En España, las fallas retratan la corrupción y el franquismo
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Belén Burgos HernándezValencia está de fiestas. Los turistas europeos que vengan podrán admirar las famosas fallas. Este año, más satíricas que nunca, se hacen eco de un movimiento de indignados que cada vez se deja notar más en esta fiesta popular.
Del 15 al 19 de marzo la Comunidad Valenciana celebra las Fallas, esas esculturas que satirizan el sistema político, económico y social respectivamente corrompido, gangrenado y anticuado. El objetivo es sencillo: exponer en el día de San Juan (patrón de los carpinteros) los males de esa sociedad traicionada, desengañada y enferma en las cuatro esquinas de la ciudad, y quemarlos la noche del 19 de marzo, noche de la Cremà ("quema" en valenciano), con la inocente esperanza de ver cómo las llamas se llevan con ellas esas desgracias.
La figura estrella de este año 2014 es, sin lugar a dudas, el yerno del rey Juan Carlos: el "señor" Iñaki Urdangarin, duque de Palma y esposo de la infanta Cristina. Este personaje está en boca de todo el mundo desde su imputación el 21 de diciembre de 2012 por corrupción, malversación de fondos públicos, fraude fiscal, falsificación y uso de documentos falsos (¡Olé!). Caracterizado por diferentes artistas-escultores como un preso, también se le puede ver en las proximidades de un "trono" que, por desgracia para él, no es el trono real, y dedicándose a su actividad preferida en estos últimos años... Hay que decir que el señor Urdangarin lo hizo burdamente y ahora es presunto culpable de haber malversado 6.1 millones de euros con la ayuda de su socio y cómplice Diego Torres, quien ha confesado y ha reconocido la participación de la infanta Cristina en este desvío de dinero. El caso de corrupción denominado Noos (por el nombre del Instituto de Eventos Deportivos Noos, dirigido por Urdangarin y Torres) utiliza como tapadera la organización de eventos deportivos para colectividades públicas (en Valencia y en Baleares), desde donde una parte del dinero público destinado a la organización de dichos eventos se desvió a la cuenta de una sociedad (la sociedad Aizoon) propiedad de su alteza la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin.
Aunque durante mucho tiempo este caso apareció en primera página de los diarios franceses y navarros y acabó por dar asco a un pueblo español indignado, esto no debe ocultar la magnitud de lo que ha llegado a ser el deporte nacional. De hecho, este caso es uno más de una larga lista de casos de corrupción que han salido a la luz estos últimos meses en la península ibérica. Cabe preguntarse si las 762 fallas de este año serán suficientes para albergar los casos Malaya, Brugal, Palma Arena, Totana, Dívar, Gürtel y el otro gran caso, el caso Bárcenas. Nadie se libra: políticos, familia real, el juez del Tribunal Supremo, empresarios dedicados a la construcción de obras públicas... Para los indignados y artistas falleros la respuesta a esta pregunta es clara: "No hay pan para tanto chorizo".
Nuestros amigos falleros se preguntan sobre las diligencias judiciales de estos casos, representándolo mediante la figura sesgada de Temis [diosa griega de la justicia] llevando lingotes de oro en un platillo de su balanza y fajos de billetes verdes (de 500 euros) en el otro. Caracterizada por ser lenta e ir con retraso, la justicia abandona a los ciudadanos españoles, eclipsa y entierra las animosidades del pueblo hacia estos "chorizos".
No obstante, ¿pueden olvidar los españoles que Luis Bárcenas (otro personaje miserable representado en las fallas), extesorero del Partido Popular, partido que gobierna, imputado el 27 de junio de 2013 por fraude fiscal, corrupción y blanqueo de dinero, poseedor todavía hoy de 48 millones de euros en cuentas en Suiza, admitió el 15 de julio de 2013 haber llevado un registro de contabilidad B en el seno del PP en la que aparecen pagos de complementos salariales en efectivo acordados con altos dirigentes del PP durante casi veinte años? Este turbio caso revela la culpabilidad de Mariano Rajoy, quien habría percibido 25 200 euros anuales entre 1997 y 2008, es decir, 302 400 € aproximadamente según el periódico El Mundo. Estos complementos salariales provienen, tal y como sostiene el periódico, de las comisiones de empresarios a cambio de la adjudicación de contratos públicos.
