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El proteccionsimo arrasa en Europa

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La ola de OPA en Europa ha desencadenado otra ola aún más preocupante. Tras muchos esfuerzos para eliminar las fronteras económicas, resurge el proteccionismo.

Francia: ¿en defensa del interés nacional?

La Historia de Francia está marcada por el proteccionismo y una economía regulada por el gobierno. Recientemente, para evitar una OPA hostil sobre Suez, el gobierno preparó una serie de medidas retributivas que propiciaron discretamente la fusión de Suez con la empresa estatal Gaz de France. Este movimiento creó todo un “monstruo nacional”, fuera del alcance de manos extranjeras.

“El deseo del gobierno es claro: defender los intereses nacionales”, declaró a la prensa el primer ministro, Dominique de Villepin. Sin embargo, no es la primera vez. Cuando la americana PepsiCo mostró un interés en Danone, el gobierno evitó un posible acuerdo. El año pasado, confeccionó una lista con once “sectores estratégicos” que, según se especifica, merecen protección por el bien de la seguridad nacional.

Los inversores extranjeros interesados en las compañías que no se consideran meritorias de la protección del gobierno pueden operar sin ningún impedimento. Una encuesta reciente llevada a cabo por el Insee, Instituto de estadística, muestra que su concentración en Francia es bastante alta. Sin embargo, la postura crítica francesa frente al capitalismo de libre mercado sin restricciones parece indicar que su gobierno seguirá adoptando medidas protectoras en el futuro.

España: a la espera

Al igual que Francia, España presenta una tendencia al proteccionismo y ya en el pasado intentó crear “monstruos nacionales”. La razón es simple: son muy pocas las grandes empresas con sede en el país y el gobierno se muestra deseoso de que éstas permanezcan en manos españolas.

Es por ello que al gobierno español no le agradan las intenciones de E.ON, un gigante de la energía alemán, de absorber a su rival española, Endesa. Para impedir un acuerdo, el gobierno ya ha fomentado el poder del organismo nacional de control de la energía. Sin embargo, aún es posible que la UE pare esta medida, que ha resultado muy polémica.

De forma tácita, el gobierno español espera que otro grupo energético nacional, Gas Natural consiga absorber a Endesa. La oferta de 22.400 millones de euros lanzada por Gas Natural en Septiembre de 2005 crearía un “campeón nacional” lo suficientemente grande para impedir cualquier oferta extranjera.

Sea cual sea el resultado de esta crisis particular, el gobierno español no parece dispuesto a cambiar su postura en lo relativo a la intervención proteccionista del Estado.

Italia: fronteras abiertas

Italia se jacta de tener la legislación sobre absorciones más permisiva de Europa. De hecho, cuando Francia anunció medidas retributivas contra la OPA de Enel, la empresa pública italiana, sobre la francesa Suez, hubo un amplio consenso para encontrar una respuesta no proteccionista, no adoptándose, pues, ninguna medida proteccionista como resultado.

Sin embargo, ciertas opiniones están cambiando. Según la FT Deutschland, Giulio Tremonti, el ministro de economía, ha considerado la implantación de determinadas “medidas restrictivas” para proteger mejor a las empresas italianas en el futuro.

Alemania: paciente espera

Alemania, precursor más que víctima de la actual ola de absorciones, se ha mantenido relativamente tranquila en cuanto al proteccionismo. Los inversores extranjeros encuentran por lo general pocos obstáculos aquí. Hace cinco años, la británica Vodafone absorbió a Mannesmann, la compañía de telefonía móvil.

Hay ciertas reglas: la muy polémica “ley VW” asegura que el Estado alemán de Niedersachsen conserve su participación en la automovilística Volkswagen. Otras leyes impiden que compañías privadas absorban los bancos alemanes Sparkassen y el sector militar está sujeto a una cautelosa vigilancia por parte del gobierno.

Alemania tiende a adoptar una postura intermedia entre la británica y la francesa.

Reino Unido: muy liberal y cada vez más preocupado

El Reino Unido, el país europeo más liberal econonómicamente, se encuentra en una posición delicada: al tiempo que los Estados miembro de la UE están levantando sus barreras, cada vez más empresas británicas están siendo compradas por rivales extranjeros, gracias a la economía británica, muy abierta y poco regulada.

La compañía alemana de gas Linde posee ahora a su rival BOC y la española Ferrovial trata de absorber a BAA, la empresa que gestiona la mayoría de los aeropuertos británicos.

Resulta interesante que hasta ahora esto no haya suscitado un malestar nacional. Sin embargo, a medida que se prolonga la situación, las voces críticas empiezan a hacerse cada vez más fuertes. El Reino Unido ha solicitado a la Unión Europea la creación de un “terreno de juego” común para una regulación vigente en todos los Estados miembro.

Europa: ¿juego limpio?

Ésta es la pregunta que más se repite actualmente en Europa: ¿es justo que los países protejan sus empresas nacionales en casa, a la vez que ven con buenos ojos que sigan comprando en el extranjero?

Puede resultar comprensible que los Estados miembro quieran cuidar de sus compañías nacionales, pero surge la lógica preocupación de que si en pos del interés nacional propio continúan jugando al juego económico europeo rigiéndose por sus propias leyes, quizá perjudiquen uno de los principios básicos de la integración económica europea y terminen perjudicándose a sí mismos.

Colaboró Tiziana Sforza desde Italia

Fotos: Francia: (Tremblett); España: (Gas Natural); Italia (Enel. Antonia Mulas); Alemania (Adrian Kluthe); Reino Unido (Steve Greenberg); Europa (Szymon Slomczynski

Translated from Protectionism rolls through Europe