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Cuotas étnicas: ¿un tabú superado?

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Sociedad

Cuotas étnicas o discriminación positiva: expresiones que hacen rechinar los dientes a muchos. A este respecto, las opinions en Francia y al otro lado del canal de la Mancha difieren.

Integrar para comprender, más que nada, a los inmigrantes. A pesar de tener enfoques muy diferentes, Reino Unido y Francia se han embarcado desde hace años en una profunda reflexión sobre este asunto. Si Francia pone en duda la utilidad de las estadísticas étnicas y de la discriminación positiva, Reino Unido ya ha dado ese paso. Aunque continúa habiendo numerosos problemas.

Timorata Francia

Desde hace varios años, Francia se pregunta si procede establecer cuotas étnicas para paliar las distintas discriminaciones. La idea hace chirriar los dientes de modo sistemático a más de uno. Desde siempre, Francia y Reino Unido han acogido a poblaciones procedentes de fuera de Europa. Sin embargo, la sociedad francesa parece haber encontrado muchos más problemas con respecto a la integración de los inmigrantes.

Según Patrick Simon, demógrafo e investigador del Instituto Nacional de Estudios Demográficos del país galo (INED), las estadísticas étnicas están “prohibidas mientras no se haya precisado su justificación. Históricamente, desconfiamos de la recogida de datos raciales. Esto se debe a los precedentes; el fichaje de judíos bajo el régimen colaboracionista de Vichy durante la invasión nazi, o incluso las estadísticas coloniales con fines de persecución, exclusión y discriminación. En realidad, es una ley europea –la directiva 95/46/CE– la que rige la práctica francesa. Clasifica los datos étnicos y raciales entre los denominados como datos sensibles. Nosotros no somos ni más ni menos severos.”

La problemática de las cuotas étnicas está, ni más ni menos, relacionada con la famosa discriminación positiva. Definida como el conjunto de medidas destinadas a permitir la superación de ciertas desigualdades favoreciendo a un grupo con respecto a los otros, algo desacostumbrado en la sociedad francesa. Y es que implica la posibilidad de transgredir de modo temporal la igualdad de los hombres ante la ley, un principio fundamental de la Constitución francesa.

Para Patrick Klugman, abogado miembro del Consejo representativo de las Instituciones Judías de Francia (CRIF) y vicepresidente de SOS Racismo, “la discriminación positiva étnica se fundamenta en clasificaciones arbritarias que generan frustraciones. Ninguna categoría identitaria está en sí misma totalmente fundada o de forma precisa. Así, la población negra que se quiera beneficiar de las ayudas reclamadas por su órgano representativo debería distinguir entre los que tienen orígenes africanos y los provenientes de las Antillas, entre los musulmanes y los católicos. Por no hablar de los problemas engendrados por los sub-conjuntos de cada una de estas categorías”.

En Francia se han creado diversas instituciones nuevas para conocer mejor los problemas a los que se enfrentan los inmigrantes, como la Agencia de acogida de inmigrantes, la Agencia nacional de igualdad de oportunidades o la Alta autoridad de lucha contra las discriminaciones y por la igualdad (HALDE), que son el resultado de estas reflexiones. Un dinamismo que, por el momento, no ha permitido resolver el problema.

Reino Unido ha recorrido un camino algo diferente desde la aprobación de la ley sobre relaciones raciales de 1976. Esta ley impuso la obligación para todo empleador, incluidas las entidades públicas, de luchar contra las desigualdades o diferencias de trato que pudieran aparecer. La idea de discriminación positiva ha hecho un trayecto semejante al que ya recorre en Estados Unidos.

Reino Unido, adepto de la discriminación positiva limitada

El seguimiento étnico es ya una parte importante del sistema británico. A este respecto, Gran Bretaña autoriza el sistema de cuotas, aunque bajo unas condiciones muy estrictas.

Para John Crowley, investigador de ciencias políticas, “han surgido algunos límites en el seguimiento étnico, como la prohibición de censar a los musulmanes por causa de la islamofobia de la sociedad británica, así como por el coste que este sistema supone para las pequeñas empresas”.

Todavía está completamente por demostrar la utilidad de estas medidas: ¿cómo realizar este tipo de estadísticas étnicas? Así, según una encuesta del Instituto Pew llevada a cabo el pasado verano, el 81% de los musulmanes británicos se declararon musulmanes antes que ciudadanos de su país, mientras que sólo el 46% de los musulmanes franceses piensan de la misma forma.

El establecimiento de cuotas étnicas es, por tanto, un problema complejo que necesita una reflexión continua sobre el interés de tal método. Una solución en material de empleo y contratación concierne, por ejemplo, el principio del Curriculum Vitae anónimo, que permite a los empleadores actuar de forma perfectamente objetiva.

Translated from Quotas ethniques : un tabou dépassé