¿Olvidarán también que Francisco Correa (íntimo amigo del antiguo presidente del gobierno José María Aznar) ha dirigido una verdadera red de corrupción en el caso llamado "Gurtel"? El dispositivo criminal era un verdadero juego de niños: durante años, empresarios vinculados en su mayoría al sector de la construcción de obras públicas y a empresas de seguridad ingresaron cantidades de dinero a políticos locales a cambio de la adjudicación de contratos públicos, principalmente en municipios gobernados por el PP (Madrid, Valencia y Castilla y León). Pero este caso va más lejos. Estaba siendo instruido por el juez Baltasar Garzón, el hombre que persiguió al general Pinochet por genocidio, luchó contra el terrorismo vasco, acabó con diferentes redes de corrupción, aniquiló a los grupos antiterroristas ilegales al servicio del gobierno... La lista es larga. Una vez más, este eminente magistrado se atrevía con políticos ávidos de dinero fácil, pero esta vez era demasiado. De hecho, Garzón fue recusado del caso Gürtel por la jerarquía judicial y después fue inculpado y condenado a una pena de once años de inhabilitación profesional más la expulsión de la carrera judicial. El escultor de la falla "justicia española amordazada" se pregunta por qué este hombre fue condenado en lugar de los "chorizos" que tienen responsabilidades políticas en España y cuál es el delito de Garzón. La respuesta es haber autorizado escuchas telefónicas entre los imputados por corrupción y sus abogados "que violan el derecho de la defensa a un juicio público con todas sus garantías" (delito de prevaricación, recogido en el artículo 446-3º del Código Penal español). En definitiva, el exjuez cometió el delito de querer reunir pruebas demasiado rápido y, hoy en España, tener pruebas contra la corrupción cuando se es juez es un delito imperdonable que equivale a hacer pedazos una carrera ejemplar.
No olvidemos tampoco que el juicio de Garzón se inscribe en un contexto de vuelta al poder de dirigentes políticos conservadores, incluso simpatizantes del franquismo. Garzón se opuso durante mucho tiempo a la Ley de Amnistía de 1977, ley que protege los crímenes del franquismo. En relación con esto, en 2008 abrió una investigación sobre las desapariciones acaecidas durante la Guerra Civil y durante el régimen franquista. Sin embargo, su expulsión de la carrera judicial fue ratificada por los miembros del Consejo General del Poder Judicial el 23 de febrero de 2012 con veinte votos a favor y uno en contra. Recordemos que esta venerable institución estaba presidida en esa fecha por el juez Dívar, nombrado juez bajo la dictadura de Franco y que después tuvo que dimitir de su cargo en junio de 2012 tras las revelaciones de la prensa acerca de presuntos actos de malversación de dinero público. ¿Cómo tener confianza en un sistema alterado por la descomposición de cada una de sus instituciones? En este país donde la corrupción está en todas partes, lo que está en peligro no es otra cosa que las sentencias judiciales.
Vayamos a Valencia, donde nuestros "falleros" se permiten irónicamente soñar con la vuelta del más allá de un Franco salvador para denunciar las derivas arbitrarias de ese estado necrosado. Por desgracia para ellos, el 19 de marzo los pequeños y grandes ninots, esos personajes y caricaturas que adornan sus fallas, irán todos a la hoguera para que la llama bendita y purificadora pueda lavar por fin todos los males de ese sistema político mortífero.
Translated from En Espagne,"las Fallas" sur fond de corruption et de franquisme