Los idiomas extranjeros, masacrados en las escuelas británicas
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deborah lópezEl número de niños británicos que aprenden idiomas cae en picado alcanzando cifras récord. Una antigua aspirante a profesora de lenguas describe cómo el sistema de enseñanza de idiomas debilitó su pasión y la llevó a dejar la enseñanza. ¿Qué demonios está pasando en los colegios del Reino Unido?
El porcentaje de niños británicos que sacan sobresalientes en idiomas llegó a un mínimo histórico en 2013, con una disminución del 50% en el número de alumnos que estudian un idioma después de los 16 años. El Reino Unido siempre ha tenido una reputación terrible en el dominio de idiomas, pero ahora, con el 40% de las universidades enfrentándose a un cierre potencial de sus departamentos de idiomas debido a la falta de interés, y con una crisis de mediocres competencias lingüísticas universalmente aceptada que amenaza con obstaculizar al país tanto cultural como económicamente, está claro que algo va muy mal.
Como reciente graduada en francés, mi sueño siempre había sido compartir mi pasión mediante la enseñanza. Pero solo dos meses después de empezar mi PGCE (certificado de posgrado en educación, obligatorio en el Reino Unido para dar clases en colegios públicos) lo dejé, con franca alegría y con la sensación de haber escapado por los pelos de un trágico destino. La moral de los profesores del Reino Unido es peligrosamente baja, ya que lidian con constantes reformas educativas y con las inspecciones de Ofsted, la inspección escolar, cada vez más excesivas y centradas en las estadísticas. Sin embargo, para mí, el currículum completamente desastroso de los menores de 16 años fue suficiente como para salir por la puerta y no volver jamás.
¡PULSÉ EL BOTÓN EQUIVOCADO!
En el Reino Unido, ha habido una constante controversia sobre si los exámenes GCSE (Certificado General de Educación Secundaria), que se hacen a los 16 años, son más válidos que el papel sobre el que se escriben. Que son aburridos, predecibles, que animan a "enseñar para el examen" y que cada año son más fáciles solo son algunas de las reclamaciones que se hacen en su contra. Aunque en lo que respecta a los idiomas – pese a que hay muchos estudiantes que trabajan duro, están motivados y consiguen un buen dominio del idioma – un GCSE no indica en absoluto que el idioma se pueda hablar, escribir o entender correctamente.
En los exámenes orales se pide a los estudiantes que preparen las respuestas a una serie de preguntas. Hasta ahí, todo bien. Sin embargo, estas respuestas no son espontáneas, sino que se redactan antes y durante el examen se leen en alto. Vi a una estudiante que se había preparado las respuestas en casa con la ayuda del traductor de Google y llegó al examen de francés hablando un portugués absolutamente terrible. ¿La razón? Había pulsado el botón equivocado y había "traducido" sus respuestas al portugués en lugar de al francés. Se le pronosticó un notable, una nota perfectamente respetable, incluso aunque no había notado que el idioma que estaba leyendo no se correspondía con el que supuestamente había estado aprendiendo. La regañaron, y le permitieron volver a examinarse. Pero cuando se puede sacar un notable en el GCSE sin siquiera ser capaz de reconocer el idioma que se estudia, ¿quién puede culparla?
Se podría asumir que los exámenes escritos son más duros. Pero no hay exámenes escritos. Solo "evaluaciones controladas". Los estudiantes escriben largas respuestas sobre un tema, de memoria, y con notas para poder recordarlas. Sin embargo, para poder aumentar las calificaciones, muchos colegios hacen que los estudiantes redacten y vuelvan a redactar esas respuestas en clase y en casa para después simplemente memorizarlas para la evaluación. Y mientras las preparan en casa, tienen la ayuda de padres, de amigos, de internet y de cualquier otro recurso que encuentren. Y al profesor también se le permite, en ese punto, dar comentarios por escrito. Parece una prueba bastante estúpida, ¿verdad?
COMO PEQUEÑOS ROBOTS DEFECTUOSOS
Y eso ni siquiera es todo lo que hay. La mayoría de los colegios proporciona a los estudiantes extensos "ejemplos", así que no se necesita ninguna producción espontánea. Si la evaluación es en vacaciones, por ejemplo, se les dan listas de vocabulario con traducciones de frases como "En la tienda de regalos compré…", "Después de visitar… fui a…". Todo lo que necesitan hacer es conectar los puntos y voilà: frases hechas a medida, sin que los estudiantes sean capaces de construir ninguna por sí mismos.
Cada evaluación, si se quiere conseguir las mejores calificaciones, debe incluir al menos un modismo, así que a los estudiantes se les proporcionan las debidas listas de modismos adecuados al tema, listos para insertar. Sin embargo, su completa ignorancia para manipular el lenguaje puede resultar contraproducente en este punto. En el trabajo de un estudiante, vi la siguiente frase: je avoir les dents longues (literalmente: "yo tener los dientes largos"; el modismo significa "ser ambicioso"). Lo vi como un simple error y señalé, amablemente: "Te has olvidado de conjugar el verbo". Su expresión estaba completamente vacía. "¿Sabes cómo conjugar avoir?", dije, preguntándome cuál sería el problema. "Señora, ¿qué es conjugar?", fue la respuesta. Estos estudiantes, aspirantes todos a la nota más alta, no sabían lo que era la conjugación, ni lo que era un verbo ni que avoir era diferente de au revoir. No sabían que "j’ai" significaba "tengo", y no tenían ni la más ligera idea de por qué poniendo las frases tal cual en sus textos no les había salido bien.
¿Y quién es culpable, entonces, por este estado tenso e impersonal de las cosas? Los estudiantes no, eso seguro. Ellos solo hacen lo que se les dice. ¿Los profesores, por lo tanto? Recientemente se ha introducido en el Reino Unido el salario según rendimiento, lo que significa que las notas de los GCSE de los estudiantes afectan directamente al bolsillo del profesor a final de mes. Obviamente no podemos esperar que los profesores sacrifiquen las notas de los alumnos (y con ellos sus futuras perspectivas educativas y laborales), la reputación de sus colegios o sus propias carreras para asegurarse de que los estudiantes realmente pillan el idioma.
Parece probable, entonces, que hasta que no cambie el sistema actual del GCSE, la adquisición de un segundo idioma en el Reino Unido seguirá siendo la peor de Europa. Los GCSE de idiomas ya no pueden hundirse más. Aunque... nunca se sabe cuál es el próximo plan loco que se le va a ocurrir al Secretario de Educación, Michael Gove.
Translated from Foreign Languages Butchered in British Schools