Europa, toda una historia
Published on
Translation by:
Arturo Castillo MartínNo se trata de percibir Europa por las instituciones que la rigen, sino de comprenderla a través de las historias individuales de los ciudadanos que la componen, ese es el tema del libro de Philippe Perchoc, profesor de la UCL. Correspondances européennes comparte las historias que se contaron en 9 países de Europa y que el autor ha recorrido. El 16 de octubre se presentó su obra en el IHCS.
En la presentación de su último libro, Correspondances européennes, Philippe Perchoc coincidía con el postulado de su libro: Europa se narra principalmente a través de las historias de los ciudadanos europeos. Durante la hora y media que ocupó su intervención no solo abundaron las anécdotas y otros relatos sobre la experiencia personal del autor, sino también las de aquellas personas que conoció en el transcurso de sus viajes.
El autor evocó el gran drama de la Europa actual: necesita una historia movilizadora que cuente lo que puede hacer por nosotros. En los años sesenta, era una garantía de paz. En los años ochenta, prometía la prosperidad para todos. Pero hoy, y principalmente desde el inicio de la crisis, ¿qué puede aportar Europa a sus ciudadanos?, ¿qué nos une a Europa? Ya no hay un futuro asegurado ni una historia colectiva que contar.
Sin embargo, como explica Philippe Perchoc, “para vivir juntos necesitamos símbolos colectivos”. Toma como ejemplo el euro: ni los billetes ni las monedas tienen símbolos movilizadores. “Quizá deberían aparecer en las monedas Mozart, Beethoven, personalidades que forman parte del patrimonio cultural de todos los europeos”. ¿Hemos olvidado la importancia de la cultura común en Europa? Parece que el término evoca a los ciudadanos únicamente las instituciones, los edificios y funcionarios, pero en ningún caso una historia colectiva compuesta por millones de historias individuales.
“Son los cineastas, los escritores quienes forjan el imaginario colectivo”
Según Philippe Perchoc, una Europa unida depende en menor medida de los funcionarios que de los narradores modernos. Los cineastas y escritores cuentan las historias que Europa tanto necesita y a través de las que los ciudadanos podrán posicionarse. Unas historias individuales que permiten al lector apreciar las diferentes facetas de Europa y crear, juntos, el gran relato europeo.
Todas las historias que cuenta Philippe Perchoc en su libro contienen gran cantidad de elementos que invitan a la reflexión. Una vez que se transmiten por los medios de comunicación, estas narraciones son también una manera de personificar las realidades que mucha gente ha vivido, de ponerle cara a un problema del que no se ha tenido por qué haber oído hablar, pero que existe.
Philippe Perchoc pone como ejemplo a Maurice, un joven alemán que murió de agotamiento cuando trabajaba en periodo de prueba para una empresa que le había prometido un contrato. El caso de este hombre y la situación extrema en la que se encontraba, son sintomáticos de una realidad que está presente en muchos países europeos: los jóvenes, hoy, no encuentran su lugar en la sociedad. Y, sin embargo, nadie cuenta sus historias.
Este es el principio que quiere respetar Correspondances européennes: contar los grandes temas europeos a través de historias individuales más concretas, más cercanas a los ciudadanos.
Translated from L’Europe, toute une histoire