La banda de rock Turbo: “La falta de gusto” es una “enfermedad incurable” en Hungría
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Aitana Pascual BuitragoCuando se trata de rock psicodélico-progresivo, Turbo es el grupo número uno en Hungría. El bajista Jero y el vocalista Balázs Tanka nos hablan de los modelos que hay que seguir, de cómo adoptar diferentes puntos de vista sobre los gustos musicales y de la realidad en general.
Hubo un tiempo en el que eran músicos con puestos de trabajo que empezaban a tocar juntos por diversión. El grupo húngaro de rock Turbo ha llegado muy lejos teniendo en cuenta su aparente falta de interés por el éxito comercial. “Empezamos como cualquier otro grupo: lo pasábamos bien juntos y tocábamos para nuestra propia diversión. No teníamos ningún tipo de misión u objetivo”, dice el vocalista, Balázs Tanka. Cuando se dieron cuenta de que su música también les gustaba a otras personas, empezaron a dar conciertos en 2006. El éxito de su canción One More Time fue una muestra de lo estaba por venir: su álbum debut, Vol1,(2009) fue votado mejor álbum del año por los oyentes de Radio Café y fue elegido “el mejor álbum de pop-rock moderno de Hungría” en los premios Fonogram (el equivalente a los Grammy, pero en Hungría).
Prestarle atención al género es una tontería
Con su segundo álbum, Lost Measure, estrenado en mayo de este año, el grupo ha ido extendiendo su influencia fuera de las fronteras húngaras. Las giras les han llevado a Serbia y Bulgaria (la primera vez para el grupo), donde tocaron con el músico búlgaro de blues más puntero, Vasko Krupkata. El grupo dice que podrían ser más populares pero que no quieren comprometerse demasiado. “Mucha gente piensa que ya somos un grupo consolidado, pero siempre me pregunto por qué” , dice el bajista, Jero. Todos los músicos todavía conservan sus empleos, por lo que no confían en su éxito para recibir un salario seguro. “No hay tensión, ni nos sentimos presionados para ganar dinero y poner el pan sobre la mesa”.
La música normalmente se clasifica utilizando una larga lista de géneros y subgéneros. Turbo cree en un tipo de clasificación diferente: dejando a un lado el género, la música es buena o mala. La buena música es universal y funciona bien por sí misma. Parece adecuada donde quiera que la escuches. “Las personas que se niegan a escuchar ciertos géneros no se enteran”, insiste Jero. “Si una canción rap es excepcional, todo el mundo se moverá a su ritmo sin pensarlo. Los géneros solo son importantes para el periodismo musical. Los jóvenes prefieren ciertos géneros extremadamente híbridos. Se quedan atrapados en estos volviéndose superficiales”. Los músicos afirman que las personas prefieren escuchar géneros desconocidos para compensar la falta de personalidad. “Escuchar un tipo de música simplemente porque es desconocida para otras personas también es una tontería. Es lo mismo que escuchar a Fásy (Ádám Fásy, un artista húngaro de lo que se hace llamar “música de boda”) al revés, dice Balázs.
Las nuevas generaciones ya no conocen a los Beatles
La conversación se dirige hacia las influencias y los modelos a seguir. “Las nuevas generaciones ya no conocen a los Beatles”, se lamenta Jero, que descubrió al grupo británico a los nueve años. “No buscan entre las fundas de los discos, que es como yo los conocí, porque esos discos están enterrados en el desván”. Pink Floyd marca otro hito para esta banda húngara. “Ellos revolucionaron la música psicodélica. Recientemente me encontré con el disco de The Dark Side of the Moon (1973) y no podía dejar de escucharlo. Inventaron muchas cosas que todavía hoy son revolucionarias”.
En julio, la revista húngara Magyar Narancs (Naranja Húngara) afirmó que ya no existe terreno inexplorado en el panorama de la música rock; Jero está de acuerdo. “No nos echamos flores diciendo que seamos más listos que nadie”, comenta. “Todo el mundo usa las mismas notas; inevitablemente, los mismos temas reaparecen”. Lo importante es cómo combinar los elementos que ya existen. Esto es lo que mejor sabe hacer Turbo. La banda ve a sus modelos a seguir innovadores y auténticos y esto es lo que intentan imitar, aunque en un entorno ambivalente. “Nuestro guitarrista, David, piensa que la falta de gusto es una enfermedad incurable en Hungría, pero no hay necesidad de ser negativos, y no lo somos. Tenemos suerte de habernos encontrado. Somos libres para hacer cualquier tipo de música que nos guste. Gracias a oportunidades como el festival de música de Hungría Sziget podemos actuar en un escenario”.
No te pierdas a Turbo en Barba Negra, Budapest, el 15 de octubre
Leer la entrevista completa en el blog de Cafebabel Budapest
Fotos: portada (cc) Mark Viszlay/ official myspace page; texto, official facebook page for Turbo’s label, mamazone
Translated from Rock band Turbo: ‘absence of taste’ an ‘incurable disease’ in Hungary