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La educación burocrática a la que se enfrentan los niños refugiados en Europa

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Translation by:

Virginia Morilla

Sociedad#OpenEurope

El vídeo “Merkel strokes” se ha convertido en viral. La canciller alemana intenta torpemente consolar a una refugiada palestina de 14 años, Reem, un símbolo de lo que se ha hecho por los refugiados en Europa: Se trata de tranquilizarlos sin resolver los problemas que hay debajo. La falta de apoyo para los niños refugiados en los sistemas escolares de Alemania, Suiza y Austria es alarmante.

Fatima Khalil tiene 11 años y habla árabe, hebreo y también inglés. Después de huir de Siria con su familia a Suiza, el aprendizaje de estos idiomas la ayudó un poco. Al principio, no fue capaz de integrarse a las clases de su primera escuela suiza, porque no hablaba alemán. Sin embargo, tras algunos meses de estudio intensivo, a Fatima se le permitió participar en las clases de manera normal, aunque los profesores decidieron ponerla en un clase dos años por debajo de su edad. A pesar de esto, Fatima estaba feliz.

Pero una carta de las autoridades hizo que la familia tuviese que moverse a una ciudad diferente rápidamente. Y de nuevo, Fatima tuvo que ir a clases especiales para refugiados. Después de algunos meses, los pedagogos se dieron cuenta de que su alemán era bastante avanzado y la pusieron en una clase normal. Esta vez sus compañeros estaban un año por debajo de su edad. A pesar de que hacía nuevos amigos, aún peleaba con el idioma y, además, tuvo que alcanzar el nivel del resto y seguir aprendiendo en su nueva clase - un gran reto para una niña refugiada entusiasta que salió del caos burocrático.

Fatima es uno de los muchos niños refugiados en Suiza, Austria o Alemania, que sufren la falta de regulaciones constitucionales. No hay en ninguno de estos países un acuerdo de estado que trate sobre cómo integrar a los niños refugiados en el sistema educativo.

De acuerdo con el Eurostat, en Alemania había más de 200.000 refugiados en el último año y en Austria había alrededor de 28.000, mientras que en Suiza eran 23.500. En 2014, un total del 26% de todos los refugiados en los estados europeos eran menores de 18 años. El número total de refugiados es borroso, dada la reciente afluencia de inmigrantes en la UE - los números proporcionados por las autoridades no parecen representativos ahora.

La travesía por el sistema educativo

En Alemania, la educación para los niños refugiados tiene las mismas reglas que para el resto del sistema educativo, y por tanto lo que ocurre con los niños depende del respectivo Estado federal. De acuerdo con la declaración de Deutsches kinderhilfswerk (la inversión para los niños alemanes), algunos Estados federales no piden a los colegios la presencia de los niños cuyos padres están legalmente obligados a dejar el país. Otros sólo solicitan que los refugiados vayan a la escuela durante tres o seis meses después de su llegada a Alemania.

La responsabilidad educacional de la educación en Suiza está dividida entre el Estado, los cantones y las comunidades. Allí, tanto los niños extranjeros como los locales asisten a la escuela y las comunidades son las responsables de que cada niño sea capaz de hacerlo.

Los suizos reciben refugiados y otros residentes 'temporales' en los llamados "centros de paso", donde se les financia y aconseja, antes de que puedan conseguir una vivienda  individual o de continuar su trayectoria en otro sitio. Antes de que la familia de Fatima se trasladase a su tercer destino en Berna, tuvieron que vivir en un centro de paso subterráneo durante diez meses. Después fueron asignados a Shafhausen, en el cantón de Berna, donde Fatima tuvo que compartir una habitación pequeña con sus cuatro hermanos y sus padres.

Una de las preocupaciones que existen con respecto a la educación de los niños refugiados es la falta de profesores. Andrea Nikowitz, que enseña en una colegio elemental de Viena, critica la falta de apoyo para estos niños, que necesitan aprender alemán: "Sólo tienen once horas por semama y existe la necesidad de atender a más niños. Desgraciadamente, el consejo del colegio de la ciudad ha reducido radicalmente los gastos para la educación y este año hay muchos menos profesores trabajando".

Observa también el punto de la mentalidad de derecha en la sociedad y en los políticos: el año pasado hubo manifestaciones delante de los centros de refugiados de Shafhausen y debates xenofóbicos en los medios sociales.

En Alemania, el debate del odio ha llegado de la mano de la derecha extremista, que se ha hecho fuerte en la Alemania oriental y, especialmente, en el estado federal de Sajonia. Recientemente, los extremistas de la derecha atacaron a la policía, que intentaba proteger el nuevo refugio de los inmigrantes. Más de 30 policías fueron heridos. Finalmente, el lunes Merkel dio su primer paso para posicionarse frente a la discusión: "Es horrible, como los extremistas de derecha y los neo-nazis intentan propagar falsas palabras de odio sobre el asilo de Shelter", dijo el portavoz del gobierno en su nombre.

Cuando no hay gobierno, hay que involucrarse

Algunos de las profesores no sólo están envueltos en los trabajos de detección, sino también en los nuevos proyectos que ayudan a los individuos en sus luchas por conseguir la deseada educación. Uno de ellos es Michael Stenger en su colegio "Schlau-Schule" en Munich, en el que enseña en pequeñas clases a niños refugiados. Este proyecto tiene como finalidad aprender alemán, pero también es un refuerzo para la autoconfianza de los jóvenes. A menudo, Stenger les dice que, en realidad, "ellos pueden hacer algo" como indica en un reportaje en la revista Der Spiegel.

En Austria también hay proyectos que cuidan de los jóvenes refugiados que no pueden continuar su educación debido a las carencias en lo que el sistema público actualmente ofrece. "Prosa: Schule für alle" ("Prosa: el colegio para todo el mundo") tiene el objetivo de "incluir lo excluido" en la sociedad, y se centra en los refugiados que quieren terminar la educación obligatoria, la formación profesional o mejorar en el idioma alemán para poder conseguir un trabajo, por ejemplo.

El coordinador de proyecto de la ONG austríaca AFS refugee aid foundation Martin Chichocki afirmó que era positivo ver que al menos las cosas se mueven en la dirección correcta en Viena, pero que encontraba preocupante que la mayoría de ellas tuvieran lugar a nivel organizacional, y que en cambio muy pocas estuvieran llegando por parte del Gobierno.

Andre Nikowitz dice que también dentro de las escuelas están sucediendo muchas cosas: "Por ejemplo, los propios profesores y padres donan ropa y materiales escolares, y hay además muchos proyectos creativos donde las habilidades lingüísticas no son tan importantes y que están abiertos a todos los niños". Sin embargo, sí hay una carencia financiera (y psicológica) a la hora de ofrecer ayuda por parte de la junta del colegio de Viena. Sostiene que el problema es "típicamente austríaco: es más fácil si no hay normas".

Finalmente, la familia Kahil se trasladó a un apartamento en Berna, donde Fatima terminará de nuevo en una clase diferente y en un nuevo ambiente, donde intentará ponerse al día de las clases perdidas. Ahora, sólo espera que sea la última parada de su travesía por la jungla que es el sistema educativo suizo.

YouTube: Angela Merkel consuela a Reem, una joven refugiada.

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Este artículo fue una colaboración entre Franziska Bauer y la periodista suizast Bettina Zbinden.

Translated from The education red tape facing child refugees in Europe