Amor y matrimonio: Los gays eslovacos tienen derecho a uno pero no a lo otro.
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Silvia Diez GinestarDesde el pasado 4 de junio, el gobierno de Eslovaquia define el matrimonio como la unión única entre un hombre y una mujer. La decisión continúa siendo polémica pues se ha encontrado con una población dividida entre la alegría y la tristeza.
El 4 de junio, el Parlamento eslovaco modificó su Constitución para definir el matrimonio como una unión única entre un hombre y una mujer. La propuesta la presentó el partido de la oposición Movimiento Democrático Cristiano (KDH) que obtuvo el apoyo del actual partido gobernante, el Partido Socialdemocráta de Eslovaquia (SMER), pues presentaron y votaron la enmienda junto con la reforma judicial del SMER. El día siguiente a la votación, Amnistía Internacional emitió un comunicado en el que condena la enmienda por violar los Derechos Humanos internacionales y europeos al discriminar por motivos de orientación sexual.
"¿Qué podemos decir? Ya no tenemos ni palabras. La gente está intentando cambiar las cosas de verdad y aún así no están cambiando. No está cambiando nada", suspira la realizadora de documentales Vladimira Hradecká. "A lo mejor estamos empezando a ser más orgullosos dentro de la comunidad LGBT. Es como, 'Soy quién soy, así que jódete'. Puede que eso haya cambiado", apostilla.
Ha grabado Pride in Slovakia y ahora está trabajando en un documental sobre cristianos gays -la Iglesia Católica Romana de Eslovaquia está en contra de la homosexualidad-. En una carta que se leyó en todas las iglesias el pasado invierno, la Conferencia Episcopal de Eslovaquia (KBS) ha calificado la igualdad de género como "la cultura de la muerte" y el matrimonio homosexual como una "burla sodomítica". Ella piensa que la nueva Constitución no le afectará, pero si quiere formar una familia sí que lo hará. Trámites prácticos como comprar una casa u obtener información sobre su pareja enferma afectarán a todas las parejas que no estén casadas, dado que en Eslovaquia no existen las uniones civiles.
Dinámica, positiva, Alegre: la comunidad gay de Bratislava
Bajando unos estrechos escalones de piedra no muy lejos de la parte antigua de la ciudad se encuentra el Be Happy Club. Solo un pequeño arco iris bajo el cartel del bar nos revela que este es el único bar gay de Bratislava. Puesto que Viena y Budapest no están lejos y tienen más ambiente homosexual, "no hay sitio para otro bar gay en Bratislava," dice Feri Szarka, sentado detrás de la barra con un polo de color rojo cereza. Cambió su trabajo de camarero en hoteles de lujo por el bar al que ya iba con frecuencia, y ahora es más feliz. "Somos como una familia. Conozco al 80% de los clientes."
Aunque Feri Szarka ha hablado del cambio constitucional con varios clientes, piensa que a la mayoría de la gente le es indiferente. "El KDH está perdiendo votos así que tenían que hacer algo. Es estrategia política. A la gente le da igual porque ya viven en sus propias relaciones. Si quieres estar con alguien no necesitas casarte. La gente quiere uniones civiles por razones legales. Pero el amor no necesita un papel", señala.
En el bar hay pequeños boles de cristal llenos hasta arriba de cacahuetes . Hay un mantelillo con los colores del arco iris y un pequeño corazón morado cosido en un trozo (una solución improvisada a una quemadura de cigarrillo).
El compañero del bar de Feri viene a colgar un marco con una foto de un hombre musculoso medio desnudo. La foto está cortada en trozos y parece un espejo roto. El mismo tipo de imágenes inundan las paredes. "Un equipo de jugadores de fútbol americano de Francia", dice Feri, aunque su compañero insiste en que son holandeses y nos lleva al salón de la parte de atrás del bar para ver el resto de la colección.
entre el este y el oeste
Vestido con traje gris y gafas de pasta de montura cuadrada, Martin Poliačik se sienta en su despacho lleno de estanterías en el Parlamento eslovaco. Su partido, Libertad y solidaridad (Sloboda a Solidarita) tiene las uniones civiles para las parejas LGBT en su programa desde su fundación en 2009. "Somos los últimos en la región, Hungría, Polonia y la República Checa tienen todos uniones civiles para personas del mismo sexo," dice. Hasta Croacia, que hizo una enmienda parecida a su Constitución tras un referéndum en 2013, acaba de aprobar una ley que permite las uniones civiles para personas del mismo sexo.
"Nos movemos hacia un modelo de civilización que está más cerca de Rusia que de Occidente. Estamos en la frontera geográfica, histórica y cultural y siempre hemos tenido que elegir. El cambio en la Constitución se presentó como una defensa hacia la ola de decadencia de la UE y Occidente. Mientras el número de países con matrimonio homosexual crece, hay gente que considera que esto es una amenaza a los valores tradicionales y la cultura en Eslovaquia", me comenta Martin.
