La revolución energética europea del viento y del sol
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Marta AlcudiaMientras que desde la Casa Blanca de Bush se buscaba petróleo desesperadamente, Europa se unía a Japón para moderar su consumo energético
Mientras paso a través del Aeropuerto Schiphol de Ámsterdam, me llama la atención cómo las escaleras mecánicas se apagan automáticamente cuando nadie está sobre ellas. Son un modelo de diseño y eficiencia energética, tal y como son (como descubrí en mis viajes) los váteres de dos o tres botones para tirar de la cadena y las luces sensibles al movimiento de los pasillos en la mayor parte de hoteles, museos y hogares europeos. Las bombillas son bajas en cosumo, misma luminosidad pero con un quinto de la energía necesaria, en vez de las bolas de fuego llameantes de 100 vatios usadas en la mayor parte de las salas de estar y oficinas americanas.
Mientras Bush y otros líderes oponían el medio ambiente y la innovación energética al bienestar de la economía y el empleo, Europa ha descubierto que una mayor eficacia energética en realidad es positiva para los negocios. Sus esfuerzos han llevado al surgimiento de nuevas tecnologías, industrias y creado cientos de miles de empleos. Las empresas hicieron algunas inversiones al comienzo para actualizar sus instalaciones, pero luego se hicieron más competitivas al subir astronómicamente el precio de la energía. La revista Business Week ha afirmado que Europa está más preparada que Estados Unidos para periodos de crisis petrolera, ya que puede mantener el mismo nivel de vida y arrojar a la atmósfera menos cantidad de gases invernadero, consumiendo en comparación mucha menos energía y recursos.
El viento sopla desde Alemania a España
Europa lidera al mundo en la producción de energía eólica y Alemania lidera a Europa. Los 20.000 molinos de viento que se alinean por el paisaje generan el 8% de la electricidad de Alemania, dan energía a más de 10 millones de hogares alemanes y ahorran unos 42 millones de toneladas de dióxido de carbono. Las 2.600 turbinas eólicas del Estado de Schleswig-Holstein, al norte de Alemania, consiguen abastecer un tercio de su necesidad de energía usando solo el 1% de su superficie terrestre. Más de 84.000 personas han encontrado empleo en todo el país dentro de la industria eólica. Alemania planea construir unas 30 granjas eólicas adicionales en alta mar, con unos 2.000 molinos de viento en el Mar del Norte y el Báltico.
Al nordeste, varias empresas europeas de energía están construyendo la granja eólica más grande del mundo, 12 millas alejada de la costa británica, cerca de donde el Támesis desemboca en el Mar del norte. El ambicioso proyecto, que costará 2.700 millones de dólares, instalará 341 turbinas eólicas en un área de 90 millas cuadradas (unos 145 kilómetros cuadrados). Junto con la producción de una segunda granja eólica que se está construyendo frente a la costa, las 440 turbinas darán energía a un tercio de los tres millones de hogares londinenses. Y es todo energía renovable, que producirán una disminución de más de dos millones de toneladas de dióxido de carbono cada año.
Más al sur, la potencia productora de energía eólica que más crece en el mundo es España. En marzo del 2008, la energía eólica producía una media del 28% de toda la electricidad consumida a nivel nacional y por encima del 40% en los picos de máxima producción. Portugal está construyendo turbinas de viento por valor de 1.300 millones de dólares por todo el país, suficientes para abastecer a 750.000 hogares. La compañía de energía sueca Vattenhall está construyendo el parque de turbinas de viento más grande del norte de Europa en el Mar Báltico, entre Suecia y Alemania.
Dinamarca ya obtiene alrededor de un 20% de su energía de la energía eólica, liderada por la mayor instalación de energía eólica existente en el mundo en Nysted, cuyas 72 turbinas abastecen a 110.000 hogares.
Tres quintos de los 74.000 megavatios producidos a nivel mundial gracias al poder del viento son generados en Europa. Mientras tanto, Estos Unidos se queda a la zaga con solo un tercio de la capacidad europea generadora de energía eólica. Está afectada por un anticuado sistema de red eléctrica concebido hace más de 100 años para compartir energía entre pequeñas regiones, no a nivel nacional. Es difícil transportar grandes cantidades de energía a través de largas distancias, como desde los poco poblados Estados de las planicies a las altamente pobladas costas.
Las naciones europeas disfrutan del auge de la actividad económica
En el corazón de la conservadora Bavaria, una instalación solar de 30 acres (120 kilómetros cuadrados) se convirtió en el mayor parque solar del mundo en el 2004. Junto con otros dos parques cercanos, estas instalaciones generan suficiente energía como para abastecer a 9.000 hogares alemanes. En el 2005, Alemania se convirtió en el líder mundial en instalaciones solares, sobrepasando a Japón con un 57% del mercado global (Estados Unidos tiene solo el 7% del mercado global, y Europa tiene el 60%). Alemania producirá 12.000 megavatios para el 2012, suficiente energía para abastecer aproximadamente a 6 millones de hogares, la misma capacidad que toda la industria nuclear británica.
En Portugal, la planta solar fotovoltaica más grande del mundo produce suficiente energía como para iluminar y calentar 8.000 hogares, ahorrando más de 30.000 toneladas al año de emisiones de CO2.
Trae puestos de trabajo a la tradicionalmente pobre región de Alentejo, 125 millas al sureste de la capital. Irónicamente, sus socios son compañías americanas, PowerLight Corporation y GE Energy Financial Services, que consiguen hacer más negocio en Europa que en Estados Unidos. Los paneles de energía solar pasiva calientan las tuberías de agua caliente para ducharse, lavavajillas y lavadoras, reduciendo el gasto en consumo de agua caliente en un 75%. En Europa, el 13% de la generación de agua caliente está producida de manera térmica solar, comparada con solo el 2% en Estados Unidos. Australia instaló 40 veces más sistemas en el 2005 que California, aunque tiene solo un cuarto de la población californiana y mucho menos sol.
Steven Hill es director del Programa de Reforma Política en la Fundación Nueva América y autor de un futuro libro en el que se compara el Modo de Vida Europeo con el Americano.
Translated from Germany leads Europe's wind and solar energy revolution