Fachas de vacaciones
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Alberto Haj-SalehLos fachas se van de vacaciones: panorama de los lugares más turísticos para los nostálgicos de la extrema derecha europea. De Mussolini a Salazar, de Hitler a Franco. Cuando el fascismo es un negocio
El día después de la propuesta del alcalde de Roma, Gianni Alemanno (Alianza Nacional, coalición de derechas), de dedicar una calle a Giorgio Almirante -firmante del Manifiesto de la Raza, veterano de la República Social Italiana y fundador del partido de extrema derecha Movimiento Social Italiano- la revista alemana Frankfurter Allgemeine Zeitung escribía: "un mausoleo dedicado a Hitler en Braunau (la austriaca ciudad natal de Hitler) es impensable, mientras que la tumba de Mussolini en Predappio es un lugar sagrado para los fascistas".
Peregrinación a Predappio
Predappio es el destino principal de la peregrinación ‘negra’ (color asociado al fascismo en Italia): un turismo "de usar y tirar" que no aporta muchos beneficios económicos al pueblecito de montaña en sí, sino más bien a los empresarios del sector: una visita a la cripta del Duce en el cementerio municipal, una parada en las tiendas de suvenires cuyos grandes escaparates se exponen en la avenida Mateotti (político socialdemócrata asesinado por un grupo fascista) y Roma (que en este caso no puede evitar recordar a la marcha que marcó el ascenso al poder de Mussolini), y después directos a la playa o a las montañas de alrededor cargados de aparatitos conmemorativos del Ventennio (periodo de 22 años durante el que gobernó en Italia Benito Mussolini).
Bustos y estatuillas del Duce desde solo 25 euros, banderas para todos los gustos: desde la clásica tricolor con las fasces de lictor (símbolo fascista) a los estandartes bordados con la doble S de la policía hitleriana, pasando por esvásticas y cruces celtas. No falta el emblema de la X-Mas (un cráneo con una rosa en la boca), el pequeño ejército de Junio Valerio Borghese --activo de 1943 a 1945 al lado de los nazis-, el mismo que en 1970 intentó un golpe de estado con la intención de instaurar un régimen militar en Italia. Para los que están sin blanca también hay pequeños objetos a cinco euros (como las billeteras del Duce), para los más duros las porras sobre las que está impresa la cara de Mussolini o bien otras que son negras y telescópicas, para los más caprichosos la boina colonialista, para los más prosaicos el calendario, las sudaderas y el vino Sangiovese del Duce.
La cabeza de Salazar
Este negocio no se le escapa ni mucho menos al alcalde de Santa Comba Dão, a quien le gustaría restituir cara al mundo la estatua de Salazar -destruida durante la Revolución de los Claveles- de la que solo permanece la cabeza, guardada en el Ayuntamiento. En opinión del alcalde, el dictador -elegido el más grande entre los portugueses por el programa de televisión Os Grandes Portugueses- se merece también un museo y tiendas de recuerdos para poder vender camisetas y estatuillas que reproduzcan al precursor del Estado Novo.
De todos modos, por el momento, a pesar de las manifestaciones por parte de la asociación nacionalista TIR (Terra Identidade Resistência) y las polémicas políticas entre la izquierda y el sector moderado-conservador sobre la oportunidad de construir este museo; la única señal de Salazar se limita a una pequeña placa en los muros de su casa natal -un edificio vacío y en peligro de derrumbamiento en la aldea de Vimieiro- que recuerda al "hombre cortés que ha gobernado y nunca ha robado".
Franco y la renconciliación nacional
Mucho más espabilado que Salazar estuvo el Generalísimo Francisco Franco, que proyectó su propio mausoleo. El Valle de los Caídos es un complejo grandioso que contiene una enorme basílica subterránea sobre la que se cierne una cruz de piedra de más de 150 metros y una abadía benedictina. En la idea original del Caudillo, debería haber conmemorado a los caídos de ambos bandos de la Guerra Civil Española bajo la perspectiva de una supuesta reconciliación nacional. Sin embargo, hay más de una característica controvertida en este lugar: para su construcción se emplearon prisioneros políticos republicanos, el primero en ser sepultado aquí y recordado por orden del propio Franco fue el fundador de la Falange Española, José Antonio Primo de Rivera. Y finalmente es aquí donde el 20 de noviembre de cada año -fecha de la muerte oficial de ambos exponentes fascistas- se reúnen alrededor millar de nostálgicos franquistas y falangistas para recordar a sus propios héroes. Un proyecto de ley del Parlamento español busca despolitizar el lugar devolviéndole su función religiosa.
Hitler ha sido decapitado
Cada país europeo muestra una actitud compleja y contradictoria hacia su propio pasado oscuro: pocas huellas quedan de los gobiernos colaboracionistas, como la casa de Vidkun Quisling en Oslo, el político noruego a la cabeza del gobierno marioneta mantenido por los nazis, transformada en centro de estudios sobre el holocausto. En varios países hubo una gran preocupación por evitar la constitución de lugares de recuerdo útiles para los neofascistas y neonazis, así que los restos de los dictadores y líderes nacionalistas fueron enterrados en el anonimato: así ocurrió con Monseñor Josef Tiso (el que hizo que Eslovaquia fuese aliada del Eje), con el fundador de la Guardia de Hierro rumana, Corneliu Zelea Codreanu y con muchos jefes alemanes.
En concreto, en Alemania se ha intentado borrar cualquier rastro de nazismo. A pesar de ello el célebre Nido del águila, el chalet-fortaleza adyacente al búnker en el que se retiraba Hitler en compañía de Eva Braun y de los jefes del partido, ahora es un restaurante y una atracción turística, y no solo por las vistas. El Tercer Reich todavía permanece como un periodo controvertido. ¿El ejemplo más reciente? El intento de la sede en Berlín del museo de cera de Madame Tussauds de exponer una reproducción del Führer que ha costado doscientos mil euros. A Andreas L. le bastaron unos diez minutos desde que se abrió el museo para decapitar la estatua, llevando a cabo "el primer atentado exitoso contra Hitler".
Translated from Fascisti in vacanza