilla te dan la bienvenida a Molenbeek. Este barrio, conocido ahora por su población multicultural, fue hace tiempo un lugar donde se podían ver deambular los gustos de Vicent Van Gogh. Hoy en día, las minas de carbón del siglo XIX han dejado paso a la bulliciosa atmósfera de la vida en la ciudad.

En las pequeñas tiendas que se alinean en la calle principal de Molenbeek, Chaussee de Gand, se pueden comprar, entre otras cosas, vestidos largos, velos para cubrirse la cabeza o muebles de estilo marroquí. En los alrededores no encontrarás grandes supermercados: Este vecindario es conocido por sus pequeñas tiendas como panaderías, fruterías, carnicerías y pescaderías.

Debido al gran número de musulmanes que viven en la zona, Molenbeek se transforma durante el Ramadan. La gente vende dulces para prepararse para sus celebraciones nocturnas. Para ayudar a los demás a entenderlo y que puedan formar también parte de esta fiesta, la comunidad flamenca y la asociación De Vaartkapoen organizan cenas semanales durante el Ramadan. Hasta 70 personas pueden llegar a cenar juntas en un centro musical, temporalmente transformado en un comedor. Pakistaníes, marroquíes, belgas, americanos... Todo el mundo está invitado a compartir la cena. La religión no es la cuestión aquí; las cenas del Ramadan pretenden juntar a toda la comunidad multicultural de Molenbeek.

Cuando entro en mi panadería favorita en la plaza Jean-Baptiste-Eglise, además de pedir mi barra de pan, pruebo también algo que no reconozco a primera vista: Especialidades turcas. Aquí apenas puedes hablar holandés o inglés. El francés y el árabe son más comunes. Aún así, el panadero lo hace lo mejor que puede para decirme unas palabras en holandés, al mismo tiempo que yo me esfuerzo en hablarle en francés.

A la hora de la comida, siempre hay una cola que llega hasta la puerta de esta pequeña tienda. Los niños se comen su comida en la misma puerta mientras otros clientes hambrientos entran. Aquí se puede comprar pizza turca con verduras recién hecha por sólo 1,50 euros. Gente de todas las nacionalidades se reúne para comer; desde rumanos y polacos hasta los habitantes turcos y flamencos del barrio.

El peluquero Hedi, que tiene una barbería en la Rue Ribeaucourt, llegó a Bruselas hace cincuenta años y desde entonces nunca se ha movido de Molenbeek. Durante todo este tiempo ha trabajado en la barbería que él mismo compró. Este hombre se enorgullece de sus raíces tunecinas, pero también se ve a sí mismo como un bruselense. En su barbería de aspecto vintage, podrás disfrutar de una buena charla y una taza de café gratis junto con tu corte de pelo.

Molenbeek cobra vida los jueves, cuando la plaza frente a la Iglesia Jean-Baptiste y sus calles colindantes se convierten en un gran mercado. Este es el corazón económico y social del barrio. Desde frutas y verduras a ropa y zapatos, todo está a la venta a bajo precio. Aquí se pueden encontrar las mejores aceitunas de la ciudad, y si sales a dar un paseo por los bosques que lo rodean, no te olvides de traer contigo hierbas frescas.

¿Cuánto cuesta?

Sus calles

El ambiente

Su gente

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Este artículo forma parte del nuevo proyecto de cafébabel: Meet My Hood. El objetivo es descubrir los barrios de las principales ciudades europeas. ¡Participa tú también, desde donde sea que te encuentres!

Translated from Meet My Hood: Molenbeek, Brussels