Lo que te entra por un oído, te sale por el otro
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Sara García Delgado de MendozaEuropa parece ser bastante pareja a la hora de describir lo que uno siente cuando alguien no escucha sus consejos o no se le presta suficiente atención. Eso sí, hay que tener en cuenta la excepción de los polacos, que tiran guisantes, o los franceses, que orinan a violines.
Todo empezó con las sorderas. Las palabras comenzaron a caer en oídos sordos (To fall into deaf ears en inglés) en algunas referencias bíblicas. Desde entonces, la frase se convirtió en un cliché para los británicos, que le vienen dando uso a este modismo desde el siglo XIX. Los españoles hacen oídos sordos y los alemanes, no muy lejos de los anteriores, predican a oídos sordos (Vor tauben Ohren predigen). Sin embargo, en la jerga juvenil francesa, este sentimiento se percibe más como hacer pis en un violín (póngamos como ejemplo que avec lui, je pisse dans un violon), lo cual expresa misteriosamente la inutilidad de la acción en sí.
Más tarde, llegó la profecía. Existe un dicho común entre las lenguas europeas que lamenta que las palabras puedan, en efecto, entrar por un oído y salir por el otro. Es lo que los indignados y el resto de ciudadanos españoles sienten cuando se enfrentan al gobierno: un hecho que comparten con sus vecinos manifestantes franceses e italianos (Ça rentre dans une oreille et ça ressort par l'autre y Entra da un orecchio ed esce dall'altro). En polaco, la expresión está algo más suavizada, ya que algo cae en un oído y, de todas formas, acaba saliendo por el otro (Jednym uchem wpada, a drugim wypada).
En tercer y último lugar, apareció la pared, con la que se creó una expresión que bien se puede aplicar al proyecto europeo que contempla una perspectiva federalista. Intentar animar al euroescéptico primer ministro David Cameron y compañía de la necesidad de apoyar una Europa más amplia es como hablarle a la pared, y lo mismo ocurrió con el expresidente francés, Nicolas Sarkozy, que perdió el sentimiento europeo en sus últimos días de presidencia (Parler à un mur). Otra interpretación de este dicho que también llama la atención es la frase polaca tirar guisantes a una pared (gadać/mówić jak do ściany) o también –el contexto lo justifica– tirarle złote a Europa.
Ilustración: © Henning Studte
Translated from In one ear and out the other