Marc Cohen: MetOp tardará cien minutos en dar una vuelta a la Tierra
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lorenza olivares brémondMetOp1, un satélite de último grito pensado para revolucionar la meteorología orbita desde hoy 20 de octubre.
Impulsado por la Agencia Espacial europea y Eumetsat a finales de los noventa, MetOp asomará pronto su cabeza por las nubes. Marc Cohen, director del programa MetOp en el seno de Eumetsat, la organización europea de los satélites meteorológicos, vaticina mejores predicciones meteorológicas y un seguimiento climático más exacto.
¿Qué es MetOp y dónde radica su especificidad?
Este satélite, como los otros dos que le seguirán, estará situado en una órbita polar a una altura de unos 840 Km. Hasta ahora, sólo disponíamos de satélites geoestacionarios fijos, como Meteosat, que vigila la misma zona desde el Ecuador a 36.000 Km de altitud. Gravitando 42 veces más cerca de la Tierra, MetOp podrá apreciar cada detalle atmosférico y recopilar datos en cualquier rincón del planeta. El aparato, con un tiempo de vida estimado de 5 años, tardará 100 minutos en dar la vuelta a la Tierra y pasará 14 veces al día sobre los polos.
Sus 12 instrumentos de a bordo proporcionarán imágenes de alta resolución de los perfiles de temperatura y humedad así como la temperatura de la superficie de los continentes y los océanos a escala mundial. Medirán también los niveles de ozono en la atmósfera y vigilarán los vientos sobre los océanos. La especificidad de MetOp es el IASI (Interferómetro Atmosférico de Sondeo por Infrarrojos) una herramienta única que mejorará considerablemente la precisión de los datos obtenidos. En los últimos quince años, los investigadores sólo han conseguido aumentar en un día las previsiones meteorológicas (hoy, cinco días). Con IASI, el objetivo será ganar medio día más, en los próximos tres años.
¿Cuánto ha costado y quién lo utilizará?
El programa MetOp, que comprende la fabricación de los tres satélites, la infraestructura en tierra y el lanzamiento de los aparatos en 14 años ha costado 2,4 billones de euros, de los que 1,8 billones han sido financiados por Eumetstat. Es decir, que a cada ciudadano europeo le habrá costado 60 céntimos de euro por año. Es el mayor satélite de observación meteorológica construido nunca en Europa: cada uno de ellos pesa casi 4,5 toneladas. Los datos recogidos en tiempo real por MetOp proporcionarán información a los meteorólogos, pero también a los científicos de todo el mundo, que estudian el cambio climático. Los resultados esperados son mejores previsiones meteorológicas y una vigilancia climática más pertinente.
¿MetOp ha sido construido en colaboración con Estados Unidos? ¿Es que Europa no es capaz de innovar por sí sola en materia espacial?
En cuestiones meteorológicas, la colaboración entre Europa y Estados unidos se remonta a la década de los ochenta. El equipamiento de los satélites MetOp ha sido desarrollado en colaboración con el CNES [Agencia Espacial Francesa] y la NOAA [National Oceanic and Atmospheric Administration ]. MetOp supone la prueba definitiva de que hoy Europa puede imponerse en materia espacial: los tests superados en tierra demuestran que sus prestaciones son superiores a las de los actuales satélites El difusómetro ASCAT, por ejemplo, permitirá medir la intensidad de los vientos sobre la superficie oceánica con una precisión inigualable.
¿Por qué tantos aplazamientos para su lanzamiento?
Primero, tras tres intentos fallidos, problemas técnicos menores obligaron a suspender el lanzamiento de la nave Soyuz que debía poner en órbita a MetOp. El pasado día 7 de octubre, nuevas verificaciones complementarias sobre el sistema de lanzamiento obligaron a un nuevo aplazamiento. Dada la extremada complejidad del proceso, estos incidentes no son infrecuentes: el lanzamiento de la nave Ariane también ha sido pospuesto en varias ocasiones. En este caso, el problema ha estado en el sistema de tierra -el mismo sistema de lanzamiento que envió a Yury Gagarin al espacio-. Su sistema de pilotaje digital ha provocado falsas alarmas del sistema de control.
Tras MetOp, el satélite oceanográfico Jason-2 será lanzado en 2008
De nuestra enviada especiale a Usingen, Cléa Caulcutt
El 28 de octubre, los más importantes científicos europeos se reunirán para inaugurar la nueva estación del satélite Jason-2.
Entre tumbos a un lado y a otro, el autobús se detiene en un extremo de la estación de Usingen. A nuestro alrededor, la planicie alemana se estrecha hasta perderse de vista. No hay nada o casi nada a nuestro alrededor. Los fotógrafos y los periodistas se van descolgando sin entusiasmo del vehículo con su equipo al hombro. Sin prisas, nos conducen por un camino de guijarros hacia el lugar en el que se sitúa la estación terrestre del satélite Jason-2.
Diálogo celestial
Bautizado con nombre de héroe mitológico, Jason-2 rodeará la tierra examinando la superficie de los océanos, midiendo las variaciones del nivel del mar y la altura de las olas. En junio de 2008, el satélite despegará y sustituirá a su predecesor Jason-1. Jason-2 permitirá alertar mejor de los desastres naturales como los tsunamis o los huracanes.
Aquí en Usingen, una pintoresca ciudad alemana al norte de Frankfurt, será donde la estación terrestre recibirá los datos enviados desde el Jason-2. Pero, ¿por qué Usingen? Pregunto empezando por el indescriptible campo que nos rodea. Me comentan que el lugar fue elegido porque no tenía ninguna característica excepcional. Nada, ninguna colina o campanario de una iglesia puede entorpecer el diálogo celestial entre Jason-2 y su compañía terrestre. Estas son las condiciones óptimas para una relación a larga distancia que durará cinco largos años. Una relación complicada, podríamos pensar: pero a escala intergaláctica sólo un pequeño vuelo les separa.
Tubos de desagüe y calentamiento global
Por fin alcanzamos la estación terrestre. Científicos de toda Europa se concentran alrededor de un pequeño mausoleo con forma de cúpula intercambiando bromas sobre altimetría y algoritmos. Chistes de científicos. Las más importantes agencias aeroespaciales internacionales se encuentran representadas aquí: CNES, EUMETSAT, NOAA y la NASA, una jungla de acrónimos que me deja más bien perpleja. El Doctor Rattenborg, director de operaciones de EUMETSAT, y el Doctor Ulrich Liebenow, responsable de teconolía y sistemas, se separan del gentío congregado y se colocan bajo los flashes de cámaras y fotógrafos. Con cierto aire inquieto, enarbolan una llave bastante grande en sus manos y la ondean ante sus colegas.
Enseguida nos invitan a entrar en la cúpula para contemplar la antena parabólica. Según el Doctor Florian Setter, Director financiero de Deutsche Telekom, su construcción fue delicada, excepto, por supuesto, la alarma contra bombas. Nunca los científicos aeroespaciales se habían convertido en un blanco para los terroristas internacionales. Nunca un equipo de seguridad había confundido un viejo tubo de desagüe con una bomba de la II Guerra Mundial aún sin explotar.
Jason-2 presume de poseer un gran nivel de precisión. El calentamiento global, el cambio climático y la evolución de las corrientes marinas son algunos de los fenómenos que se encargará de observar. A lo largo de los últimos diez años, los océanos han aumentado su nivel en 35 mm y el nivel del mar no presenta síntomas de estabilizarse. Hechos que nos devuelven de nuevo con los pies en la tierra.
Traducción de Alejandra Feijoo
Translated from « Cent minutes pour faire le tour de la Terre »