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Islandia y la UE: Más allá del muro

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Política

Islandia lleva jugando con las autoridades de la Unión Europea desde hace un par de años: solicitó su adhesión, se involucró en el proceso de integración y estuvo a punto de convertirse en estado miembro hasta que finalmente cambió de opinión y paralizó todo el 13 de marzo. ¿Cómo podemos explicar la posición incierta de Islandia con respecto a la Unión Europea desde la crisis financiera de 2008?

Un lugar ambiguo en el escenario europeo

Conocer el amplio contexto geopolítico es esencial para comprender las actuales divisiones en Islandia con respecto a la adhesión a la Unión Europea. La situación geográfica de Islandia, en una remota esquina de Europa, la mantiene de alguna manera apartada de las grandes evoluciones y tendencias europeas. Su población y sus actividades económicas son bastante peculiares y por ello requieren acuerdos especiales. La isla está parcialmente integrada desde que el país firmó tres acuerdos con la Unión Europea (la Asociación Europea de Libre Comercio, el Espacio Económico Europeo y el Acuerdo de Schengen). Por lo tanto, el país mantiene una posición ambigua en el escenario europeo siendo partícipe en él pero no de manera completa.

El proceso de adhesión de Islandia: Seis años de duras negociaciones

Los islandeses han vivido de la pesca y los servicios bancarios, al menos hasta la crisis de 2008, cuando todo el sistema se colapsó. Por aquel entonces, los expertos consideraban la adhesión a la Unión Europea como una gran oportunidad de recuperación económica, así como una solución preventiva para futuras crisis. La crisis económica contribuyó a que se diera inicio el proceso de adhesión con la presentación de una solicitud oficial en julio de 2009. En febrero de 2010, la Comisión Europea dio una respuesta favorable, por lo que las negociaciones de adhesión empezaron en julio del mismo año. Sin embargo, con la cercanía de las elecciones en enero de 2013, el gobierno decidió detener las negociaciones en los “difíciles” capítulos relativos a la pesca, agricultura, derecho de establecimiento y servicios y la libre circulación de capitales.

Islandia ha retirado oficialmente su candidatura a estado miembro de la Unión Europea el 13 de marzo de este año. “Los intereses de Islandia son mejor atendidos fuera de la Unión Europea,” escribió el ministro de Asuntos Exteriores del país, Gunnar Bragi Sveinsson, en su página web.

Muchas razones diferentes pueden aclarar el cese repentino de las conversaciones desde diferentes niveles de análisis. Estos tienes su origen en los problemas técnicos que se derivan de la singularidad de Islandia. La economía islandesa, en un principio agrícola, se basa en la actualidad mayoritariamente en la pesca, y todas las cuestiones relacionadas con la pesca son el principal motivo de contención en la integración a la Unión Europea. La industria pesquera, pilar fundamental de la economía islandesa, se encuentra en un profundo conflicto con la Unión Europea por las tasas pesqueras, especialmente por la caballa.

Se alcanzó un acuerdo sobre las tasas de la caballa entre la Unión Europea, Noruega y las Islas Feroe, pero no con Islandia, en marzo de 2014. Reykjavik lo acusó de ser un acuerdo “hecho a sus espaldas” después de que fracasara en encontrar un área común con los otros países. Aquellos en Islandia que se oponen a la pertenencia a la Unión han argumentado que la Política Agraria y de Pesca Común con la UE supondría la pérdida de control de su industria pesquera, la cual simboliza la independencia económica de Islandia con respecto a sus vecinos escandinavos.

Un país todavía profundamente dividido

Por todos estos motivos, los grupos de interés en los sectores pesquero y agrícola no han cambiado de opinión respecto a la cuestión de la adhesión a la UE, y se oponen rotundamente a ella. Su fuerte vínculo con los actuales partidos gobernantes (Partido Independentista y Progresista, los cuales ganaron las elecciones de mayo de 2013) los sitúa en la mejor posición para influenciar en su política. Desde verano de 2009, un gran número de encuestas de opinión indican que una amplia mayoría de islandeses está en contra de la pertenencia a la UE. Sin embargo, también muestran otra mayoría a favor de que se continúe con el proceso y se realice un referéndum sobre un tratado de adhesión.

Dos nuevos partidos que ganaron escaños en 2013: Futuro Brillante y los Piratas, quieren continuar con el proceso. Todo esto demuestra que todavía hay un electorado abierto a estas cuestiones, de modo que el proceso de adhesión a la UE no está definitivamente zanjado. Ahora depende de los islandeses el elegir si ven su futuro en la Unión Europea o no; lo único que podemos esperar es que tomen una decisión adecuada siendo conscientes de todo lo importane que hay implicado en la cuestión.

Translated from Iceland and the EU: why mackerel matters