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Foros y KSCM: El comunismo checo, ¿recuerdas?

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Yasmina Guye Sancho

Política

Hace veinte años, los checos hacían lo imposible por derribar al régimen comunista. Hoy en día, el partido comunista checo gana adeptos que afirman que durante el comunismo se vivía mejor. Para otros, son exactamente las mismas personas las que ostentan el poder y las prácticas totalitarias persisten. Para tantear el terreno, analizamos los tres principales sitios webs de noticias checos

Durante los 30 últimos años, el KSCM (Partido Comunista de Bohemia y Moravia ) ha sido el tercer partido más votado de la República Checa. Este éxito se deba al empeoramiento de la situación económica y la creciente desilusión con la democracia. Con una tasa del 6,9%, el desempleo checo es, según Eurostat, uno de los más bajos de Europa. Aún así, esta cifra molesta pues, durante el comunismo, el desempleo era, en teoría, inexistente. A pesar de que desde 1989 los salarios han aumentado considerablemente, los ingresos de por lo menos dos tercios de la población checa siguen estando por debajo de la media. Anjet, participante al foro de discusión del periódico independiente Aktuálně.cz, comenta: “La gente preferiría hacer la cola para conseguir plátanos que quedarse al paro. Preferiría conducir un viejo Škoda que no tener un techo bajo el que dormir”.

Para muchos, el cambio de régimen simplemente ha servido para enriquecer a unos pocos privilegiados. La oligarquía instaurada por las privatizaciones post comunistas se ha transformado en una nueva fuente de terror y humillación. En el foro de discusión del periódico independiente de centro derecha Lidove Noviny, Dino escribe “las tarjetas de identidad rojas de los miembros del KSC han sido reemplazadas por los talonarios de cheques”.

©Wikipedia

En la República Checa, la política democrática también es un motivo de desengaño. Pocos miembros del KSC han sido sancionados a pesar de que este partido comunista prerrevolucionario fuera catalogado de organización criminal por una ley de 1993. Además, muchos de los dirigentes del partido han seguido su carrera política. Krok comenta en el foro de Aktuálně.cz: “en 1991, la comisión que tenía que rehabilitarme ¡estaba formada por las mismas personas que me echaron en 1987!” De hecho, en vez de sancionarlos, los partidos que han gobernado el país desde la caída del antiguo régimen han aceptado a varios renegados del KSC. Así pues, muchos de ellos se afiliaron al partido social demócrata (ČSSD). El Partido democrático ciudadano (ODS) es más bien un partido de derechas y aún así, hasta hace poco, su vicepresidente era el comunista Vlastimil Tlusty. El ČSSD descartó la colaboración con los comunistas a nivel nacional, y aún así, a finales del 2008 antiguos dirigentes del KSC ostentaban un cargo importante a nivel regional gracias a la coalición ČSSD-KSCM.

En el foro de discusión iDnes.cz, del periódico independiente centroderechista Mlada Fronta, Aveva escribe: “A nadie le da vergüenza admitir que han lamido las botas de los comunistas para conseguir una comisión”. “Evidentemente, ignoran que es peligrosos jugar con fuego” afirma Honza49 en iDnes.cz.

©http://www.flickr.com/photos/docman/

Pero, ¿Son estos comunistas distintos de los de antes?

El partido comunista se ha apresurado en garantizar que ha aprendido de los errores de su predecesor, desaparecido en 1989. El líder del KSCM, Vojtech Filip, explicaba en Aktuálně.cz que "el programa del actual partido comunista, el KSCM, es distinto al de la deformación del estalinismo. Además, hemos denunciado esta deformación”. En el diario de izquierdas Právo, Vojtech Filip añadía que su partido no había aceptado a los arribistas que estaban en el partido comunista antes de 1989.

En diciembre de 1989, tras haber transmitido el poder a los antiguos disidentes del gobierno, el KSC pidió perdón por las represalias. Hace poco, se habló de reiterar esas disculpas. Sin embargo, Filip desmintió los rumores explicando que el partido ya había pedido perdón. Para defenderse añadió: “el capitalismo también ha estado marcado por crímenes y fallos en el sistema, nadie se ha disculpado por ello y nunca se ha pedido que alguien se disculpen”.

Para algunos, el KSCM es realmente un partido distinto aunque no se haya reformado y siga respetando los mismos principios que antes del 89. En 2004, la 6° convención del partido concluía diciendo: “Los comunistas no han cambiado su nombre porque consideran que es imposible modificar el fundamento de su identidad”.

La generación poscomunista

Para aquellos que han pasado más de la mitad de su vida bajo el yugo del comunismo, es difícil reconciliarse con este partido. La generación poscomunista, en cambio, no parece darse cuenta del alcance del régimen comunista. En 2007, uno de los principales periódicos checos, el MF Dnes, realizó una encuesta para conocer la opinión y los conocimientos de los jóvenes nacidos después del 89. Esta encuesta demostró que la mayoría de los jóvenes solo conocían el aspecto comercial del régimen, es decir, la falta de bienes, las colas delante de las tiendas y los precios bajos. El sociólogo Jan Hartle comentó en el MF Dnes: “No parece que los jóvenes hayan entendido realmente cómo el comunismo se infiltró en todos y cada uno de los aspectos de la vida humana hasta conseguir oprimir completamente la existencia del ser humano”.

Hoy en día, se considera que los culpables de esta falta de información son los padres y la obsoleta forma de enseñar la historia en las escuelas. “Muchos padres no quieren hablar del pasado porque deberían justificar su propio comportamiento”, comentó el historiado Petr Blazer en el periódico.

Con el paso del tiempo, es más fácil idealizar el pasado comunista del país. Los jóvenes que no lo han vivido lo asocian con el movimiento antiglobalización y con el antiamericanismo. No obstante, el comunismo marxista no es forzosamente idéntico al proclamado por los regímenes totalitarios que gobernaron Europa del este. Además, la Historia ha demostrado que el comunismo no tiene por que representar simbolizar la justicia social.

Translated from Czech internet forums, KSCM: disillusionment and nostalgia for communist past