Cataluña prohibe las corridas de toros
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CésarCon 68 votos a favor, 55 en contra y 9 abstenciones, el Parlamento catalán se ha pronunciado a favor de la iniciativa legislativa popular contra la tauromaquia. Le ley entrará en vigor el 1 de enero de 2012.
Mientras algunos lo ven como un ataque a todo lo que suena a español, otros critican que no se ha tocado otra forma de maltrato a los animales, como los encierros populares o los correbous, que se celebran en muchos pueblos de la comunidad
Es una tarde primaveral de calor prematuro en Barcelona y la sangre se derrama por primera vez este año en el fausto escenario de la Monumental, para regocijo de los bien dispuestos aficionados. Las lentejuelas destellan en el ceñido traje de luces del orgulloso torero que da comienzo a otra temporada de derramamiento de sangre. A medida que las multitudes de entusiastas salen de la plaza, los periodistas se reúnen para sondear el ambiente. Las preguntas acaban transitando, inevitablemente, por la senda de la sangre y la crueldad en tanto crece la tensión entre los aficionados y los manifestantes apostados en la calle bajo el control de la policía. José Gómez Ortega, un director de operaciones de Barcelona, se dice cansado de responder las mismas preguntas. "Sólo comento que la sensibilidad de las personas difiere. Yo soy sensible a cosas que otros no sienten y viceversa". Al igual que las preguntas sobre el tema en cuestión, la sangre no es algo que interese a los aficionados.
Las corridas de toros: una atracción cultural
Además de la "música, la peculiar arquitectura de las plazas de toros y el ambiente que se respira", lo principal de las corridas de toros y su atractivo distintivo proviene del hecho de que "es el único espectáculo del mundo en el que un hombre se juega directamente la vida". La corrida de esta tarde no puede contener una demostración más palmaria de tal afirmación, ya que Manuel Díaz, El Cordobés, escapa por los pelos del destino fatal tras un encontronazo con su adversario. Un golpe en la cabeza lo deja conmocionado y le causa ceguera transitoria, mientras la ambulancia lo saca de la plaza. "Así es el toreo", señala al día siguiente, recodado en la cama de su habitación de hospital, mientras le atienden la fractura del tabique nasal que se produjo la víspera. "Los momentos de gloria y satisfacción se alternan, inevitablemente, con el dolor". Una respuesta rotunda de un hombre que desempeña un papel protagónico en este orgulloso "deporte".
Sin embargo, al igual que sucede en todos los deportes, hay en éste mucho más de lo que acontece en el terreno de juego. Aparte del espectáculo central, el acontecimiento se corona con manifestaciones de música, arte y cultura, motivo por el que muchos lo consideran un símbolo del patrimonio nacional. El conjunto de reclamos visuales, desde la magnífica arquitectura hasta los espectaculares trajes, basta para atraer a grandes multitudes de lugareños y, por supuesto, de turistas. "Estoy aquí por el ambiente. Supongo que me daré la vuelta en cuanto empiece a brotar sangre", explica Amy Wray, galesa residente en Barcelona. Sin embargo, ésta no será su primera experiencia de esta índole. Mientras viajaba por Colombia el año pasado acabó asistiendo, por casualidad, a una pelea de gallos en el pequeño pueblo de San Agustín. "Al principio no quería ir, pero mi novio me arrastró. Resultó ser una de las partes más interesantes del viaje". La lucha y la crueldad son elementos con los que Amy dice jamás podrá reconciliarse, aunque valora como preciosa la "experiencia cultural". "La camaradería y la unión entre la gente del lugar" han permanecido en su corazón hasta hoy.
Contra la protección cultural de la tauromaquia
Los mismos motivos de atracción se reflejan claramente en la obsesión española por los toros, desde la emoción del acontecimiento hasta el murmullo de interacción social. Cada corrida es un festival de color, tradición y belleza y una manifestación cultural apasionada. Se trata de un espectáculo que cuenta con una larga historia, que ha evolucionado lentamente y se ha ido repitiendo temporada tras temporada hasta la actualidad. "Todo es producto de un proceso de cultura y tradición en el toreo", explica Hilda Tenorio, una de las mejores toreras de México. "Es una fiesta muy tradicional que está llena de arte". Una fiesta en la que se respeta escrupulosamente el tiempo en todos los elementos de la liturgia, desarrollada ésta de manera paulatina, desde los antiquísimos trajes de oro y plata que son "producto de la tradición", hasta el orden de un espectáculo orquestado con delicadeza en el que no "hay medias tintas". En última instancia, se trata de un espectáculo sin parangón en su capacidad para unir a la gente y atraer semejante entusiasmo sobre un acto tan arraigado y rico en historia.
No obstante la prohibición de este "deporte" en Cataluña lleva pendiente en el Parlament regional desde enero de 2010, a la espera de que se convoque una fecha para una votación. Se han presentado ante el Parlament 150.000 firmas correspondientes a una Iniciativa Legislativa Popular (ILP), lo que evidencia que tras la misma subyace un notable sentimiento popular, aunque es difícil prever si tal iniciativa se convertirá en ley o no. El pasado 11 de abril, 200 personas se manifestaron a favor de la abolición de la fiesta en Mallorca. Sea cual fuera el resultado, es probable que el Parlament haya de librar una batalla interna, toda vez que las posturas sobre la cuestión están muy divididas. Es más, los representantes parlamentarios se enfrentan a una pugna personal entre "el corazón y la mente", tal como lo expuso un abogado barcelonés, ya que se contempla el fin de una ferviente mezcla de cultura y tradición en la región.
Fotos: Principal por ©Roberto Rizzato ►pix jockey◄ Facebook resident/Flickr; torero: ©(oranje)/Flickr; posters: ©ajgelado/Flickr; protesta antitaurina ©Ekinez Sortu/Flickr
Translated from Ban bullfighting in Catalonia