Cornershop: Innovación pop entre ‘white indie’ y ‘black R&B’
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Diana Irene ArancibiaLa banda indie Cornershop, nos da una charla acerca de los minaretes suizos, música metálica y el lanzamiento de su álbum de regreso -¡han pasado siete años!- a precio accesible a través de su sitio web
“Queremos que la UE tome medidas severas con algo de la música metal que hemos oído en la gira”, comenta Tjinder Singh en un tono inexpresivo, relajándose en el salón de La Maroquinerie, en París. ¿Hay alguna banda metal que el cantante de Cornershop tenga en mente? “Cualquier cosa que se inspire en Metallica”, dice sabiamente, “cualquier cosa que Metallica haya influenciado, aunque sea poco, es mierda”. No se puede acusar a este cuarteto británico de monotonía musical. Desde que se formó en Leicester hace más de 17 años, han inventado una mezcla única de indie, electrónica, funk y sonidos asiáticos que ha asegurado su continua popularidad. Desde su icónico single Brim Full of Asha (1997), que los hizo muy conocidos en Gran Bretaña, hasta la propaganda de Nike en 2008, que presentaba su tema Candyman, Cornershop ha mantenido de forma constante su toque contemporáneo. “Cada vez que hacemos un tema, tratamos de que el próximo sea diferente, de abordar cada nueva canción con una perspectiva nueva”, explica Tjinder. “No hemos sobrevivido tanto tiempo por nuestro nombre o nuestra imagen, sino porque nuestra música siempre está cambiando con los tiempos… Mientras que la música metal es siempre metal”.
‘White indie’ o ‘black R&B’
Lanzado este verano, Judy Sucks a Lemon For Breakfast es el primer álbum de la banda en siete años. Después de tomarse algún tiempo libre para pasarlo con sus familias, grabar a su propio ritmo y en general disfrutar de la vida, volvieron a una industria de la música que está cambiando, con el beneficio de una visión retrospectiva. “Cuando estábamos tocando allá por los noventa, había muchos elementos diferentes en la escena de la música popular. Ahora hay solo algunas categorías básicas: la música de guitarra ‘white indie’ o ‘black R&B’. Programas como Factor X han tenido un efecto terrible sobre la forma en que la gente mira a la música, representa el matrimonio de las ventas y el márquetin de la televisión en que se ha convertido el pop. Si eres el ganador, llegas al lo más alto de las listas de ventas. Todo es la misma fórmula: explosión masiva es igual a enormes ganancias”.
En lugar de firmar con una compañía famosa, la banda lanzó el álbum de manera independiente a través de su sitio web. “Tomamos una visión amplia de la industria de hoy y nos pareció que no tenía sentido”, agrega el guitarrista Ben Ayres. “Las compañías quieren la propiedad sobre lo que haces, y una gran parte de las ganancias. A menudo terminan metiéndote en deudas en lugar de hacerte ganar dinero. Se trata de mantener el control sobre lo que haces”. Adoptar la revolución de la descarga digital fue una apuesta que claramente valió la pena: el álbum ha recibido críticas muy favorables desde su lanzamiento en el verano, con la declaración de la prestigiosa publicación inglesa Observer Music Monthly de que “después de 17 años de agitación e innovación, Cornershop es todavía uno de las más grandes bandas de Inglaterra”.
Al ofrecer su álbum por un precio razonable (7,99 libras esterlinas u 8,83 euros) para descargar directamente de los mismos artistas, Cornershop siente que está ayudando a la creación de una nueva y responsable cultura de descarga que permite compartir archivos de Internet, y que asegura que no se beneficien terceras personas mientras los artistas salen perdiendo. “Hemos tenido cientos de miles de descargas ilegales”, dice Ben. “Una de las webs que comparten archivos tuvo como 147.000 peticiones de archivos. Eso representa una pérdida enorme para nosotros. La piratería puede resultar muy positiva para que las nuevas bandas se vuelvan conocidas, pero si continúa, los músicos ya podrían repartir sus tarjetas de crédito por la calle directamente”. Sobre las recientes medidas de la UE para enfrentar las violaciones de los derechos de autor, Tjinder es escéptico. “Muchos gobiernos sienten que no es su problema”, dice, “y tratan de ignorarlo. Al igual que cuando se trata de prevenir los delitos, deben comprender que se necesita desarrollar una nueva cultura para permitir nuevas actitudes hacia la música digital”.
La música, portavoz político
Hace algunos días, la banda estaba en Suiza. “Nuestro lugar favorito para actuar es Friburgo. Tocamos en un local llamado Le Fri-son. Todos fueron tan simpáticos, y también cocinaron una comida formidable para nosotros. No es así en todos los lugares donde vamos”. Pero, ¿qué opinaron acerca de todo el asunto de la prohibición de los minaretes? Después de todo ellos estuvieron allí durante el controvertido referéndum. “Me sorprende”, dice Ben, confundido. “Pienso que Suiza es un país relativamente liberal, de hecho parece ser un ejemplo para muchos otros países”. Tjinder culpa del resultado a un clima político más global. “Ha habido mucha actividad de las derechas en los últimos años, no solo en Suiza, sino que en Inglaterra también. Al estar el Reino Unido enredado en una guerra, y con la recesión mundial, era inevitable que estos sentimientos afloraran. Nosotros nos consideramos muy opuestos a ese sentimiento. Por supuesto, no vacilamos en expresar nuestras posiciones políticas. Creemos realmente que la música debería ser usada como un vocero para hacer que se oiga una voz política, y para animar a la gente a hacer lo mismo”. Después de casi veinte años de innovación musical, ¿qué guarda el futuro para Cornershop, ahora que están nuevamente en marcha? “Realmente no tenemos la más remota idea”, se ríen. “Nos dejaremos llevar. Mientras lo disfrutemos, seguiremos haciendo lo que hacemos2. Entonces, ¿otros 17 años? No responden, pero sus sonrisas pícaras dan a entender que es lo que más les gustaría.
Fotos: ©cornershop.com
Translated from Cornershop: 'musicians might as well hand their credit cards over to the man on the street'