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Camino de piedras desde Jerusalén a La Meca

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Default profile picture sergio rodríguez

Los foros interreligiosos entre musulmanes y judíos han crecido como setas en el Reino Unido, al mismo tiempo que la escalada de conflictos internacionales. ¿Son algo más que una reacción refleja a la presión sobre las comunidades religiosas?

"Es un fenómeno natural", asegura Harriet Crabtree, subdirectora de la Red Interreligiosa para el Reino Unido: "Nuestras sociedades se están volviendo más mestizas", añade. Esta es una de las razones por las que, en los últimos años, ha aparecido una plétora de organizaciones interreligiosas. Sin embargo, según Crabtree, la emergencia por crear este tipo de foros que reúnen a cristianos, judíos y musulmanes es también una reacción a los atentados de Londres del 7 de julio de 2005, el ataque a las Torres Gemelas en Nueva York y al aumento de los fondos que destina el Gobierno a estas iniciativas interreligiosas. Los líderes religiosos y sus comunidades están en el punto de mira, y las demostraciones de buena voluntad y cooperación entre ellos están más demandadas que nunca. Hoy, existen en el Reino Unido unas 235 organizaciones de este tipo, cuando en 1980 sólo había 12.

Hasta ahora, Moulana M. Shahid Raza, imán principal de la Mezquita Central de Leicester, ha criticado con dureza los foros interreligiosos por considerarlos muy superficiales: "Estamos juntos, sonreímos, nos abrazamos, nos damos la mano y describimos nuestros problemas. Sin embargo, lo que necesitamos es ofrecer soluciones tangibles para estos problemas". ¿Hasta dónde son útiles los foros interreligiosos para un diálogo profundo y el entendimiento mutuo entre religiones?

La islamofobia recuerda al antisemitismo

"¿Entiendes árabe?", pregunta el rabino David Hulbert mientras miramos fijamente a la musalla o sala de rezos. Digo que no con la cabeza. "Bueno, es exactamente como el hebreo", dice este miembro del Foro de las Tres Culturas, una organización que fomenta el diálogo entre musulmanes, cristianos y judíos. Con esta sentencia que remarca las similitudes de las tres religiones de Abraham, el rabino Hulbert, una alta silueta de paso enérgico, recorre el entresuelo de las mujeres con sorprendente tranquilidad y familiaridad. Debajo, los hombres musulmanes del distrito de Ilford, al este de Londres, están rezando la oración de las 13.30h. El Imán paquistaní vuelve su espalda hacia nosotros y recita en dirección a La Meca. Vistiendo diferentes sombreros acordes a sus orígenes, los creyentes, la mayoría descendientes de paquistaníes, celebran el final del Ramadán. La sala exhala calor y deja entrar los rayos de sol debido a que la sala superior, reservada a las mujeres, se encuentra vacía.

Después del rezo, salimos fuera y nos encontramos con Gazafer Alí, el director del centro islámico de Ilford. Los dos hombres se dan la mano y se saludan con efusión. En una localidad en la que el 13% de la población se declara musulmana y el 6% judía, la influencia de ambos es importante. Después de una protocolaria sesión de felicitaciones y calurosas bienvenidas, Gazanfer Alí, un hombre reflexivo de sonrisa fácil, explica sus dificultades actuales: "Hoy, los musulmanes tenemos que afrontar una creciente islamofobia". Aun así, el director admite que existen "extremistas entre ellos". El rabino Hulbert interviene para exponer que los judíos sienten una gran empatía hacia los musulmanes que han llegado en las últimas décadas. "La islamofobia recuerda al antisemitismo". "Aquí, los judíos formamos una antigua comunidad, y con el cambio de siglo vivimos lo que los musulmanes están viviendo ahora en el Reino Unido", explica.

Unidos contra los ataques religiosos

Tanto Alí como Hulbert se muestran muy escépticos sobre la acción del gobierno y critican el gabinete del ministro Jack Straw por apresurar a las mujeres a que no usen el velo islámico. "Vivimos en una sociedad en la que se permite a la gente ir prácticamente desnuda, y de igual modo deberíamos permitir llevar el Hiyab", dice Alí. No todos los musulmanes quieren usarlo. El rabino Hulbert añade que "algunos lo usan y otros no... y mira Bollywood, allí no llevan velo". Cuando Jack Straw criticó su uso en octubre de 2006, los judíos enviaron una carta de apoyo a la mezquita en la que argumentaron que las mujeres tienen derecho a llevarlo. Asimismo, según Mohamed Azam, un miembro ejecutivo del centro islámico de Ilford, la mezquita envió una delegación para reunirse con los judíos cuando tres jóvenes asiáticos atacaron a un grupo de estos en la localidad.

Parece que los judíos y los musulmanes han creado un frente unido contra las iniciativas gubernamentales que generalmente se perciben como de “mano dura”. Preguntados sobre si el conflicto palestino-israelí pone a prueba su relación, el rabino responde que "sí, sin duda, pero yo no soy israelí y mi vecino no es palestino, de modo que tenemos que convivir juntos".

Relaciones ensombrecidas por el conflicto en Oriente Medio

¿Hasta qué punto son estos loables sentimientos el reflejo de los de sus comunidades? El rabino Hulbert asegura que "no todos los judíos participan en el Foro de las Tres Culturas; algunos lo han rechazado por razones religiosas y otros no muestran interés". Los judíos menos liberales se muestran menos inclinados a unirse. Algunos miembros musulmanes de este foro son abiertamente antisionistas y están en desacuerdo con el actual estatus de Palestina, y el reconocimiento del Estado de Israel pone un obstáculo en sus relaciones. Según explica Mohamed Azam, uno de los miembros judíos más ortodoxos decidió dejar el foro tras "acusar incorrectamente a un miembro musulmán de la ejecutiva de ser antisemita". Las manifestaciones organizadas en Ilford en apoyo de Palestina también tensaron las relaciones.

Para el rabino Hulbert, Israel es un "Estado de tolerancia religiosa". ¿Qué hay sobre los palestinos? Según él, viven "fuera de Israel". Como explica Edward Kessler, director del centro para las relaciones judeocristianas de Cambridge, el diálogo entre judíos y musulmanes está "ensombrecido por la incapacidad de ambas comunidades para manejar el impacto del conflicto de Oriente Próximo en sus propias comunidades.

Estos desacuerdos sobre Palestina e Israel revelan las restricciones de la cooperación interreligiosa en el distrito de Ilford. Aquí, la situación internacional es, paradójicamente, la razón de ser y el límite fundamental. Mientras David Hulbert se dirige a una ceremonia de circuncisión y Ganzafer Alí acude a atender un tercer o cuarto rezo, Mohamed refleja que la generación más joven no está preparada para afrontar los restos de estos conflictos. El trabajo de la primera generación de inmigrantes musulmanes ha sido bastante difícil; la responsabilidad, ahora, descansa sobre los hombros de los judíos y musulmanes más jóvenes.

Translated from Rocky ride from Jerusalem to Mecca