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Gramatik: la ciencia de la fiesta

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 A pesar de ser uno de los mejores productores musicales de nuestro tiempo, no todo el mundo sabe quién es Gramatik. Quizá sea porque, desde su infancia en Eslovenia a su exilio en los Estados Unidos, Denis Jašarević ha alcanzado el estrellato siguiendo un camino poco habitual. El éxito del artista está basado en hechos, no en golpes de suerte. 

Siempre es duro llegar al final de una serie. ¿Breaking Bad? Muy fuerte. ¿Dexter? Toda una sorpresa. ¿Perdidos? Un shock. Sin embargo, son los guionistas quienes lo echan todo a perder. "¿Cómo es posible que una gran serie acabe así?". Esta es la filosófica discusión que Gramatik ha empezado a las 2 de la mañana, entre bastidores en el festival de música Papillons de Nuit, en algún lugar de Normandía.

Normalmente, te lleva una o dos horas poder defender tu opinión. A Gramatik tan solo le lleva unos minutos. Nina, su compañera, alza dos dedos indicando el poco tiempo que falta para que empiece el espectáculo. "Es hora de irse", dice tranquila. El artista eslovaco se aproxima al escenario donde hay 25 000 personas esperando por él, ansiosos por bailar. Ni que fuera para tanto. 

Tras una hora de show, Gramatik aún no ha olvidado la conversación. Levanta las manos, apaga el MIDI-pad y camina despreocupado. Como si en la última hora no hubiera pasado nada, comienza a hablar de los “falsos demonios” que dirigen las empresas y que, a su vez, llegan incluso a controlar muchos de los programas más famosos de la televisión.

El propio Gramatik ha estado escribiendo un guion desde que tenía tan solo catorce años. Siempre ha hecho lo que ha querido; desde mezclar distintos géneros musicales, a proyectar fórmulas matemáticas en los escenarios, e incluso ponerse a hablar de Juego de Tronos treinta segundos antes de empezar un concierto. Quince álbumes después, todo parece seguir en su sitio. Una de sus canciones con más ritmo dentro de las series de Street Bangerz, "Muy Tranquilo", tiene unos ocho millones de reproducciones en Youtube, ha ganado dos premios Beatport, e incluso está empezando a conocerse en películas. Sin embargo, a día de hoy, el artista de treinta y dos años está de gira por Europa, dando a conocer sus últimos lanzamientos, que posiblemente estén incluidas en el álbum del año siguiente. Su primer tema es un nuevo single llamado "Recovery", en el cual aparece junto con Eric Krasno, artista americano ganador de un Grammy. Como de costumbre, Denis Jašarević siempre añade un toque personal en las canciones: como por ejemplo que se acaba de recuperar, como bien indica el título de su último single, de una lesión en la pierna que le ha obligado tomarse un descanso en su tour.

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Estando a principios de junio, Denis parece haberse recuperado por completo. Con su cazadora negra, a juego con su gorra y sus gafas de sol, muestra la imagen de una persona fuerte y en forma, preparado para dar un buen espectáculo. Sentado en un restaurante en la Baja Normandía, el artista esloveno explica como es la relación entre su vida y la música: «No soy el tipo de persona que puede separar su manera de ver el mundo de su música. Soy yo quien la crea. Suelo titular mis canciones en función de las cosas que son importantes para mí, aclarando un poco el tema del que hablan».

Después de investigar un poco, podemos ver que es exactamente eso lo que Gramatik hace en su álbum Epigram, que salió a la venta en marzo de 2016. Son esos mismos “falsos demonios” que corrompen la televisión que aquellos que protagonizan "Corporate Demons", una de las canciones de su álbum. «La canción habla de cómo el mundo empresarial está controlado por esos falsos demonios. Tomando una serie de decisiones en su oficina de Wall Street, que destrozan miles de vidas, sin siquiera perder un minuto de sueño. Esa es una característica bastante atribuible a un demonio como para considerarles meros seres humanos».

