Debate a cinco bandas: La lucha por europa
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Beatriz Garrido PonceNormalmente los rivales políticos se enfrentan cara a cara en debates televisados. A veces lo hacen en forma de una mesa redonda a tres bandas. Pero Europa ha ido más lejos. Los cinco candidatos para la presidencia de la Comisión Europea se vieron las caras en una lucha política singular. ¿Puede nuestro tradicional espectro izquierda-derecha manejar tal caos?
Durante siglos, el tradicional espectro político izquierda-derecha nos ha servido bastante bien en lo que se refiere a análisis político. Los términos provienen de la colocación de los asientos en la primera Asamblea Nacional en Francia en 1789. Los partidarios del Rey se sentaron a la derecha del Presidente, y los partidarios de la Revolución lo hicieron a la izquierda. Esta oposición binaria es apropiada para producir el tipo de tensión confrontacional de la que los políticos se nutren. Pero, ¿qué ocurre cuando la oposición no es binaria? ¿Qué pasa cuando hay cinco facciones, como ocurrió en el segundo debate entre candidatos a la presidencia europea? ¿Surge de él algún tipo de monstruo de cinco cabezas? ¿Sigue siendo válida la tradicional dicotomía de izquierda y derecha?
La economía: Factor Dominante
Los problemas econónimos han amenazado repetidamente con destruir la eurozona desde que la crisis estalló en 2007. Por lo tanto, no es sorprendente que la economía fuera el tema dominante en el debate. Una tradicional división izquierda-derecha sirvió de apertura, habiendo una clara distancia política entre Alexis Tsipras (Izquierda Europea), Ska Keller (Partido Verde Europea) y Martin Schulz (Socialistas y Demócratas), que representaron a la izquierda, y Verhofstadt (Liberales y Demócratas) y Jean-Claude Juncker (Partido Popular Europeo) por la derecha.
La izquierda arremete
Los tres miembros de la izquierda arremetieron contra la austeridad. “Lo que ha pasado en Grecia no es una historia con final feliz, sino una tragedia social que no debería volver a repetirse en Europa," bramó Tsipras. Todos culparon a la austeridad prevalente del desempleo juvenil. Martin Schulz, el efervescente y socialista Presidente del Parlamento Europeo, coincidió y mostró su empatia para con los seis millones de jóvenes europeos desempleados: "Están pagando con sus oportunidades y sus futuros por las crisis que otros han provocado," rugió, luciendo una encantadora barba con cierto toque marxista. Tsipras se quejó de que para la UE los bancos están antes que los jóvenes, afirmando que "la UE se ha apañado para obtener liquidez para recapitalizar los bancos, pero no somos capaces de encontrar el dinero para dar trabajo a los jóvenes". ¿Las soluciones de la izquierda? Tsipras pidió una reducción de las deudas. Ska Keller, en su línea, propuso crear puestos de trabajos "verdes". La panacea de Schulz es acabar con la evasión de impuestos.
Lo mismo te digo
Y, ¿qué hay de la derecha? Con un estallido de sudor furioso, dando inusuales pero bievenidas señales de vida en lo que, por lo demás, fue una actuación floja por parte de un maniquí moribundo, Juncker gruñó, "Durante años he trabajado día y noche, más noches que días, para mantener a Grecia en la zona euro." Verhofstadt también se apuntó a la caza de un Tsipras que seguía agitando las manos y tocándose el pelo: "En Grecia, en Italia, no fue una cuestión de bancos, sino de malas políticas por parte de vuestros partidos". Verhofstadt evito usar esa indigna palabra que empieza por 'a', pero aún así defendió firmemente la austeridad: "Necesitáis disciplina fiscal, o no será posible el crecimiento... Y eso significa no crear nuevas deudas".
¿Sus soluciones? No fue una sorpresa que el liberal Verhofstadt pidiera la liberalización del mercado único. Juncker deposita sus esperanzas en la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (ATCI), que según Juncker, erróneamente, pondría 545 euros en el bolsillo de cada europeo. Keller y Tsipras se oponen enérgicamente a ello, ya que es un acuerdo forjado a puerta cerrada y además pone los derechos de las corporaciones por encima de los de los estados. Por ejemplo, una corporación estadounidense podría demandar a los gobiernos europeos si considerase que existe competencia desleal y que sus empresas no están teniendo un acceso igualitario al mercado.
Los tres miembros de la izquierda formaron un frente unido a favor de un salario mínimo para toda Europa y del impuesto a las transacciones financieras (o Tasa Tobin). De todos los candidatos, Juncker fue el único escéptico con respecto a esta tasa, mientras que Verhofstadt, liberal a rajatabla, se encontró solo en su oposición al salario mínimo europeo.
Así que, en lo que se refiere a la economía, se produjo una familiar y tradicional estratificación izquierda-derecha.
La crisis de Ucrania
Este asunto dividió a las candidatos de izquierda. Alexis Tsipras afirmó que las sanciones llevarían a Europa y Rusia a una nueva guerra fría. Ska Keller se posicionó junto a Juncker y Verhofstadt, quienes exigieron duras sanciones económicas para Rusia con objeto de abordar el conflicto actual en Crimea.
Verhofstadt leyó una carta escrita por el genio ajedrecista y activista político Gary Kasparov, pidiendo a Europa que se uniese contra las acciones de Putin en el país vecino. Pero Juncker sostiene que Europa debe seguir siendo un "poder blando", una unión pacífica y diplomática: una especie de flower power derechista. Aunque los candidatos estuvieron unidos en su oposición a las acciones de Putin, no se pronunciaron especialmente en lo que concierne a respuestas concretas. Pero nadie espera de ellos que obren milagros solo porque aspiren a presidir la Comisión Europea...
Translated from Eurovision ménage à cinq: left, right, left, right… ?