La Victoria electoral del Sueño Georgiano sume al país en ajustes poselectorales
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Diana Rodríguez GonzálezGeorgia es la encrucijada que conecta Europa y Asia. Además, Georgia se encuentra en su propia encrucijada de desarrollo. La semana pasada se revelaron las identidades del nuevo Presidente y del nuevo Primer Ministro
El domingo 27 de octubre, Georgia celebró sus sextas elecciones presidenciales desde que el país logró su independencia de la Unión Soviética en 1991. A pesar de la poca participación de los votantes (46,9 %) y de la naturaleza tranquila de las elecciones, la fluida transición de poder permitió a los observadores internacionales calificar las elecciones de éxito sin precedentes, lo que consolidó la transición histórica del país hacia la democracia.
Giorgi Margvelashvili, antes un desconocido catedrático de filosofía y antiguo ministro de Educación, ganó las elecciones con un 62,12 % de los votos. Era la elección personal de actual Primer Ministro y de Bidzina Ivanishvili, líder de la coalición del Sueño Georgiano.
El fin de una era
Debido a las enmiendas de la constitución, el nuevo Presidente tendrá menos poder que el actual presidente Mikheil Saakashvili. No obstante, las elecciones han tenido muchas repercusiones, ya que han marcado el fin del acuerdo de reparto de poder entre el Movimiento Nacional Unido del anterior presidente Mikheil Saakashvili y el Sueño Georgiano, dejando a este último con la presidencia y una fuerte mayoría en el Parlamento.
Además, el primer ministro Bidzina Ivanishvili, conocido en toda Georgia por su nombre de pila, anunció que dimitirá el 24 de noviembre. En teoría, el nuevo Primer Ministro, escogido por el mismo Bidzina, será la persona que tendrá el destino del país en sus manos. Sin embargo, la mayoría de observadores creen que el actual Primer Ministro seguirá moviendo los hilos desde la sombra.
Ivanishvili ha anunciado recientemente que se inyectará en la economía una subvención para la inversión de seis mil millones de dólares, una cantidad que equivale al 40 % del producto interior bruto del país. De esa cantidad, mil millones de dólares procederán de los fondos personales del multimillonario Bidzina. La mayoría de observadores están de acuerdo en que, solo con estas inversiones, el primer ministro tendrá mucho que decir en cuanto al futuro desarrollo del país, incluso si ya no está formalmente involucrado en la política.
Sin cargo pero no sin poder
Ivanishvili ha elegido como Primer Ministro a un acérrimo aliado y empleado durante mucho tiempo, lo cual le ayudará a asegurarse de que sigue siendo la figura más influyente al mando de la vida política georgiana. Irakli Garibashvili, que fue anunciado como Primer Ministro el sábado, es un hombre de 31 años que ha pasado la totalidad de sus nueve años en la profesión trabajando para la familia Ivanishvili. Antes de entrar en la política Garibashvili dirigía la fundación benéfica Cartu de Ivanishvili.
Como era de esperar, los miembros de la coalición del Sueño Georgiano se han apresurado a alabar al nuevo Primer Ministro. El nuevo Presidente, Giorgi Margvelashvili, expresó su alivio por tener una buena relación con este. El portavoz de la casa, Davit Usupashvili, dijo que el nuevo Primer Ministro ha sido “un pilar en su equipo desde el primer día”. Sin embargo, los miembros del Movimiento Nacional Unido no estaban tan entusiasmados. Zurab Japaridze, un miembro del Parlamento del Movimiento Nacional Unido, dijo que lo único bueno del candidato era que se trataba de “una persona leal al entonces Primer Ministro”. Otro parlamentario del Movimiento Nacional Unido, Giorgi Gabashvili, anunció que la llegada de Garibashvili al Ministerio está “completamente basada en los principios del nepotismo”.
Translated from Georgian Dream’s Election Victory Envelops Georgia in Post-Election adjustments