El mundo de Denis no es de color de rosa, lleno de unicornios y arcoíris. Se niega a vivir en la ignorancia. El suyo es un mundo algo oscuro, pero honesto; algo que queda reflejado en su música y en los títulos de sus canciones. Incluso oculto detrás de sus gafas de sol, no hay nada sombrío en él. Poco a poco nos va desvelando su concepción del mundo: "Muchos de los problemas que hay en el mundo provienen de que nadie tiene ni idea de lo que dice". Es fácil bromear con el artista esloveno. Sin embargo, no es su única faceta. Aún le queda un atisbo de esperanza: "Creo que lo mejor que tenemos para sobrevivir y para llegar a ser una civilización que prospera es la inteligencia emocional… Y basar todo en la lógica y la razón".

Perdiendo los estribos

Al final, la lógica y la razón acaban llevándonos a la ciencia. "Siempre he dicho que de haber sido lo suficientemente listo, me hubiera hecho científico. La música es lo siguiente mejor que podría estar haciendo porque es algo que hago yo mismo", añade con modestia. La física cuántica, la física teórica y la astronomía rezuman en la cuenta de Twitter del artista. Música y ciencia son inseparables. Como un espejismo de Einstein, que de no haber sido reconocido por sus descubrimientos como físico, hubiera acabado siendo un violinista; Gramatik se inspira en ambos. Epigram, su último álbum, tiene un montón de referencias científicas. Un ejemplo de esto lo encontramos en su canción “Room 3372”, en la cual hace referencia a la habitación de Nueva York en la que Nikola Tesla pasó el último año de su vida. También alude al fundador de Bitcoin [nombre de la empresa y de la moneda electrónica que ha creado que sirve para intercambiar bienes y servicios, ndlr], Satoshi Nakamoto, titulando una de las canciones del álbum con su nombre.

Para él, los dos ámbitos están por encima de su función original. La música tiene la capacidad de cambiar vidas "La forma en que la ciencia ha cambiado la vida de la gente, con la creación de las prótesis para todas aquellas personas que han perdido un brazo o se lo han tenido que amputar", nos cuenta. Esa es la razón por la que toda la música de Gramatik se puede descarar gratis online: "El hombre que inventó la cura para la poliomielitis decidió regalarla en vez de patentarla y venderla… Si mi música es capaz de inspirar a un solo científico para que este invente algo que ayude a la humanidad, entonces misión cumplida. Ya puedo sentirme realizado". Es posible que no haya influido en la ciencia todavía, pero está claro que si que ha influido en muchas vidas. Sus fans le estarán eternamente agradecidos por poder descargar sus temas sin tener que pagar por ello, como bien han demostrado. Algunos incluso le han escrito, confesando los beneficios terapéuticos que ha supuesto su música para ellos, y donado dinero para su ‘causa’ tras haber conseguido superar situaciones muy duras y complicadas.

Lo que todos nos preguntamos es: ¿de dónde ha salido este fetiche por la ciencia y la física? Como muchas otras obsesiones, esta se remonta a la infancia de Gramatik. En Portorož, una pequeña ciudad de Eslovenia, en desacuerdo con la religión. Denis proviene de una familia musulmana, a pesar de haber nacido en un país mayormente católico romano. "Todos nuestros abuelos son religiosos, y con cada generación se va diluyendo más y más. Tengo la sensación de que mis padres eran religiosos en gran parte para tranquilizar a sus propios padres, quienes eran los verdaderos devotos. Y los padres de estos aún más, así que…". Él siente la distancia que se ha ido creando cuando habla de su abuela. Ella creía profundamente en el Islam, mientras que el joven Denis no parecía tan convencido. "No hay prueba de ello… No hay que demostrar la existencia de un ser sobrenatural que se supone que está atento a cada paso que damos desde dónde, ¿el cielo? ¿Una nube? ¿Que te quiere pero que necesita dinero?", se ríe perplejo. La ciencia es su religión, y aunque se vea tentado por la idea de la vida y la muerte, Denis prefiere mantener los pies en la tierra.

El sueño esloveno

Suena el timbre y se acaban las clases. Dos chicos de doce y trece años caminan por las calles de Portorož, con las manos en los bolsillos, sin saber que hacer. La pequeña ciudad que limita con Croacia e Italia no parece tener ningún plan emocionante para jóvenes adolescentes. Es antigua y pintoresca. Uno de los chicos le dice al otro: "¿Sabes qué? Mi hermano tiene un software en su ordenador con el que se puede hacer música". Y así de simple, se abre una puerta. Para Gramatik, crear música con el ordenador comenzó solo como un pasatiempo; pero rápidamente pasó a ser su mayor secreto. "Empezamos probando con las primeras versiones del programa Cubase cuando el hermano de mi amigo no estaba en casa. Si llega a enterarse de que estábamos jugueteando con su ordenador no sé que hubiera sido de nosotros", nos confiesa. Al principio, mezclaron los sonidos que más conocían: los del hip hop. Las primeras rimas fueron en esloveno, rapearon con ritmos creados por ellos mismos. Era una fase de aprendizaje; la música producida en forma digital de alta calidad era escasa, y mucho más si era un rap en esloveno.

