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En Polonia, poco debate europeo y menos electores

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Translation by:

Pedro Picón

Política

Europa está ausente de la campaña electoral en Polonia. Este fenómeno no es, evidentemente, único en este país y puede verse en toda Europa. Lo que sin embargo es bastante particular, es la ausencia de todo debate entre los principales partidos políticos, incluso sobre cuestiones nacionales.

La plataforma cívica (PO), el partido en el poder, y Derecho y Justicia (PiS), en la oposición, dan la impresión de concentrarse solo en los personajes que pueden atraer el mayor número de votos

 Algo interesante, es que la extrema derecha polaca es la que hace la campaña más europea. No solo porque se ha unido al movimiento paneuropeo Libertas, fundado por el irlandés Declan Ganley, sino que además se concentra igualmente en el Tratado de Lisboa (o más bien en su rechazo). Sin la posibilidad de renovar el éxito que recogió con el ‘no’ irlandés al Tratado de Lisboa, Ganley podría tener más éxito en Polonia que en no importa qué otro Estado miembro de la UE. Esta ‘europeización’ de las fuerzas euroescépticas polacas se explica en primer término por la ausencia de estructuras nacionales (monopolizadas esencialmente por el PiS), además de por una falta de medio económicos, debido a los resultados negativos obtenidos en las precedentes elecciones nacionales. Como en 2004, las elecciones europeas sirven de trampolín a la extrema derecha polaca para volver a la vida política. 

Es una mala noticia para el PiS. Su jefe, Jaroslaw Kaczynski, esperaba reunir los electores conservadores y euroescépticos para oponerse al PO liberal (¿libertino?), en su mayoría, euro-entusiasta (¿irreal? ¿infantil?). Con el movimiento Libertas, apoyado por Ganley, la peor pesadilla de Kaczynski se hace realidad: ahora tiene competencia en la derecha extrema. El debilitamiento del PiS es una buena noticia para el PO, que espera obtener entre el 40 y el 50% de los votos. La delegación polaca tendrá por tanto una oportunidad de oro para tomar fuerza dentro del PPE-DE, que deberá muy probablemente seguir manteniéndose como el mayor grupo en el próximo Parlamento Europeo (PE). Si el centro derecha de Polonia consolida su representación, podría tener una influencia considerable en este grupo, actor principal del PE.

Sea como sea, más que el reparto de los votos, lo que parece ser más problemático es el número de electores que participarán en las elecciones el próximo domingo. En 2004, el porcentaje de participación en Polonia fue del 20,8%, lo que dejó al país en la penúltima posición de la UE de los 25. Según los sondeos realizados los pasados marzo y abril, alrededor del 30% de los polacos declaran querer votar. En 2004, una semana antes de las elecciones, eran del 45%. Si la misma tendencia se confirma, menos del 15% de electores polacos votarán en las elecciones europeas este año.

Sin embargo, todo esto no impide que en todos los sondeos de opinión los polacos se encuentren entre los más arduos defensores de la integración europea en la Unión de los 27. ¿Cómo explicar este misterio? Como de costumbre, el reto no es Europa, sino la política interna. Los polacos son perfectamente conscientes de que sus políticos juegan a dos bandas y rechazan tomar parte. ¿Quizá le dan demasiada importancia a la UE para enviar a su parlamento a políticos incompetentes, en los que no confían? La buena noticia es que los que votarán son fervientes defensores de la integración europea: el 50% de los euroentusiastas están seguros de participar en las Europeas, contra el 25% de los euroescépticos. 

(Image: ©l'Europe en Débat)La publicación de este artículo es fruto de una colaboración entre Eudebate2009.eu y el blog ARTE - L'Europe en débat – editado por alumnos delCollège d'Europeen Brujas.

Translated from The Europe-shaped hole in the Polish campaign for June elections