D.E.P.: La solidaridad europea frente a la primavera árabe
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Yasmina Guye SanchoEl 20 de junio se celebró el Día Mundial de los Refugiados, una fecha idónea para comprobar el estado de salud de la solidaridad europea. Los movimientos revolucionarios ocurridos los útimos meses en los países árabes han provocado la huida precipitada de miles de personas.
Un ejemplo lo constituyen los migrantes tunecinos que, llegados recientemente sobre suelo europeo, han desencadenado reacciones hostiles, sobre todo en Francia e Italia. Cafébabel.com nos destapa en cuatro etapas los entresijos del rechazo europeo a estos individuos adulados hasta hace poco por su actitud revolucionaria.
En enero, Europa apoyaba unánimemente la revolución tunecina, la llamada “revolución de los jazmines”; desde entonces, unos veinte mil migrantes han salido de su país para alcanzar la cercana isla de Lampedusa, Italia, en busca de un futuro mejor y a la espera de que la transición democrática instaure una mayor estabilidad política y económica en el país. Son jóvenes en su mayoría, hay sobre todo hombres, pero también hay algunas mujeres. Entraron en el territorio europeo sin visado, pero la mayoría no puede ni quiere solicitar el derecho de asilo. Quieren encontrar un trabajo en Francia, pues la mayoría habla francés. Sin embargo, para su gran sorpresa, se ven envueltos en una serie de persecuciones hostiles en las que cada país intenta proteger sus intereses nacionales (e incluso sus intereses electorales) y ello en detrimento de la política de inmigración europea vigente.
1) No habrá protección temporal para los migrantes económicos
Muchos son los que zarpan del puerto de Zarzis, a unos kilómetros al sur de Djerba, para atracar en la isla italiana tras una larga y peligrosa travesía. En tierra, Italia intenta organizar este flujo migratorio mientras evoca la solidaridad y sobre todo la responsabilidad común de los países de la Unión Europea. De hecho, el Gobierno italiano requiere la aplicación de la directiva 55 de 2011 relativa a la afluencia masiva de migrantes y que prevé un régimen de protección temporal distribuido entre los Estados miembros. El 12 de abril, el Consejo europeode ministros del Interior rechazó dicha aplicación, pues no se trata de una población que huye un conflicto sino que son "migrantes económicos". Como respuesta a esta decisión Italia ha expedido a estos millares de migrantes permisos de estancia válidos 6 meses en todo el Espacio Schengen, pero que no ofrecen la posibilidad de trabajar.
2) En Francia, la acogida se transforma en detención preventiva
Ante esta maniobra del gobierno italiano, las reacciones hostiles de los países fronterizos no se han hecho esperar. Así pues, Francia se vale de la convención de Schengen, que obliga a los extranjeros a demostrar la posesión de un pasaporte y unos ingresos diarios de 62€ si se trata de una persona sóla y de 31€ si la persona será alojada. Asimismo, ha aumentado los controles policiales, en particular en la zona fronteriza, pero también en París, donde varias decenas de migrantes ya han sido puestos en detención preventiva”. “Una vez finalizado el reparto de comida de la Cruz Roja, les dieron les Obligations de Quitter le Territoire Français (Obligación de salir del territorio francés) y vendrán a buscarles dentro de una semana. Están haciendo como en Calais. Si los migrantes acatan, no hay altercados; pero esta vez han cometido un error al reunirse y están tan indignados que van a seguir reuniéndose” nos precisa Rodolphe, miembro de la asociación Sôs Sans Papiers. Las asociaciones de defensa de los Derechos Humanos destacan esta hipocresía pues “aunque se aplica al pie de la letra, no se hace con convicción” se indigna Pierre Henry, director general de France Terre d’Asile. Asimismo expone que “debemos encargarnos de esta crisis proporcionando a estos migrantes una acogida temporal digna y negociar con Túnez su regreso”. El alcalde de París, Bertrand Delanoë, comparte este discurso y ha anunciado el apoyo de la ciudad a las distintas asociaciones para ayudar a los 200 migrantes que están, hoy en día, en territorio parisino en un estado de “gran precariedad”.
3) La ola de inmigración sucede en Túnez, no en Europa
En Europa, sólo vemos la punta del iceberg pues, si las tensiones se concentran en la frontera entre Italia y Francia (en Vintimille y Menton) porque es allí donde las autoridades impiden el paso a los migrantes, el núcleo de los flujos migratorios motivados por las revoluciones mediterráneas se sitúa, en realidad, en la frontera entre Libia (en guerra) y Túnez. Según cifras publicadas por el Alto Comisionado para los Refugiados (a principios de abril) 204751 personas habrían huido de Libia en dirección de Túnez, 183953 de ellas hacia Ras Jedir, asimismo, 147045 habrían sido evacuadas a sus países de origen. Durante el auge de este éxodo, unos 14000 refugiados llegaban cada día a Túnez, hoy en día, llegan entre 2000 y 4000 de media. La mayoría de los migrantes tunecinos que llegan ahora a Europa son originarios del sur de Túnez y sus ingresos dependen de las relaciones comerciales con los países vecinos y, al verse desprovistos de su trabajo, muchos han visto en el exilio la única solución posible. “A menudo, se designa a uno de los miembros de la familia para que se marche a trabajar” comenta Noureddine Mechkane, secretaria de la Association des Tunesiens de France de París. Así pues, al exiliarse, esta persona no sólo es responsable de su propia supervivencia. Para este representante de la comunidad tunecina, la forma en que Francia gestiona esta situación no tiene lógica alguna: “esta forma de actuar no tiene sentido dadas las relaciones amistosas que siempre han unido a estos dos países” se lamenta Noureddine Mechkane.
4) Francia y Túnez: ¿Qué ocurre con los acuerdos bilaterales sobre desarrollo solidario?
Si Túnez, con una población de 10 millones de habitantes, pone a disposición los medios para acoger a varios centenares de miles de refugiados en un país que (temporalmente) acaba de salir de la crisis; la Unión Europea, que representa unos 500 millones de habitantes, ¿no puede encontrar una solución común para acoger a estas decenas de millares de personas migrantes? En particular tras la firma, el 28 de abril de 2008, de los acuerdos bilaterales entre Francia y Túnez, sobre la gestión concertada de las migraciones y el desarrollo solidario, que debe facilitar las migraciones entre ambos países. Estas facilidades deberían permitir que cada año se introdujeran en Francia más de 9000 profesionales tunecinos. Hoy en día, este cupo aún no se ha cumplido.
Fotos : Portada: (cc)Dr John2005/flickr ; Migrants Lampedusa : (cc)noborder network/flickr ; Timbre poste : (cc)Paul-W/flickr ; Migrants en Tunisie : (cc)United Nation Photos/flickr
Translated from R.I.P : la solidarité européenne face au printemps arabe