Denis proviene de una familia trabajadora. Antes de darse cuenta de que quería ser productor, de tener un verdadero trabajo, él había suplicado a sus padres por un ordenador. La idea de ser un artista capaz mantenerse a sí mismo no era más que eso: una idea. "Cuando vienes de un país pequeño, sueles tener pocas oportunidades. Eso, y el no provenir de una familia adinerada que pueda patrocinarte y mantenerte", estas son parte de las dificultades que tuvo que afrontar antes de salir del cascarón y saber por primera vez cómo es el éxito.

Cuanto más consciente era de su pasión por la música, más se daba cuenta de que Eslovenia no era un lugar en que desarrollar esta faceta. En 2011, a sus 27 años, Denis se mudó al lugar en el que se cumplen los sueños: los Estados Unidos de América. Según Denis: "En América hay un sinfín de oportunidades, de ahí que lo llamen el Sueño Americano. ¿Has oído alguna vez a alguien decir que están viviendo el Sueño Europeo? Pues yo tampoco".

Completando el círculo

Sin embargo, Denis no ha perdido el contacto con sus raíces. Cada año, el artista vuelve a su país para dar un concierto. Cuando su música empezó a tener éxito, los eslovenos se sorprendieron de que uno de los suyos hubiera llegado tan lejos en Estados Unidos. Pero Internet no tiene límites, y el hecho de que su música se pudiera descargar de manera gratuita fue un éxito a escala global. "Eso ha inspirado a mucha gente. Hay un montón de productores en Eslovenia que están haciendo muchas cosas geniales, también chicos jóvenes de unos dieciséis o diecisiete años". El artista les tutela y pone en marcha su trabajo con su sello discográfico Lowtemp Music. 

Sin una pizca de arrogancia, Denis explica lo inspirador que es ver como su país prospera, sobre todo tras las Guerra Yugoslavas. "Hubo un tiempo en el que apenas quedaba algo de esperanza en mi región. Era una democracia muy reciente, ya que Eslovenia tiene unos veinte años". Aunque no está totalmente de acuerdo con los cambios políticos de los últimos años, confía en los jóvenes de su país natal. "Hay una serie de altibajos constantes, lo mismo que está ocurriendo ahora en América. Creo que es muy importante inspirar a los jóvenes y hacerles pensar en los límites de su país".

Y de repente el tiempo se para. Nina, agradecida, pone su mano sobre el brazo de Denis para avisarle de que falta una hora para que empiece su espectáculo; pero él está tranquilo: "Solo necesito veinte minutos para prepararme". El camarero comprueba que está todo en orden. Denis, junto con sus anteriores pensamientos sobre la música, su capacidad para cambiar vidas y su gran éxito en casa, añade: "Yo siempre he dicho que de no haber sido por la música, el cine y el arte en general, me acabo pegando un tiro". Al fin y al cabo, son la música y la ciencia las que le mantienen en su sano juicio. Pero ser tan racional no siempre es fácil. "Hay días en los que me encantaría ser un ignorante, porque vivir en la ignorancia es genial. A veces desearía poder ser esa persona… [pero] la ciencia y la música es lo que te alivia. Seguiré haciendo esto durante algún rato más". ¿Durante un rato, o para toda la vida?

"La vida solo dura un rato", concluye Denis.

Story by

Matthieu Amaré

Je viens du sud de la France. J'aime les traditions. Mon père a été traumatisé par Séville 82 contre les Allemands au foot. J'ai du mal avec les Anglais au rugby. J'adore le jambon-beurre. Je n'ai jamais fait Erasmus. Autant vous dire que c'était mal barré. Et pourtant, je suis rédacteur en chef du meilleur magazine sur l'Europe du monde.

Lara Bullens

English editor at Cafébabel and freelance journalist. 🚩Paris, France

Translated from Gramatik: The science of raves