Los PIIGS no son bienvenidos: una guerra de palabras sacude la eurozona
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Diana Irene ArancibiaA pesar de los sueños de Silvio Berlusconi, es improbable que el próximo miembro de la eurozona sea Israel; hasta Croacia o Turquía han quedado relegadas. La disputa europea actual es sobre quién debería haber sido admitido… o no
Llamadlos ‘PIIGS’. Es un acrónimo recurrente desde que se acuñó por primera vez allá por 1997 para referirse a Portugal, Italia, Grecia y España (PIGS, por sus siglas en inglés y que forma la palabra ‘cerdos’ en este idioma), que no cumplían los objetivos. El acrónimo ahora incluye a Irlanda, que alguna vez fue puesta como ejemplo de las ventajas de unirse a la eurozona y ahora es un cuento con moraleja para aquellos que desean entrar. Las economías europeas en dificultades, que han dejado de ser ricas o de estar ‘en el lomo del cerdo’, como dicen los irlandeses (‘ar muin na muice’), se sienten tan incómodas entre sus vecinos 'como los cerdos en el salón'. La expansión hacia el este de la UE parece más improbable que nunca cuando el problema de los PIIGS provoca la pregunta: ¿Es posible revocar la admisión a la eurozona?
Las turbulencias del euro están dando a las viejas monedas europeas un brillo nostálgico. En una entrevista para el diario británico The Telegraph, el alcalde de Londres, Boris Johnson, contó cómo se alegró cuando descubrió un dracma en su cajón de los calcetines: “Tenía la historia de Grecia en la palma de mi mano, un símbolo de la libertad económica que los griegos entregaron por el bien del prestigio nacional. Pensaron que solo por usar la misma moneda que los alemanes absorberían los hábitos teutónicos del ahorro y el rigor fiscal. Gracias a Dios que permanecimos fuera del euro”.
En los días del ‘deutschmark’, Alemania no tenía que preocuparse por las amenazas a la estabilidad monetaria por parte de los primos pobres. Es la idea de pagar impuestos para sacar de apuros a los PIGS ‘derrochadores’ lo que añade más resentimiento a la disputa familiar. El periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung comenta: “Los griegos salen a las calles para protestar contra el aumento de la edad jubilatoria de 61 a 63 años. ¿Eso significa que los alemanes deberían extender los años de trabajo de 67 a 69, para que los griegos puedan disfrutar su jubilación?” Sin duda, es un mensaje común entre el electorado. Hasta se ha acuñado un sustantivo compuesto en honor de la reputación de los griegos para manipular las estadísticas: ‘statisticsfraudsters’.
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Los medios están aprovechando la oportunidad para crear juegos de palabras sobre el corral. “Los PIIGS al matadero!”: El Der Spiegel de Alemania se pregunta si la eurozona puede lidiar con una bancarrota nacional. “Los PIGS en el estiércol!”, recordando el tema Palin-Obama de 2008 ‘pig in lipstick’(‘puedes ponerle pintalabios a un cerdo, pero sigue siendo un cerdo’, la famosa frase del presidente estadounidense durante su campaña), un titular del Financial Times que provocó la ira del ministro de economía portugués. Manuel Pinho afirmaba estar “profundamente ofendido” por el uso del término, pero estaba dispuesto a admitir que algunos cerdos que habían estado volando habían bajado ahora a la tierra nuevamente. Podría haber pensado en un proverbio portugués acerca del endeudamiento imprudente: ‘un cerdo comprado a crédito provee un buen invierno y una primavera difícil’(bacoro fiado, bom inverno, e mao verao).
Volviendo a Irlanda, el gobierno está optando por más créditos para apuntalar la economía. La generación más joven no está de acuerdo con esta carga fiscal futura. Algunos votan con sus pies: por primera vez en quince años, en 2009 se volvió a ver la tradición irlandesa de emigrar a otros países. El desempleo en hombre menores de 25 años es actualmente del 33.3%. Las estadísticas españolas son similares. Allí, la industria de la construcción alimentada por el turismo ha caído estrepitosamente, resultado de los precios inflados sin la válvula de seguridad de la devaluación de la peseta. Aunque Bruselas pueda despotricar acerca de la irresponsabilidad, debería recordarse un sabio proverbio danés: ‘el cerdo joven a menudo debe sufrir por lo que la cerda vieja hizo’ (‘Ofte kommer Begn efter Solskin, og efter Muln klart Vei').
Foto: ©Kevin Hutchinson/ Flickr
Translated from PIIGS unwelcome in the EU parlour: war of words rocks Eurozone