El brexit desde la óptica de la ciudad más euroescéptica de Gran Bretaña
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Carolina BRUSÉS CANNONEn Romford, un suburbio al este de Londres, la administración local se ha convertido en la primera en declararse a favor de que el Reino Unido deje de formar parte de la Unión Europea. Asimismo, la brecha generacional sigue siendo muy marcada en cuanto a un posible brexit. Este texto aborda la perspectiva local de la ciudad «más euroescéptica» del país.
Romford es un suburbio al este de Londres sin mucho atractivo más que su «alocada vida nocturna de los sábados» y el marcado acento de sus habitantes. No obstante, es un lugar con una historia muy rica: el origen de su mercado, autorizado por Enrique III, se remonta a la década de 1240, época en la que las ovejas constituían la mercadería que se comercializaba. A medida que Londres fue expandiéndose, la región se vio inevitablemente transformada; sin embargo, ha sido la expansión de la UE lo que, desde el año 2004, ha ido modificado a este lugar.
En la actualidad, el parque local recibe a más personas que antes lo hace en distintos idiomas europeos. Los pasillos de los supermercados ahora ofrecen productos lácteos polacos y variedades de pan que antes, a principios del 2000, no se conocían en el lugar. El mercado actual de Romford ofrece más comestibles exóticos que en ninguna otra época.
El parlamentario de Romford, Andrew Rosindell, aclara «no estar en contra de que personas de otros países vengan a vivir al Reino Unido». No obstante, el electorado es bastante conservador —en 2010 ese partido ganó con una mayoría por encima del 35 %. Sin embargo, curiosamente en la última elección, los conservadores (tories) perdieron un 10 % de los votos, lo cual benefició al euroescéptico UKIP (Partido de la Independencia del Reino Unido).
El 29 de enero, el ayuntamiento de Romford votó respaldar la campaña a favor de que el Reino Unido deje de formar parte de la UE. Como primera autoridad británica local en hacer eso, el mensaje que transmitió es por demás claro. Rosindell respalda firmemente campaña Vote Leave (vote por salir). Cuando se lo entrevistó, declaró que «el problema con la UE en este momento es que uno no puede rechazar a nadie que forme parte de ella». A pesar de profesar que cree que «la idea de una cooperación europea es muy buena», piensa que solo debería hacerse «sobre una base bilateral».
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¿La gente de Romford piensa lo mismo sobre el brexit? Para saberlo, encuestamos a menores de treinta años en el centro de la ciudad, una actividad interesante que arrojó resultados igualmente interesantes: la mayoría de los encuestados tenían acentos extranjeros y aquellos que contaban con un poco de tiempo expresaron su apoyo al statu quo.
John (22) vino de un país fuera de la UE en calidad de estudiante. Cuenta con muchos amigos europeos y expresó que probablemente votaría en contra del brexit aunque todavía no sabe si lo hará.
Sigalli (18), estudiante de economía, se encuentra más informada sobre el tema. Cita al déficit de la balanza de pagos y de cuenta corriente del Reino Unido como dato útil para decidir qué es mejor: quedarse o salirse. Para Sigalli: «desde un punto de vista económico, permanecer dentro de la UE es más beneficioso que salirse».
Pero no todo el mundo piensa únicamente en razones económicas. Gurjeet (33), de ascendencia india, comenta su experiencia con los requisitos de su visa india. Al comparar, ella no cree que los ciudadanos del Reino Unido tengan problemas para viajar al resto de Europa con o sin el brexit. Según Gurjeet: «la mayoría de la gente sale una o dos veces al año para las vacaciones de verano o para Navidad» así que «a menos que sea una cuestión de negocios, no va a afectar a la persona promedio».
Tanto Nicole (24), socioterapeuta, como Mary (25), oficial responsable de proyectos, creen que el Reino Unido «seguiría teniendo problemas de inmigración» y «percibiría menos beneficios» si se saliera de la UE y que el comercio se vería afectado por el impacto sobre los productos importados.
Según los resultados de nuestra encuesta la brecha generacional divide las opiniones, incluso en un lugar conservativo como es Romford —esto ocurre a nivel nacional. En febrero, un sondeo de la empresa YouGov arrojó que el 75 % de los menores de 25 años votaría a favor de seguir formando parte de la UE, mientras que cerca del 70 % de los mayores de 65 votaría en contra. Debido a las diferencias en la concurrencia electoral, votarán tres pensionados por cada dos personas menores de 25 años. Al parecer, la «EasyJet generation» del Reino Unido deberá persuadir bastante, sobre todo en Romford.
Resumiendo: los cuatro temas principales que les preocupan a los probrexit
Inmigración: 500 millones de europeos podrían tener automáticamente derecho a venir y reclamar beneficios en Gran Bretaña —razón intencionalmente provocativa que insinúa que los europeos son haraganes, que reciben poca ayuda estatal y que todos quieren vivir aquí. Los eurófilos consideran bastante vergonzoso que los ciudadanos británicos hagan semejantes aseveraciones.
Seguridad: la libertad de circulación podría obrar en detrimento de la seguridad. Lamentablemente, los recientes actos terroristas han reforzado este pensamiento, pero lo que no se toma en cuenta es la posibilidad de que existan células terroristas en el Reino Unido o que se acceda vía internet a sitios web de radicalización. De hecho, la implementación de la Orden de Detención Europea sugiere que la UE ha mejorado su seguridad.
Comercio: los probrexit creen que las instituciones de la UE son indiferentes, con una burocracia que asfixiante los negocios y, por ende, consideran que los acuerdos comerciales bilaterales fuera de la UE tienen mucho potencial. Sin embargo, acuerdos comerciales anteriores han tomado años para negociarse. El impacto de una salida crearía la incertidumbre de que no se podría compensar el comercio con las economías emergentes—dado que China, India y Brasil juntas apenas reciben un 5 % de las importaciones británicas, mientras que la UE recibe el 44,6 %.
Legislación: la soberanía de los tribunales del Reino Unido. En la actualidad, el Tribunal Europeo de Justicia tiene la palabra final sobre el Derecho de la Unión Europea. Sin embargo, inspira poca confianza el hecho de que el Derecho de la UE sustituya al nacional, en especial si se tiene en cuenta algunas de sus controversiales resoluciones pasadas.
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This article was published by a cafébabel writer based in London.
Translated from Brexit: The view from Britain’s most Eurosceptic town