Con tan solo el 6% de los votos, su partido no puede aprobar el proyecto por sí mismo. Y si algún día se aprueban las uniones civiles en el Parlamento, piensa que la cuestión tendría que pasar antes por el Tribunal Constitucional.
Eslovaquia ocupa el puesto 24 de los 49 países europeos en términos de de leyes y políticas que afectan a los derechos humanos de las personas LGBTI. La fiesta del Orgullo Gay (Pride Bratislava) solo se celebra desde 2010. Este año tuvo lugar tan solo dos semanas después de que se aprobara la enmienda, y el tema fue "familias diferentes". "No sólo las parejas del mismo sexo pero también los padres y madres solteros y divorciados, porque ahora la constitución solo protege a un tipo de familia, basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer", dice Martin Macko, director del grupo por los derechos de los homosexuales Iniciativa Inakost.
A él le sorprendió la enmienda porque, aunque los del KDH ya la habían propuesto anteriormente, nunca habían tenido el apoyo de el SMER, hasta ahora. Piensa que el SMER usó la enmienda del matrimonio para obtener apoyo para su reforma judicial. No es el único. El Intergrupo por los derechos de la comunidad LGTB del Parlamento Europeo acusó a SMER de trabajar "con fines conservadores y populistas" y de "abusar de los valores que ellos mismos dicen defender".
Defender una familia 'tradicional'
Con 150 escaños y una cámara, las leyes son fáciles de cambiar en el Parlamento eslovaco. Según Martin Dilong (KDH), esa fue una de las motivaciones para poner la definición de matrimonio en la Constitución. Él está claramente orgulloso de que su partido lograra un cambio constitucional con tan sólo 13 escaños en el Parlamento.
"Algunos piensan que esta propuesta discrimina a las personas LGBT pero yo lo niego. Nosotros respetamos a todas las personas. La orientación sexual no puede ser un prerrequisito para derechos extras. Hay diferentes tipos de relaciones pero no son las mismas que una unión permanente. Las cosas que son lo mismo se deben tratar igual y las que son diferentes se deben tratar de forma diferente", dice.
La enmienda no es el único caso donde la familia se ha convertido en un campo de batalla ideológico en Eslovaquia. El pasado septiembre, una manifestación del movimiento a favor de la vida en Košice organizada por la Conferencia Episcopal tuvo una participación enorme. El evento también insistió en la cuestión de la familia tradicional basada en el matrimonio heterosexual y dio fruto a la Alianza por la familia (Aliancia za rodinu), una organización paraguas para las ONG a favor de la vida y la familia.
Alianza por la familia defiende que ningún otro tipo de matrimonio aparte de aquél formado entre un hombre y una mujer debería tener protección legal, que las parejas del mismo sexo no deberían poder adoptar y que los padres deberían poder controlar la educación sexual que sus hijos reciben. Además, están recogiendo firmas para convocar un referéndum y preguntar a los eslovacos si están de acuerdo.
El portavoz Peter Kremsky dice que es una reacción a lo que está pasando en Europa occidental: "La gente es más individualista y egoísta como parte de la cultura, pero el resto del mundo está más orientado hacia la familia. En Europa, todo se considera familia ahora, hasta una madre o padre soltero o dos padres del mismo sexo". Peter Kremsky cree que los hombres y las mujeres tienen tareas diferentes y los dos son necesarios para completar una familia. "Si, por las circunstancias, un padre se quedara solo, por supuesto que le ayudaríamos, pero no podemos decir simplemente que está bien", añade.
El largo camino hacia la igualdad
Volviendo al Be Happy Club, tres hombres que hablan ruso y rondan los 40 entran y escanean el bar vacío. Su mirada acaba posandose en nosotras, las chicas en la barra. "¿Estáis libres?" pregunta dubitativo uno de los hombres, que lleva una camiseta sin mangas. Nos quedamos perplejas, pero Feri lo entiende inmediatamente y dirige al hombre al bar de topless del centro. Dice que le parece divertido ver la reacción de la gente que no se da cuenta de que éste es un bar gay hasta que entran. Una vez entró un hombre y cuando pasó un rato preguntó por qué había tantos hombres gays. Cuando Feri se lo explicó, señalando las banderas gays, el hombre respondió: "Ah, ¿pero eso no es para liberar al Tibet?".
Este artículo es parte de una serie especial dedicada a bratislava. es parte de eu-topia: time to vote, un proyecto organizado por cafébabel en colaboración con la fundación hippocrène, la comisión europea, el ministerio de asuntos exteriores y la fundación evens.
Translated from Love and Marriage: Slovak Gays Can Have One But Not The Other